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A pesar de su reputación global por la contribución a las emisiones de gases invernaderos, Canadá posee una fuerte matriz extractivista. Gran parte de la actividad minera se concentra en Columbia Británica, donde se produce el 62% de todo el carbón canadiense. El proyecto de una nueva planta de carbón produciría entre 775.000 y 825.000 toneladas ha puesto en tensión a las comunidades indígenas del lugar. La mina de Tenas contaminaría el río Telkwa, afectaría a los salmones, la población de renos y pondría en riesgo al ecosistema.

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Expansión del carbón y soberanía indígena en Canadá

Debates Indígenas, 24 de marzo, 2024.- La minería en Columbia Británica, al suroeste de Canadá, tiene una larga y compleja historia que se encuentra entrelazada profundamente con el proceso de colonización. Hoy en día, la provincia se encuentra en una encrucijada crítica: enfrenta la presión para expandir las actividades mineras (impulsada por tensiones geopolíticas) y la urgencia de la crisis climática. De más está decir que la minería tiene consecuencias profundas para los ecosistemas y las comunidades indígenas.

 

Con el objetivo de expandir sus operaciones, las industrias extractivas a menudo promocionan beneficios económicos como la creación de empleo y la generación de ingresos, pero estas promesas frecuentemente no se materializan para las comunidades indígenas. Mientras empresas como Bathurst prometen invertir millones de dólares en las economías locales, la distribución real de la riqueza sigue siendo desigual. Las naciones indígenas, a pesar de residir en tierras ricas en recursos, reciben una retribución mínima por la explotación de sus territorios, lo que perpetúa los patrones de marginación económica.

Al igual que la industria forestal, en Canadá la minería está intrínsecamente ligada a la colonización y el colonialismo. En Columbia Británica, una de las más ricas en recursos de Canadá, esto es especialmente claro. Actualmente, la provincia es presionada por el gobierno federal para abastecer al país en materia de minerales críticos y de transición energética. Para ello, el sector minero recibe fuertes subsidios del gobierno.

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El carbón en Columbia Británica

La expansión sigilosa de las exportaciones de carbón térmico de Columbia Británica es solo un signo de los tiempos en los que los gobiernos liberales y socialdemócratas se muestran preocupados por el clima y el cumplimiento de sus objetivos de emisiones de carbono “neto cero”, al mismo tiempo que continúan facilitando la expansión de la producción de combustibles fósiles.

El éxito de las operaciones de minería de carbón en Columbia Británica depende de que otros países no puedan cumplir con sus compromisos globales de gases de efecto invernadero establecidos en el Acuerdo de París. La mayoría de las personas que están preocupadas por las emisiones de gases de efecto invernadero se horrorizarían al saber cuánto carbón se extrae, se carga en vagones y se transporta hasta el puerto de Prince Rupert, en la costa noroeste de la provincia.

El éxito de las operaciones de minería de carbón en Columbia Británica depende de que otros países no puedan cumplir con sus compromisos globales de gases de efecto invernadero establecidos en el Acuerdo de París.

El proyecto Tenas Coal ejemplifica los desafíos que enfrentan las comunidades indígenas al afirmar sus derechos y soberanía sobre sus territorios tradicionales. A pesar del requisito de consulta y consentimiento previo, bajo estándares internacionales como la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, la contribución indígena al proyecto ha sido limitada. La falta de respeto a sus derechos demuestra las barreras sistémicas para la autodeterminación indígena en los procesos de desarrollo de recursos.

Una de las muestras más evidentes es una ley centenaria que aún está en vigor en Columbia Británica sobre derechos superficiales y concesiones mineras. Desde la promulgación de la Ley de Campos de Oro de 1859, la minería en Columbia Británica ha sido facilitada por leyes que priorizan el acceso a los recursos minerales sobre la soberanía indígena. La exploración puede obtener derechos mineros con mínimos obstáculos burocráticos, a menudo sin el consentimiento de las naciones indígenas cuyas tierras explotan. Esta legislación colonial perpetúa los patrones de desposesión y degradación ambiental.

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La mina de carbón Tenas y la nación Wet’suwet’en

En Columbia Británica, la expansión de las exportaciones de carbón térmico es solo otro signo sucio de los tiempos. Para las comunidades indígenas, el aumento de la minería significa que los intereses y las lealtades de las comunidades están enfrentadas entre sí. Las líneas suelen trazarse entre los jefes hereditarios y sus aliados, y los miembros elegidos del consejo de la banda electos y sus familias.

El proyecto de la mina de carbón Tenas sirve como un microcosmos de problemas más amplios relacionados con la minería, la colonización y los derechos indígenas. A medida que la provincia transita hacia un futuro más sostenible y justo, enfrenta las injusticias históricas incrustadas en la extracción de recursos. Solo a través de un diálogo genuino, respeto a la soberanía indígena y sólidas protecciones ambientales, Columbia Británica podrá avanzar hacia un enfoque minero más equitativo y sostenible que respete los derechos y el bienestar de los pueblos indígenas y el mundo natural.

La mina de carbón Tenas produciría entre 775.000 y 825.000 toneladas de carbón metalúrgico al año, con una vida útil de aproximadamente 25 años, incluyendo fases de construcción, operaciones y restauración.

El Proyecto Tenas Coal fue presentado al proceso de Evaluación Ambiental de Columbia Británica en noviembre de 2018. La mina de carbón produciría entre 775.000 y 825.000 toneladas de carbón metalúrgico al año, con una vida útil de aproximadamente 25 años, incluyendo fases de construcción, operaciones y restauración. La huella esperada de la operación (sumados el ferrocarril, la línea eléctrica y la carretera de desvío) es de 1.050 hectáreas. El Proyecto se encuentra en el noroeste, a 375 kilómetros por ferrocarril de los Terminales de Trigon Pacific en Prince Rupert.

En 2019, Telkwa Coal Limited (TCL) publicó sus planes para la propuesta de la mina. Las valoraciones de recursos estiman que el sitio de la mina propuesta contiene alrededor de 29,1 millones de toneladas de carbón crudo. La mina está en tierras no cedidas de la Primera Nación Wet’suwet’en. Las tierras no cedidas son territorios donde no se ha firmado ningún tratado entre un Cuerpo Gobernante Indígena y el Gobierno de Canadá. Sin duda, impactará el futuro económico y social de la Primera Nación Wet’suwet’en y la región más amplia del Valle Bulkley.

La contaminación por selenio

El selenio es un mineral natural, presente en la mayoría de las rocas, entre ellas, el carbón. La descripción del proyecto de Tenas establece niveles más bajos de selenio que otros proyectos de carbón del oeste de Canadá. Sin embargo, esto no significa que el selenio no sea un problema potencial ya que, incluso pequeñas cantidades, puede tener un impacto ambiental significativo, especialmente, en la vida acuática. Para los humanos, el consumo regular de altos niveles de selenio puede causar cáncer de próstata y neurotoxicidad. Esto sería un problema para los Wet’suwet’en que dependen de la alimentación de peces y plantas acuáticas.

En 2016, el Auditor General ya había realizado una advertencia sobre el daño ambiental: “Los impactos, debido a las concentraciones elevadas de selenio en el carbón, en los ecosistemas sensibles y la salud humana dentro de la región se multiplicarán a medida que las operaciones industriales y mineras se expandan, causarán una mayor superación de las Pautas de Calidad del Agua de Columbia Británica y pueden tener un efecto perjudicial en los peces y otras formas de vida acuática”. En este sentido, los investigadores han demostrado que la bioacumulación de selenio puede circular en las redes alimentarias durante décadas.

Tenas Coal procesaría cerca de 20.000.000 de toneladas de carbón durante la vida útil de la mina. Esto generaría entre 55 y 60 millones de dólares al año, y hasta 1.500 millones en 25 años.

Sin embargo, la contaminación por selenio no es un problema para el proyecto Tenas. En 2023, Bathurst Resources Ltd., la empresa minera de carbón más grande de Nueva Zelanda, llegó a un acuerdo para comprar la mina. El carbón producido complementará sus exportaciones para la producción de acero en Japón, Corea del Sur, China e India. Bathurst pagará un royalty máximo de hasta 3.000.000 de dólares, pagadero a una tasa de U$S 2 por tonelada métrica sobre las ventas, donde el precio (excluyendo impuestos) esté por encima de U$S 200 por tonelada métrica durante los primeros tres años después del inicio de la producción.

Con una extracción anual de 775.000 a 825.000 toneladas, Tenas Coal procesaría cerca de 20.000.000 de toneladas de carbón durante la vida útil de la mina. Esto generaría entre 55 y 60 millones de dólares al año, y hasta 1.500 millones en 25 años. La aprobación ambiental para el Proyecto Tenas no se espera hasta principios de 2025. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, anunció en la COP26 que Canadá pondrá fin a las exportaciones de carbón térmico para 2030. La expectativa de vida proyectada de la mina Tenas es de 25 años. Las matemáticas no cuadran.

Los salmones, los renos y la cultura

Un estudio reciente publicado en Science Advances destaca los efectos perjudiciales de las minas en las cuencas hidrográficas de salmón, al descargar contaminantes tóxicos (como el selenio) en los ríos. Por supuesto que esta actividad también incluye la contaminación del agua, la destrucción del hábitat y la alteración de los regímenes de flujo naturales. El Proyecto Tenas amenaza con exacerbar estos impactos, poniendo en peligro tanto el medio ambiente como los medios de vida en los territorios de la primera nación Wet’suwet’ten.

La mina de carbón también podría convertirse en una fuente importante de contaminación  de los arroyos Tenas, Four y Goathorn que rodean la mina de carbón y desembocan en el río Telkwa. Este río alberga varias especies de salmones, como el salmón chinook, el salmón coho y el salmón rosado. Los salmones son una fuente importante de alimento para varias comunidades Wet’suwet’en y son una especie clave en la red ecológica de la región. Cualquier contaminación de estas aguas tendría un impacto profundo en las comunidades, sus tierras y el medio ambiente.

La mina de carbón también podría convertirse en una fuente importante de contaminación de arroyos que desembocan en el río Telkwa. Este río alberga varias especies de salmones, una fuente importante de alimento para varias comunidades Wet’suwet’en.

Por otro lado, la construcción de la mina y la infraestructura asociada arrasaría con áreas que deberían ser hábitats naturales para la población de renos, que se viene recuperando tras haber sido diezmada durante décadas por las tala industrial. El sitio propuesto por la mina cae dentro del Área de Recuperación de Renos Telkwa, donde los bosques locales están volviendo a crecer con el tipo de líquenes arbóreos que comen los renos. Los animales, una fuente de alimento para las familias de Wet’suwet’en, solían bajar al río Telkwa desde el arroyo Goathorn.

Finalmente, la Oficina de los Wet’suwe’ten ha señalado que las tierras que comprenden el proyecto Tenas también abarca sitios de importancia cultural y utilidad para la vida silvestre: presencia de alces y osos pardo en los depósitos Tenas y Goathorn, áreas de cosecha de cebolla silvestre, lamederos naturales para la fauna y senderos de juegos cerca del depósito Telkwa North.

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El legado histórico del colonialismo

Al enfrentarse a los desafíos multifacéticos planteados por la expansión minera en Columbia Británica, queda claro que el legado histórico del colonialismo continúa dando forma a la extracción de recursos en los territorios de las primeras naciones. El Proyecto de Carbón Tenas, situado en tierras no cedidas de los Wet’suwet’en, ejemplifica la intersección entre la degradación ambiental, los derechos indígenas y los intereses económicos. A pesar de los requisitos legales de consulta y consentimiento, las comunidades indígenas enfrentan barreras sistémicas para su autodeterminación en los procesos de desarrollo de recursos.

La expansión de las operaciones mineras no solo amenaza los delicados ecosistemas y los sitios del patrimonio cultural, sino que también agrava las disparidades socioeconómicas dentro de las comunidades indígenas. Mientras que las industrias extractivas prometen beneficios económicos, la realidad a menudo se queda corta, dejando a las naciones indígenas marginadas y sus tierras explotadas. El desprecio por la soberanía indígena y la gestión ambiental perpetúa un ciclo de desposesión y daño ecológico.

Al enfrentarse al imperativo de transitar hacia un futuro más sostenible, la sociedad de Columbia Británica debe priorizar un diálogo genuino, que incluya el respeto por los derechos indígenas y las protecciones ambientales. Solo con este horizonte, la provincia podrá avanzar hacia un enfoque minero que respete los derechos y el bienestar de los pueblos indígenas y la integridad del mundo natural para las generaciones futuras.


Fuente: servindi.org

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