
Fuente de la imagen: CELAM.
La situación calamitosa en que se encuentra Haití merece una reflexión general sobre las condiciones históricas y el debilitamiento institucional que ha llevado a este país a ser uno de los pobres de América.
Haití no está condenado al fracaso, pero necesita una combinación de valentía política interna, presión y ayuda externa bien intencionada, y sobre todo, esperanza realista para su gente para salir de la crisis.
Servindi, 18 de abril, 2025.- Haití se encuentra en una extrema situación crítica debido a los desplazamientos masivos y la hambruna que abate a la población de este pequeño país centroamericano.

En la capital, Puerto Príncipe, las familias desplazadas se refugian en escuelas y edificios públicos, soportando condiciones de hacinamiento e insalubridad, con acceso limitado a agua potable, alimentos y atención médica, indica una nota de ONU Noticias.
Uno de los detonantes de la actual situación es el aumento de la violencia armada en Haití debido a que los grupos armados buscan expandir su control.
Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA) más de un millón de personas se han visto compelidas a abandonar sus hogares.
El último informe de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF) indica que se espera que un récord de 5,7 millones de personas, más de la mitad de la población de Haití, experimenten inseguridad alimentaria aguda para junio de 2025.
De esa población, más de dos millones enfrentarán inseguridad alimentaria de emergencia, mientras que unos 8 400 personas enfrentarán una situación catastrófica, el nivel más crítico de inseguridad alimentaria.
Este nivel se caracteriza por la escasez extrema de alimentos, la desnutrición aguda grave y el grave riesgo de hambruna.
En la capital, Puerto Príncipe, las familias desplazadas se refugian en escuelas y edificios públicos, soportando condiciones de hacinamiento e insalubridad, con acceso limitado a agua potable, alimentos y atención médica.

Fuente de la imagen: Prensa Latina.
Operaciones humanitarias
El PMA y sus socios han ampliado significativamente sus operaciones en Haití, llegando a más de 1,3 millones de personas en lo que va de 2025.
La cifra incluye un millón de personas en marzo, un número récord de personas asistidas en un solo mes, pero la agencia de la ONU cree que se necesita más con urgencia.
“En este momento, simplemente estamos luchando por contener el hambre”, dijo Wanja Kaaria, directora del PMA en Haití, y explicó que sin los esfuerzos ya realizados, la situación sería mucho peor.
“Para abordar la creciente crisis, instamos a la comunidad internacional a brindar asistencia urgente. El país necesita la paz por encima de todo”, apuntó Kaaria.
La agencia obtuvo acceso a zonas controladas por grupos armados, entregando alimentos esenciales a comunidades de difícil acceso en Croix-des-Bouquets, Cité Soleil, Bas-Delmas y La Saline.
Niños vulnerables
El Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) destacó la vulnerabilidad de los niños haitianos, precisando que más de un millón de menores de edad se enfrentan a una inseguridad alimentaria crítica.
UNICEF estima que 2,85 millones de niños –una cuarta parte de la población infantil total de Haití– padecen niveles elevados y persistentes de inseguridad alimentaria en todo el país.
“Nos enfrentamos a una situación en la que los padres ya no pueden cuidar ni alimentar a sus hijos debido a la violencia constante, la pobreza extrema y una crisis económica persistente”, afirmó Geeta Narayan, representante de UNICEF en Haití.
Narayan precisó que se necesitan ahora “medidas vitales, como la detección de niños con riesgo de emaciación y retraso del crecimiento, y el acceso a tratamientos terapéuticos para niños desnutridos, para salvar vidas”.

Fuente de la imagen: Médico sin Fronteras.
Factores que explican la violencia y la hambruna en Haití

Ubicación de Haití. Fuente de la imagen: Wikipedia
Haití es conocida por ser la primera «república negra» del mundo en constituirse e independizarse y, económicamente, por ser el país más pobre de América en el siglo XXI.
Sin embargo, esto no fue siempre así ya que Haití fue uno de los mayores generadores de riqueza del siglo XVIII.
Entonces generaba el 40 por ciento del comercio exterior de Francia, y duplicaba el producto de todas las colonias inglesas, juntas, reporta la Wikipedia.
1. Inestabilidad política crónica
Desde su independencia en 1804, Haití ha enfrentado numerosos golpes de estado, dictaduras, y gobiernos débiles. Esto se debe a la falta de instituciones sólidas que ha impedido una gobernabilidad eficaz y sostenida.
Desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, la situación ha empeorado mucho. No hay un liderazgo claro ni consenso político para organizar elecciones o restablecer el orden.
A la muerte de Moïse asumió el poder el último primer ministro que había nombrado, Ariel Henry. Durante todo su mandato se sucedieron las protestas y las pandillas criminales actuaban sin control.
En febrero de 2024 se produjo un aumento de la violencia que provocó la dimisión de Henry. Hoy en día, muchas áreas del país están controladas por pandillas armadas, no por el Estado.
2. Pobreza extrema
Según datos del Banco Mundial, aproximadamente el 58.5% de la población vive por debajo de la línea de pobreza nacional, es decir, vive con menos de 2,41 dólares al día.
Cerca del 30 por ciento vive en pobreza extrema, es decir, con menos de 1,25 dólares al día.
La pobreza en general limita el acceso a alimentos, educación, salud y empleo, generando un ciclo difícil de romper.
3. Desastres naturales
Haití ha sido víctima de desastres naturales de gran magnitud como el devastador terremoto de 2010. Asimismo, es asolado por huracanes y tormentas tropicales que han destruido infraestructura vital.
La falta de preparación y respuesta efectiva a estos desastres ha agravado la crisis humanitaria.
4. Corrupción y falta de servicios básicos
La corrupción en el gobierno ha desviado fondos destinados al desarrollo generando en consecuencia un grave deterioro de servicios como salud, educación, agua potable y electricidad.
5. Violencia y control de pandillas
En las últimas décadas, las pandillas han ganado mucho poder, controlando barrios completos e incluso interfiriendo en elecciones. Algunas están vinculadas a actores políticos o económicos que las utilizan para mantener su influencia.
Bandas armadas controlan actualmente gran parte de Puerto Príncipe y otras zonas. En este contexto los secuestros, asesinatos, violaciones y extorsiones son comunes.
La inseguridad obliga a muchas personas a huir de sus hogares y bloquea el acceso a alimentos y ayuda humanitaria.
6. Crisis alimentaria
La crisis climática y la deforestación han dañado la agricultura y la dependencia de las importaciones encarece los alimentos. Además, el conflicto armado y el colapso del transporte dificultan la distribución de comida.
7. Intervenciones extranjeras problemáticas
A lo largo del tiempo, intervenciones de potencias extranjeras como EE. UU. o de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) han tenido impactos mixtos o negativos.
Algunas operaciones han sido mal planificadas o han causado consecuencias no deseadas como el brote de cólera en 2010, introducido por soldados de la ONU)
Sin embargo, a medida que las necesidades se intensifican, la respuesta se ve cada vez más limitada por la falta de financiación.
El programa de nutrición de UNICEF, en el marco del llamamiento de Acción Humanitaria para la Infancia, enfrenta un déficit de financiamiento del 70 por ciento.
En tanto, el PMA necesita urgentemente 53,7 millones de dólares para continuar sus operaciones vitales en Haití durante los próximos seis meses.
Salidas a la crisis en Haití
Salir de la crisis política en Haití no es algo fácil, pero hay caminos posibles si se combinan esfuerzos internos y externos, con un enfoque a largo plazo. Aquí van algunas ideas clave que muchos expertos y haitianos mismos han propuesto:
1. Reconstruir instituciones legítimas
Elecciones libres y transparentes: Haití necesita un proceso electoral creíble para elegir líderes con legitimidad popular. Pero no se puede hacer a la fuerza ni en medio de violencia.
Gobierno de transición sólido: Se requiere un liderazgo provisional consensuado que no responda a intereses particulares, sino al país. Esto puede ayudar a crear las condiciones para esas elecciones.
2. Controlar a las pandillas y la violencia
Desarme y seguridad: Es necesario frenar el poder de las bandas armadas. Aquí puede intervenir la comunidad internacional, pero no con una ocupación, sino apoyando a fuerzas locales bien capacitadas.
Justicia y reinserción: Además de fuerza, se necesita justicia: castigar crímenes y ofrecer alternativas a jóvenes que hoy solo ven futuro en las pandillas.
3. Acuerdo político amplio
Sin diálogo entre partidos políticos, sociedad civil, empresarios y grupos comunitarios, no hay salida. Tiene que haber un pacto mínimo nacional, aunque sea entre actores que no se llevan bien, para priorizar la estabilidad del país.
4. Fortalecer el Estado desde abajo
Descentralizar el poder: Llevar servicios y decisiones más cerca de las comunidades.
Inversión en educación, salud y empleo: Es a largo plazo, pero sin esto, cualquier avance político se va a caer.
5. Apoyo internacional coordinado y respetuoso
Haití no necesita ser dirigido desde fuera, pero sí puede beneficiarse de apoyo técnico, financiero y logístico. La ayuda debe ser transparente, coordinada y sin agendas ocultas.
Reflexión final
Haití no está condenado al fracaso, pero necesita una combinación de valentía política interna, presión y ayuda externa bien intencionada, y sobre todo, esperanza realista para su gente.
Fuente: servindi.org