El pasado sábado 3 de febrero, decenas de personas en Siria e Irak se vieron afectadas por un ataque de Estados Unidos, donde se emplearon “municiones de precisión” contra 85 objetivos vinculados a milicias proiraníes. Estos eventos desencadenaron una serie de reacciones tanto a nivel nacional como internacional.
Estados Unidos Desata Agresiones en Siria e Irak
Las agresiones, dirigidas principalmente contra la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán y otras milicias afiliadas, se produjeron tras una escalada de tensiones contra bases militares estadounidenses en respuesta al apoyo de Washington a la guerra de Israel en Gaza.
Rusia no tardó en convocar a una reunión urgente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, caracterizando la acción estadounidense como un “nuevo acto flagrante” de “agresión contra estados soberanos”. La situación escaló aún más, generando preocupación por las posibles implicaciones en la región.
Advertencias del Pentágono y Reacciones Locales
El Pentágono había advertido previamente sobre posibles ataques en la región, tras un incidente con aviones no tripulados en Jordania. Los medios locales reportaron al menos 23 personas fallecidas en Siria y 16 en Irak durante los ataques del 3 de febrero. Damasco y Bagdad condenaron la violación de la soberanía de sus países por parte de Estados Unidos.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Siria criticó la agresión, señalando la afectación a la Ciudadela de al-Rahba, una antigua maravilla arquitectónica regional.
Análisis de Expertos y Críticas Internacionales
El teniente coronel retirado del ejército estadounidense, Earl Rasmussen, destacó que los ataques evidencian que las operaciones de Washington en Medio Oriente no se dirigen verdaderamente contra ISIS. Además, señaló la hipocresía en los esfuerzos de Estados Unidos por etiquetar a las Fuerzas de Movilización Popular como “milicias respaldadas por Irán”.
Rasmussen resaltó la posible escalada de la situación, involucrando a Irán, Rusia y China, y expresó su preocupación ante la falta de una perspectiva más reflexiva por parte de Washington.
Agresión como Demostración de Poder
Imad Salamey, profesor asociado de ciencias políticas, consideró la agresión del 3 de febrero como un “ataque de demostración”, destinado a reafirmar la posición militar y de seguridad de Estados Unidos en el Medio Oriente. Añadió que la crisis podría intensificarse, con una posible atrincheramiento y aumento de la ofensiva por parte de las fuerzas estadounidenses en la región.
Consideraciones Internas en Washington
Muhannad Alazzeh, exsenador jordano, destacó que los ataques se relacionan con consideraciones internas en Washington, especialmente los intentos de Biden de evitar críticas de los republicanos. Aunque el parlamento iraquí pide una retirada estadounidense, Alazzeh sugiere que es más probable un aumento de la presencia militar en la región.
Respuesta a Agresiones Previas
La política de la administración Biden en Oriente Medio y sus intentos de desvincular los ataques de milicias con la guerra de Israel contra Gaza fueron criticados por Alazzeh, quien considera que esto refleja arrogancia o ignorancia por parte de Washington.
En resumen, los ataques del 3 de febrero representan una escalada peligrosa en la región, con diversas opiniones sobre sus motivaciones y posibles consecuencias.
Fuente: Sputnik