A inicio de este mes salió a la venta el segundo libro titulado “Прокси-разведка США Невидимый фронт”, “La Inteligencia Proxy de EEUU. El Frente Invisible” (en ruso), de Roman V. Romachev, oficial de reserva del FSB, fundador y director de la empresa R-Texno; una empresa rusa dedicada a la inteligencia y análisis corporativo en beneficio de muchas empresas y emprendedores con más de 20 años en el mercado, ganando una gran autoridad en la comunidad de inteligencia profesional.
Esta entrega detalla al máximo una enorme cantidad de empresas y organizaciones privadas contratadas en el sistema de las operaciones de la inteligencia norteamericana muy difícil de rastrear, más cuando a los oficiales de la CIA solo se les busca tras los muros de sus embajadas diplomáticas.
Es una continuación del primer libro publicado anteriormente en el 2023 titulado: “Прокси-разведки США- Гуманитарный фронт”, “La Inteligencia Proxy de EEUU. El Frente Humanitario” (en ruso), dedicado al estudio de las Organizaciones No Gubernamentales (supuestamente) sin fines de lucro (ONG) en el sistema de inteligencia USA. En la primera entrega se detalla al máximo el enjambre global y las raíces de una enorme cantidad de ONGs privadas contratadas por la inteligencia norteamericana.
El trabajo de ambas obras va más allá del estudio académico de la inteligencia estadounidense, ya que el autor proporciona elementos para la reflexión y un análisis profundo. Las obras están recomendadas a los que quieran sumergirse en el mundo real de las acciones clandestinas de la CIA y conocer la praxis del trabajo de tales organizaciones y empresas en un enorme abanico de sectores como el político, militar, económico y tecnológico.
Con el versículo “No hay nada oculto que no llegue a ser manifiesto” (Mateo 10:26; Lucas 12:2), ambos libros están siendo traducidos al español con posibilidades de salir a la venta en varios países de Latinoamérica y España en los próximos meses.
En ambos libros tocan temas sobre ONGs y empresas proxi privadas que realizan acciones de inteligencia que de una u otra manera han tenido que ver con la guerra de inteligencia entre los EEUU y Nicaragua.
Basta con el ejemplo del golpe de Estado en Chile (1973), el que presenta el libro de Peter Maas “Manhunt” (1986), “Cacería Humana”, donde Tom Clines, un oficial de la CIA, le propone a Somoza crear un grupo privado especializado e integrado por mercenarios en búsqueda y destrucción de todos sus enemigos políticos, y sobre todo a los sandinistas. Grupo que no se pudo crear a tiempo, porque el tirano fue derrocado por el FSLN.
Un capítulo importante en el segundo libro de R. Romachev para el lector nicaragüense es el dedicado al “Batallón Fénix” (1985-1986), supuestamente un grupo privado militar especializado en actividades de sabotaje y reconocimiento y clasificado como grupo de inteligencia cuasi gubernamental. Fuentes oficiales aún niegan la existencia del batallón, ya que las operaciones de organizaciones proxy de inteligencia, en interés de agencias gubernamentales, no siempre se hacen públicas.
Telaraña de empresas privadas
Pero en fuentes abiertas aparece el “Batallón Fénix”, como es el caso del libro de Sam Hall: “Contraterrorismo. Desde el Medio Oriente hasta Nicaragua”, publicado en 1987. Hall fue un mercenario norteamericano contratado por la Central de Inteligencia Norteamericana (CIA), a través de una organización privada para entrenar a los “Contras” en la guerra sangrienta de Ronald Reagan contra nuestro pueblo en los 80.
En este particular, el libro de Roman V. Romachev detalla la inmensa telaraña de empresas privadas a nivel global desde una perspectiva histórica. El de Sam Hall lo confirma en sus memorias. Hall describe al Batallón Fénix, su posible composición de unos 540 mercenarios aerotransportados con bases en todo el mundo con aviones C-5 A y C26.
El proyecto fue solicitado por un oficial del Pentágono, capitán Bill Hamilton, quien lo presentó a un colega de la CIA, Roger Martin, para examinar el proyecto del Batallón elaborado por Hall y Doug Faine (alias Red Dog, ubicado en la Florida), con un costo entre 14 y 19 millones de dólares.
Además, este proyecto sería patrocinado y contratado por otra red de empresas y organizaciones privadas para borrar todo rastro posible que involucre al gobierno USA, como ocurrió con el derribo del avión donde viajaban otros tres mercenarios norteamericanos, entre ellos Eugene Hasenfus en 1986 y que derivó en el escándalo Irán-Contras que casi le cuesta a Reagan la silla presidencial por haberle mentido al congreso.
Se supone que el proyecto fue detenido por la CIA mientras se superaban ciertos impedimentos principales; se le propuso a Hall ir a Centroamérica y subordinarse a una organización llamada Civil Military Alliance (CMA) -Alianza Civil Militar-, bajo el mando de Thomas Vincent Posey. Según un artículo de UPI Archives del 13 de julio de 1986, escrito por Dana Beyerle y Bill Lohmann, se describe al CMA como un oscuro grupo paramilitar global anticomunista.
Fue organizada en 1983 por Posey, un tendero mayorista en Decatur, Alabama, y que proporcionaba suministros militares y conocimientos a los anticomunistas en Centroamérica, incluidas las fuerzas gubernamentales en El Salvador y a los “Contras” nicaragüenses. Posteriormente el CMA sustituyó el concepto de Militar a Material, para recolectar más fondos.
La CMA afirmaba tener 5,000 miembros en los 50 estados, muchos de ellos veteranos de Vietnam, y dice que recauda donaciones para financiar su misión declarada: detener a los comunistas y otros indeseables que atacan la santidad política y geográfica de los Estados Unidos. Mientras el congreso USA detenía los fondos de financiamientos a los “Contras”, la CMA proveía de logística de todo tipo de material militar con aviones sin códigos, pero que el gobierno USA les facilitaba.
El CMA ya había perdido a “dos voluntarios” que murieron en 1984, cuando su helicóptero de evacuación médica fue derribado cerca de la frontera de Nicaragua con Honduras. A Sam Hall se le dijo que debía ser un especialista en guerra química en el FDN (Fuerza Democrática Nicaragüense=la Contra), y ser parte de un equipo que robaría un helicóptero militar soviético MI-25 en un aeropuerto militar en Managua.
Organizaciones anticomunistas radicales
Prontamente Hall se vio en la frontera sur de Honduras en la Costa Atlántica, para entrenar y elevar la capacidad de combate de los “Contras-Misquitos”, bajo contrato directo de la CMA. Hall negaba pago alguno, dijo que al entrenar y luchar junto a los “Contras” no le cobraba nada a la agencia, que sus actividades eran financiadas por ciertos particulares, cuyos nombres reales desconocía. Al comunicarse con ellos se utilizaron seudónimos como: Tinker de Washington, Evers de Inglaterra y Chance de Miami.
Tinker, el jefe planificador de operaciones desde Washington; Evers, buscador y recolector de fondos; y Chance, un hispano que estuvo en la Brigada 2506, ubicada en una base militar en la Florida. Los tres bien interconectados entre sí y con el Consejo de Seguridad Nacional (NSC) en Washington D.C. Esta información no aparece en los informes de la CIA sobre las actividades de Sam Hall, en 1986, en Nicaragua.
Investigadores posteriores de su historia notaron que los apellidos son muy similares a los nombres del famoso trío de jugadores del equipo de baloncesto Chicago Cubs: Joe Tinker, Johnny Evers y Frank Chance. Otros creen que Hall presentó una versión de nombres (seudónimos) de sus patrocinadores literalmente “sobre la marcha” de las entrevistas e indagaciones.
Sin embargo, en su libro él mismo publica uno de los cheques de 1985 recibido por United States Council for World Freedom (USCWF), el Consejo de los Estados Unidos para la Libertad Mundial, lo que hace muy complicado seguir las huellas de financiación de las operaciones clandestinas de la CIA y el CSN.
La USCWF fue el capítulo estadounidense de la Liga Mundial Anticomunista (WACL), una organización internacional fundada en 1966 en Taipéi, Taiwán. Bajo la iniciativa de Chiang Kai-shek, la WACL pretendía oponerse al comunismo en todo el mundo mediante métodos no convencionales.
Al pagarse con cheques del Consejo de los Estados Unidos para la Libertad Mundial, se puede comprender el financiamiento de Taiwán al programa contrarrevolucionario USA contra Nicaragua, lo que no era una práctica nueva ni para él, ni para la CIA o el Pentágono al pagar vía grupos u organizaciones privadas a mercenarios. Según Hall, participó en las siguientes operaciones militares:
● Principios de los 70: Egipto y Jordania para el servicio de inteligencia israelí Mossad.
● A finales de la década de 1970, trabajó para el gobierno sudafricano.
● Principios de la década de 1980: mercenario en Angola y Rhodesia (Zimbabue).
● En junio 1982, voluntario de comando israelí durante la invasión israelí del Líbano.
● Supuestamente en Angola, en 1983, fue herido.
● En marzo 1983 aparece como funcionario del Washington Center of Publication (Centro de Publicaciones en Washington D.C), un centro que no aparece en fuentes públicas de información hasta hoy día.
● Noviembre 1983 como un corresponsal por cuenta propia en El Salvador.
● 1985, intento de asesinato del embajador de Estados Unidos en Costa Rica.
Planes para invadir Nicaragua
Según un informe de la agencia de noticias cubana Prensa Latina, Hall formó parte de un complot liderado por la CIA para asesinar al embajador de Estados Unidos en Costa Rica, Lewis Tambs. Se informó que el propósito del plan era culpar a los sandinistas y así crear un pretexto para una invasión militar estadounidense a Nicaragua.
La fuente de esta historia fue una entrevista con el emigrante cubano Jesús García, publicada el 15 de diciembre de 1986 en EEUU. El abogado de García argumentó que éste pasó información sobre Sam Hall al FBI en enero de 1986; es decir, antes de que Sam ganara fama pública casi un año después. Jesús afirmó que la conspiración involucraba a un grupo de estadounidenses asociados con el CMA.
Entre los integrantes del grupo mencionó a Stephen (Steven) Carr y René Corbo. Según sus informaciones, el grupo voló a Nicaragua desde Fort Lauderdale en marzo de 1985. En abril de 1985, Carr fue arrestado en Costa Rica por posesión de armas y también estuvo involucrado en tráfico de drogas. Estaba previsto que Stephen se convirtiera en testigo en el caso Irán-Contra, pero murió repentinamente en diciembre de 1986.
Según la versión oficial, la causa de la muerte fue una sobredosis de drogas.
Los periodistas Tony Avirgan y su esposa Martha Honey también declararon públicamente que tenían información de que Corbo planeaba matar al embajador Tambs, colocando una bomba en un buzón cerca de la embajada de Estados Unidos en San José, Costa Rica. Los periodistas afirmaron que el terrorista anteriormente luchó en Cuba contra el gobierno y participó en la organización del movimiento contrarrevolucionario en Nicaragua.
Según la CIA, Corbo era el líder de un destacamento armado de 40 nicaragüenses de origen cubano que lucharon contra los sandinistas. Además, el destacamento recibió asistencia con armas y equipo de Estados Unidos. Sin embargo, René era irascible, bebía mucho y robaba bienes materiales recibidos de Estados Unidos. (En la foto Hall planificando una operación al interior de Nicaragua).
De marzo a septiembre de 1986, Hall figura como “empleado” por la organización de voluntarios “Asistencia Civil Militar (CMA) o Asistencia de Material Civil” para el entrenamiento de los contrarrevolucionarios misquitos a lo interno de Nicaragua. Para ese entonces la CMA contaba con 12 contratados en el proyecto “Contra“, entre ellos el famoso “Coronel Flaco”. A cargo de los misquitos estaba Joe Adamas, alias “Shooter”, por su excelente puntería en pistola. Había sido el escolta de Adolfo Calero, miembro del directorio político del FDN.
Hall entrenó, dirigió y combatió junto a los 1,800 misquitos en decenas de encuentros contra las tropas sandinistas y otras operaciones, como la voladura del puente en Sasa, en la Costa Atlántica de Nicaragua. Fue herido en las costillas con una bayoneta por un heroico soldado sandinista, y entre mayo y julio elaboró un plan de ataque a la zona del Triángulo Minero en Rosita y Bonanza.
La Operación se llamaba “Rainbow Mission”, algo así como el embrión de lo que posteriormente se conoció como la “Operación Olivero” de la “Contra” en diciembre de 1987. Esta, en su momento, fue presentada a su operador en Honduras Rob Owen, quien fungía como su enlace directo con el CMA. Esta fue aprobada por el general Jhon Singlaub, quien dirigía la asistencia- abastecimiento logístico al FDN desde su casa, en el Estado de Colorado, EEUU.
Misiones y proyectos fallidos
Desde luego que detrás de toda aprobación estaba el Coronel Oliver North, quien desde el Consejo de Seguridad Nacional (NSC) dirigía, junto con el jefe de la División latinoamericana de la CIA, Dewey Clarridge, el “Proyecto Nicaragua”. Hall mismo se encontró con North en la base aérea de la “Contra” en Honduras “El Aguacate”, donde ya estaban almacenando los misiles tierra aire, SAM-7, las ametralladoras pesadas M-60 y todo tipo de logística solicitada.
A pesar que fue aprobada y se inició con la acumulación del material bélico, con un monto requerido de un millón de dólares a emplearse en la operación, ésta fue suspendida por varias razones, le explicó “Chance” a Hall. Primero la profunda división de los líderes misquitos en la “Contra” producto de Stedman Faggot, quien se había autoproclamado líder y era un activo de la CIA y el FDN, y posiblemente hasta del FSLN.
Sam Hall retorna a los EEUU donde, desde octubre hasta diciembre, trabajaba supuestamente en una sucursal de una tienda de muebles en Tampa, en Dayton. En diciembre se le asigna una nueva misión en Nicaragua. Según el briefing con su operador “Chance”, con la ayuda de un mapa abordaron las bases aéreas en Puerto Cabezas, Sandino y Punta Huete, donde los soviéticos habían estado reconstruyéndolas y habilitándolas a tal punto de poder alojar aviones de reconocimiento, cazas interceptores y bombarderos pesados.
La misión era entrar en contacto en Managua con el agente de la CIA “Roberto”, quien lo pondría al tanto de mayores detalles actualizados. En Punta Huete debería constatar la existencia de túneles que pudieran albergar aviones MIG-27 y si los cubanos estaban ensamblando helicópteros de combate soviéticos MI-24, y también en el aeropuerto Sandino. En realidad, una misión rara y extrema porque bien lo podía hacer la Oficina de Reconocimiento aéreo/satelital de la CIA (NRO).
Tras haber llegado a Managua y encontrado a su contacto “Roberto” en las inmediaciones del hotel Intercontinental, Managua, estudiaron los mapas de las bases y el 11 de diciembre hicieron un recorrido de reconocimiento. Al día siguiente, 12 de diciembre de 1986, Sam Hall fue capturado por la Seguridad del Estado cerca del aeropuerto militar de Punta Huete. Se le encontraron mapas caseros de la zona, que Hall escondió en sus calcetines.
Oscar Loza, (qepd) Jefe de Operaciones de la Dirección de la Seguridad del Estado nicaragüense (DGSE), proporcionó a los periodistas bocetos de mapas caseros de Hall con las notas “Cuba -submarinos de ataque, fragata -2 lanchas patrulleras-64 y el número de helicópteros de fabricación soviética en el aeródromo de Managua”. Durante el interrogatorio, Hall trató de no revelar tantos datos a excepción de que no espiaba para la CIA, sino para el Batallón Fénix.
Su captura se dio en un momento álgido del escándalo Irán-Contra y hasta podía ser que haya inventado lo del Batallón Fénix, para no revelar los nombres y objetivos de la operación real. El mercenario, al dejarse capturar en una misión tan burda, podía lograr encontrarse con Eugene Hasenfus y asesinarle en la cárcel fácilmente.
El escándalo Irán-Contra, por haberle ocultado al congreso operaciones clandestinas para financiar a la contrarrevolución, -después de emitidas las enmiendas Boland sobre la suspensión de asistencia económica a la “Contra”- estaba generando todo un cataclismo en el gobierno norteamericano y en los mandos de las agencias que dirigían la guerra contra Nicaragua.
El “inexistente” Batallón Fénix
Hall fue desarmado psicológicamente cuando un día de tantos el oficial de la seguridad a cargo de la investigación, en la prisión le mencionó todos los nombres del CMA con él conectados, su primera misión de robar un helicóptero soviético MI-24 mucho antes de entrenar a los misquitos, y el de su operador “Chance”. Sam no podía entender cómo los sandinistas habían obtenido toda esa información.
En EEUU los personajes cercanos a Sam Hall, que salieron a la luz pública en los medios de comunicación USA, al ser entrevistados, dijeron que era realmente un hombre mentalmente inestable de casi cincuenta años que quería fama y atención, pues nunca existió el Batallón Fénix. Representantes de grupos privados estadounidenses que apoyaban a los contras nicaragüenses dijeron en entrevistas que nunca habían oído hablar de Sam Hall. Entre ellos, Joyce Downey, directora ejecutiva del Consejo Estadounidense para la Libertad Mundial, en Phoenix, Arizona, y Jim Kent, portavoz de Civilian Material Assistance (CMA).
En enero de 1987, Sam Hall fue devuelto a los Estados Unidos. Nicaragua se negó a procesarlo producto de su inestabilidad mental. Lo internaron en un hospital de veteranos. Sin embargo, más tarde el fundador de CMA, Tom Posey, confirmó el hecho de que Hall trabajó para el CMA. Los documentos de la CIA desclasificados hasta la fecha no responden a estas preguntas.
El Padre Miguel D’Escoto (Ministro de Asuntos Exteriores de Nicaragua) dijo: “El tipo de información que este hombre estaba registrando sólo ayudó a confirmar la seriedad de los pronósticos de Nicaragua sobre los planes de ataque de la administración Reagan”.
Al regresar a EEUU y encontrase de nuevo con su operador “Chance”, éste le preguntó si seguía interesado en cumplir más misiones para ellos en Nicaragua, a lo que Hall le respondió que la única parte de Nicaragua que quería volver a ver era Managua, como invitado de un presidente “Contra”. Y el mercenario yanqui hasta en este sueño fue derrotado.
Hall falleció en 11 de agosto del 2014. Le dieron un funeral militar con honores de veterano de guerra en el Cementerio Nacional de Bay Pines. Con amargura vio el retorno en el 2007 del FSLN y jamás se dará cuenta que el 19 de este mes, la Revolución Popular Sandinista cumple su 45 aniversario; el proceso revolucionario, que sus contratistas desde el gobierno yanqui y el mismo, sigue tan vigente como en los 80.
(*) Director del Centro Regional De Estudios Internacionales CREI
Fuente: visionsandinista.net