La agencia de injerencia político financiero para el desarrollo económico internacional de los Estado Unidos, USAID, por sus siglas en inglés, dependiente de la Secretaría de Estado de los EEUU, creado en 1961, después de 64 años de injerencia internacional fue clausurado por el gobierno de Donald Trump, acusándola de ser una “organización criminal”, y anunciando: “haremos una cooperación internacional orientado a nuestros intereses”.
La agencia de la USAID, no sólo creo las condiciones de posibilidad para ejecutar diferentes golpes de estados en la región, desestabilizar a los gobiernos progresistas, o capturar y corromper a las instituciones estatales en diferentes países, sino también capturó y sometió a las diferentes organizaciones sociales, culturales y comunicaciones de la llamada sociedad civil en diferentes países del Continente, anulándolos en sus capacidades de autonomía y sostenibilidad.
Ahora que fue cancelada la USAID, la llamada sociedad civil queda no sólo sin financiamiento o truncada en sus proyectos, sino también sin horizonte sociocultural.
En el caso de Guatemala o Perú, hasta las ONG o medios de comunicación alternativas más progresistas eran financiadas por la USAID. Ni qué decir de las instituciones públicas más cuestionadas como la Policía Nacional, el Ministerio Público, entre otras.
