Bogotá. El jueves, bajo un sol implacable que calentaba las piedras de la histórica Plaza de Bolívar, en el corazón de Bogotá, una multitud se reunió una vez más para defender al presidente Gustavo Petro y sus reformas.
El viento agitaba las carpas blancas y las banderas que ondeaban en el aire: Palestina, el Movimiento 19 de abril, Colombia Humana, las centrales obreras. El escenario estaba listo para el ritual de la política en las calles, con las consignas que se repetían como un mantra: “No pasarán”, “Petro, el pueblo está contigo”.
Entre la multitud, Manuel Vergara, un hombre de rostro curtido y cuerpo delgado, aguardaba paciente.
“Estoy aquí porque no es posible que nos quieran tumbar la reforma pensional”, dijo, su voz entrecortada por el aire seco, a la Agencia Sputnik. “Era una esperanza para nosotros, los viejos”, agregó el trabajador independiente de más de 70 años, quien acudió a la manifestación junto a su esposa.
La reforma de las pensiones fue aprobada en junio por el Congreso de Colombia y busca cambiar el sistema de retiro para proteger a millones de adultos, así como a quienes no lograron completar los requisitos para obtener los beneficios de jubilación.
Sin embargo, es resistida por la oposición y en medio de una lucha de Titanes la Corte Constitucional podría declararla exequible y eliminarla del ordenamiento jurídico.
En la plaza, un punto habitual de las manifestaciones políticas por su cercanía al Congreso, las cortes y la Casa Presidencial, el ambiente era una mezcla de fervor y cotidianidad. Mientras unos gritaban consignas en contra de la oligarquía y los poderes económicos, otros comían fruta comprada a los vendedores ambulantes.
En las pantallas gigantes se proyectaban entrevistas a los manifestantes. A pesar del calor, nadie se movía.
A las 14.30, Petro apareció en la tarima y el clamor de la plaza fue instantáneo.
El grito “Petro, el pueblo está contigo” se mezclaba con otro, más desafiante: “No pasarán”. Una consigna que Petro mismo ha repetido en sus discursos, una declaración de guerra a los políticos que, según él, quieren verlo fuera del poder.
La semana pasada, Petro afirmó que se acercaba un golpe de Estado en su contra ya que la Comisión Nacional Electoral (CNE) se aprestaba a determinar si investigaba al mandatario por un tema de financiamiento de su campaña en 2022.
El jueves, entre la marea de cuerpos y voces, Luisa Méndez, una joven activista llegada desde Soacha, al sur de Bogotá, levantaba el puño con determinación. “Lo que está haciendo la oligarquía y los medios es tratar de sacar al presidente, y no lo vamos a permitir”, afirmó con la misma pasión que parecía envolver a toda la plaza.
Durante una hora, Petro habló de lo que muchos consideran la batalla crucial: la reforma pensional.
Una reforma que es el estandarte de su política social y que el ex guerrillero pretende defender a capa y espada junto a sus partidarios.
“Esto no es solo una marcha”, dijo, “es el inicio de un ejercicio de hegemonía popular, del poder popular”.
Fuente: jornada.com.mx