
Lo más grave en el discurso del gobierno del presidente ultraderechista Javier Milei fue el ataque jueza Karina Andrade, que ordenó la liberación de 114 detenidos. Foto Ap
“Fuera Bullrich” “Fuera Bullrich” era el grito repetido durante el camarazo que protagonizaron fotógrafos y camarógrafos que enarbolaban sus cámaras en alto frente al Congreso, en solidaridad con el joven colega Pablo Grillo, herido el miércoles cuando cubría la protesta semanal de jubilados con una bala de gas en la cabeza, que dispararon policías con escopetas y que fueron prohibidas aquí, así como en otros lugares del mundo.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich reivindicó lo actuado por las cinco fuerzas bajo su mando en la movilización y aseguró que se trató de “un intento de golpe de Estado”; señaló que la marcha fue “organizada por patotas (bandas), barras bravas (como se conoce a los hinchas del futbol argentino) y agrupaciones de izquierda violentas que buscan la desestabilización de nuestro gobierno”, y acusó a los detenidos de “tener antecedentes”.
Intentó justificar que no le dispararon a la cabeza a Grillo y sugirió que puso ser golpeado por un hierro suelto, a pesar de que peritos documentaron que fue un balazo directo a la cabeza.

Pero lo más grave en el discurso del gobierno del presidente ultraderechista Javier Milei fue el ataque jueza Karina Andrade, que ordenó la liberación de 114 detenidos, y la denunciará a ante el Consejo de la Magistratura por “posible incumplimiento de funciones”.
Entre los detenidos había muchos cazados literalmente en las calles, incluidos dos niños de 12 y 14 años que salían de su escuela. Durante la cacería se conocieron mensajes brutales de diputados de la gobernante La Libertad Avanza algunos de los cuales pedían prácticamente disparar hasta “exterminar” a los manifestantes.
Andrade determinó en su fallo: “cuando se informaban detenciones, la información era imprecisa- no se sabía a qué hora ni en qué lugar se habían producido las aprehensiones” no sabía por qué delito fue detenida cada persona, ni se precisó en qué lugar serían recluidos.
“Advertí, como adelanté al resolver, que se encontraban en juego derechos constitucionales fundamentales como son el derecho a la protesta, a manifestarse en democracia, a peticionar ante las autoridades, a la libertad de expresión, entre otros”, escribió la magistrada.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, cuestionó a la jueza y aseveró que “los que militan la impunidad en cada fallo también son cómplices”, y el minsitro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, indicó el Consejo de la Magistratura analizará un “posible incumplimiento de sus funciones”.
Bullrich, entre otras falsas acusaciones, dijo que pedirá a Migraciones la expulsión “inmediata” de un mexicano y una peruana detenidos durante la represión; trascendió que el mexicano sólo pasaba por el lugar.
Tras la feroz represión, comenzaron cacerolazos espontáneos y marchas a la Plaza de Mayo, donde miles permanecieron hasta las dos de la mañana de este jueves. Esto, más la respuesta solidaria ante el fuerte temporal en Bahía Blanca demuestra que se perdió el miedo y despertó el viejo espíritu de la solidaridad popular que siempre tuvo esta población.
La marcha fue convocada en apoyo de los jubilados por los hinchas de fútbol inspirados en los Clubes de Barrios que quiere desaparecer Milei, y decidieron acompañar a los ancianos, golpeados y gaseados todos los miércoles por las fuerzas de seguridad mucho más numerosas que los manifestantes.
El respaldo fue masivo porque se unieron sindicatos y organizaciones sociales, que fueron impedidas de llegar al Congreso ante las tres filas de distintas fuerzas de seguridad fuertemente armadas. Todos los videos que van surgiendo desmienten a Bullrich.
Asimismo se denunció la actividad de los grandes medios como Clarín, La Nación y otros criminalizando a las víctimas al reproducir el discurso oficial y mostrando incluso videos de otras marchas, como si fueran actuales. La Comisión de Delegados Internos de Clarín se rechazó las portadas y notas del medio.
El camarazo
La Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (Argra) que realizó este jueves junto al Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) y la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa, el camarazo en la Plaza del Congreso, en el mismo lugar donde fue gravemente herido Pablo Grillo, quien se debate entre la vida y la muerte exigieron a “las empresas que resguarden a sus trabajadores y al Estado que se pueda protestar. El derecho a protestar es un derecho constitucional y está siendo violado en la República Argentina y el derecho a la libertad de expresión también”, dijo Agustín Lecchi, secretario general de SiPreBA.
Exigieron a Milei que “ separe de inmediato de su cargo y la ponga a disposición de la justicia, a Bullrich y a sus subalternos. De no ser así, lo hacemos moral, política y penalmente responsable de los delitos cometidos por su ministra (…) Somos reporteros gráficos y necesitamos tener libertad de prensa como dice la Constitución, y necesitamos no ser más lastimados”.
Por su parte la directora de Investigación del Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels) Marcela Perelman, denunció que las fuerzas de seguridad usan las escopetas como la empleada contra Grillo desde diciembre del 2023, cuando entró en vigencia el ilegal protocolo anti-piquetes de Bullrich.
Destacó que Pablo Grillo sufrió traumatismo de cráneo grave, fracturas múltiples y pérdida de masa encefálica, ocasionado por el impacto de un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza.
Perelman dijo que Bullrich derogó medidas como las que prohibía, entre otras armas, específicamente la pistola lanza gases, un arma potencialmente letal prohibida para su uso en protestas desde 2010.
“Si le hubieran revisado las mochilas les habrían encontrado útiles”, señaló la madre de Lautaro, uno de los dos niños detenidos. “Recién como a las nueve de la noche se pudo comunicar conmigo una de estas mamás, porque mi hijo de los nervios no se acordaba del número de celular. El nene tenía el celular en el bolsillo, pero no se lo dejaban tomar (…) Ahí me pude enterar de todo, estaba preocupada, no sabía donde estaban. Cuando me enteré, me fui corriendo para allá y ahí estaban con la policía, y los liberaron recién cuando firmé un acta. Lo hice en disconformidad, porque ahí figura que tiraron piedras y los chicos y los testigos dicen otra cosa”.
Fuente: jornada.com.mx