Alejandro Giammattei, el expresidente conservador de Guatemala y pareja de Miguel Martínez, se divorció de su ahora exesposa Marta Rossana Cáceres en febrero último, luego de finalizar su período como mandatario en medio de señalamientos nacionales e internacionales de cooptar las instituciones del Estado y recibir una serie de sobornos junto a su pareja.
En noviembre pasado, La Hora abordó a Martínez y le preguntó si existía una relación sentimental con el entonces presidente, él no lo negó ni confirmó. «Eso lo han señalado desde hace tiempos», dijo retirándose. Durante la campaña electoral y administración de Giammattei su esposa no estuvo presente, incluso no figuró como primera dama y tampoco asistió a la juramentación del exmandatario.
Martínez, en cambio, sí aparecía en actividades junto a Giammattei.
El Departamento de Estado de Estados Unidos sancionó el pasado 17 de enero al expresidente Giammattei y le prohibió su entrada al país por “su involucramiento en significativos actos de corrupción”. Un mes antes, Martínez también fue restringido con el congelamiento de activos y veto del mismo país por «adjudicar contratos gubernamentales a cambio de sobornos».
MATERIALIZAN DIVORCIO
Según la fe de edad de Giammattei y Cáceres —extendida por el Registro Nacional de las Personas (Renap)—, ambos pusieron fin al matrimonio tras 34 años de casados, desde 1989. Sus tres hijos: Ana Marcela, Alejandro Eduardo y Stefano Giammattei Cáceres también tienen prohibida la entrada al país norteamericano como efecto colateral de las acciones de su padre.
Las observaciones del certificado de nacimiento detallan que el Juzgado Pluripersonal de Primera Instancia de Familia con Competencia Especifica para Procesos de Divorcio por mutuo consentimiento declaró disuelto el vínculo matrimonial el 6 de febrero de 2024.
UN PRESIDENTE “CONSERVADOR”
Giammattei tomó posesión como mandatario el 14 de enero de 2020 bajo el calificativo de un líder conservador. Sus discursos se caracterizaron por la frase final alusiva al cristianismo, «Qué Dios bendiga Guatemala», y apoyó al Congreso de la República para que declararan el 9 de marzo —fecha de su natalicio— como el «Día por la Vida y la Familia», bajo una ideología conservadora.
Para la celebración del primer aniversario de dicho día, en 2023, el expresidente resaltó que mientras el mundo se doblegaba ante agendas globalistas, Guatemala se sostenía «en lo más importante: la fe». Las declaraciones causaron rechazo por parte de un sector de la sociedad, quienes sostenían que el Estado es laico y no se debía promover una religión.
«Quiero decirles a esos que impulsan esas agendas que mientras yo sea presidente, mientras yo tenga vida después de dejar la presidencia, jamás permitiré y lucharé sin descanso para que aquí en nuestro país se respete la vida desde su concepción», dijo en referencia a la aprobación del aborto.
Asimismo, durante su intervención en la Cumbre Anual Internacional de Libertad Religiosa en Washington Estado, Giammattei afirmó que estaba dispuesto a que lo consideren un “dictador” y “violador de derechos humanos” por promover la libertad religiosa y respetar la vida desde su concepción.
Desde que Giammattei dejo el poder han pasado más de 100 días y hasta ahora se desconoce de posibles investigaciones en su contra, como contra su pareja.
GIAMMATTEI Y MARTÍNEZ
Martínez saltó al ojo público tras su llegada al cargo —posicionado por Giammattei— como jefe del extinto Centro de Gobierno, una dependencia del Ejecutivo que tenía como fin mejorar la gestión de la Presidencia y satisfacer las prioridades del Presidente, quien era su pareja. El funcionario devengó Q42 mil 125 mensuales.
Sin embargo, la Comisión fue desaparecida tras críticas al mandatario. En tanto, Martínez siguió gozando de beneficios como custodia de agentes de la Secretaría de Asuntos de Administración y Seguridad de la Presidencia (SAAS) y prebendas de otras instituciones del Estado.
Asimismo, el exdirector del extinto Centro de Gobierno, hombre de confianza y pareja del presidente, presentó una denuncia ante el Ministerio Público (MP) tras haber sido expulsado de La Antigua Guatemala, en Sacatepéquez, por pobladores que lo vieron participar en una actividad dentro de una iglesia. La Fiscalía Distrital de ese departamento investigaba los hechos, según una nota de La Hora.
«Martínez se confabuló con otros funcionarios del gobierno (de Giammattei) para adjudicar ilegalmente contratos a postores favorecidos fuera de Guatecompras, (el sistema formal de adquisiciones del gobierno guatemalteco). Martínez y sus conspiradores utilizaron una ley de adquisiciones anticuada para renunciar al proceso de licitación y asegurar contratos gubernamentales para empresas en las que él tiene un interés financiero», señaló el Departamento de Estado de EE. UU.
De acuerdo una investigación de este diario, las empresas señaladas de tener algún vínculo con Martínez sobrepasaron los Q2 mil 561 millones. Mientras tanto, el MP, que dirige la fiscal general María Consuelo Porras, asegura que no investigará a Martínez ni Giammattei hasta que EE. UU. presente una denuncia formal.
Fuente: lahora.gt