
Pozos de extracción de litio en el salar de Atacama, Chile (Anadolu via Getty Images)
A medida que la demanda de litio crece en esta zona, el pueblo de Lickanantay enfrenta una crisis hídrica sin precedentes.
En el desierto de Atacama una de las principales fuentes de litio, la demanda por este mineral, crece, mientras la crisis hídrica en Lickanantay ubicado en torno al salar se agudiza poniendo en riesgo la vida de sus habitantes y el ecosistema.
La explotación intensiva del litio también ha transformado a comunidades como Peine, ubicado en el borde del salar de Atacama, donde la minería ha generado empleo, pero también conflictos sociales y ambientales.

En esta comunidad, los niveles de agua subterránea están disminuyendo, lo que obliga a los habitantes a racionar el agua potable, lo que consideran una amenaza para su permanencia.
Sergio Cubillos, presidente comunitario de Peine, advierte que la falta de regulación podría llevar a la desaparición de su pueblo; por lo pronto se sabe en base a estudios de expertos que el salar se hunde dos centímetros cada año por la extracción de salmuera.
La lucha por la defensa del agua y ecosistemas, detrás de la extracción del litio
Empresas como SQM y Albemarle extraen salmuera rica en litio a través de un proceso de evaporación, dejando tras de sí montículos de sal y afectando los niveles de agua subterránea.
Este auge ha convertido a Chile en uno de los principales proveedores globales, con una producción que cubre el 30% de la demanda mundial y con planes de expansión para aumentar un 70% la extracción al 2030 bajo la Estrategia Nacional del Litio.
El Consejo de Pueblos Atacameños (CPA), que agrupa a 18 comunidades de la zona, ha buscado mecanismos para negociar con las empresas mineras y exigir garantías para la protección del agua.
Mientras tanto la división entre los que están a favor de la minería y quienes buscan preservar su estilo de vida tradicional ha generado tensiones internas.
Investigadores y advierten que la explotación del litio puede llevar a un colapso socioecológico.
En respuesta a la crisis, la comunidad de Peine ha emprendido acciones legales contra las compañías mineras, acusándolas de la extracción excesiva de agua subterránea.
En diciembre de 2023, el Primer Tribunal Ambiental de Antofagasta aprobó un acuerdo reparar el daño ambiental y compensar a la comunidad.
Lickanantay exige un modelo de explotación sostenible que respete sus derechos y el de los ecosistemas.
Fuente: servindi.org