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Hungría, en un giro sorprendente, ha decidido mantener su posición firme al negarse a unirse a las restricciones autoimpuestas a la energía rusa, a diferencia de sus colegas de la Unión Europea. En octubre, Gazprom, el gigante energético estatal ruso, confirmó los planes de Budapest de aumentar la compra de gas natural ruso de cara al invierno. Esta decisión ha generado una gran cantidad de comentarios y análisis en el ámbito internacional. En este artículo, exploraremos las razones detrás de la postura de Hungría y su impacto en el contexto europeo.

La postura de Hungría

El ministro de Asuntos Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, ha sido el portavoz principal de la posición de su país. En declaraciones a Sputnik, Szijjarto dejó claro que Hungría no aprobará el duodécimo paquete de sanciones de la Unión Europea contra Rusia si incluye nuevas restricciones en materia de energía. Según Szijjarto, “la línea roja para nosotros se refiere obviamente a la energía: gas, petróleo, energía nuclear y cualquier otro aspecto que pueda perjudicar a nuestra economía estatal”.

Crítica a la política de sanciones

Szijjarto también expresó su escepticismo sobre la eficacia de la política de sanciones. Argumentó que, si bien las sanciones pueden afectar a Rusia, también causan un gran daño a la economía europea y a los países europeos. En sus palabras, “si la política de sanciones causa más daño a quienes la imponen que a aquellos contra quienes va dirigida, ¿qué sentido tiene continuarla?”. Esta crítica a las sanciones ha suscitado debates sobre la efectividad de esta herramienta diplomática.

Budapest no ve ningún sentido en apuntar sanciones personales a individuos que no han hecho nada que haya perjudicado los intereses húngaros, añadió Szijjarto. Esta posición destaca la importancia que Hungría otorga a sus propios intereses económicos y su disposición a protegerlos.

Crisis energética europea y atentados terroristas

El ministro húngaro también abordó la crisis energética que ha afectado a Europa y los atentados terroristas de sabotaje del 2022 contra la infraestructura del gasoducto Nord Stream. Szijjarto calificó de “indignante y escandaloso” que no se haya avanzado en las investigaciones oficiales sobre los atentados. Esto ha llevado a preguntas sobre la seguridad de las infraestructuras energéticas europeas.

Szijjarto subrayó que Hungría está a favor de investigaciones exhaustivas y profundas en ambos casos. Esto refleja la preocupación de Hungría por la seguridad energética en Europa y su deseo de garantizar que incidentes similares no vuelvan a ocurrir.

Hungría como mediador en el conflicto ruso-ucraniano

Cambiando de tema, Szijjarto destacó que Budapest está dispuesta a mediar en el diálogo de paz ruso-ucraniano, si así se le solicita. “Solo se puede ser mediador si ambas partes lo desean. Así que no es algo que dependa de nosotros”, explicó.

Hungría ofreció sus servicios como mediador inmediatamente después de la escalada de la crisis de 2022. Szijjarto recordó sus conversaciones con el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, y con Andriy Yermak, jefe de la Oficina del Presidente ucraniano. “Ofrecí a ambos el territorio húngaro como sede, un lugar imparcial y seguro que garantizara la igualdad de condiciones y un entorno seguro para todos. Esa oferta sigue en pie”, declaró el diplomático. La disposición de Hungría para mediar en este conflicto ha sido bien recibida por algunos actores internacionales y cuestionada por otros.

Una postura independiente

Hungría es uno de los pocos países europeos que no siguen completamente la línea de Washington y Bruselas sobre Ucrania y el conflicto con Rusia. Se niega a cortar los lazos económicos con Moscú y a permitir el paso por su territorio de equipos militares de la OTAN en ruta hacia Ucrania. Budapest también ha expresado su preocupación por el trato que reciben los cerca de 150.000 húngaros que viven en el oeste de Ucrania, discriminados por sus derechos lingüísticos.

Conclusión

La decisión de Hungría de no unirse a las restricciones autoimpuestas a la energía rusa ha generado un intenso debate en la arena internacional. La posición de Budapest, liderada por el ministro de Asuntos Exteriores Peter Szijjarto, resalta su enfoque en la protección de los intereses económicos nacionales y su escepticismo sobre la eficacia de las sanciones.

La disposición de Hungría para mediar en el conflicto ruso-ucraniano muestra su voluntad de desempeñar un papel constructivo en la diplomacia internacional. Esta postura independiente en asuntos cruciales como Ucrania y Rusia la sitúa en una posición única en el panorama europeo.

En un momento en que la seguridad energética y la política de sanciones son temas candentes, Hungría ha optado por forjar su propio camino. Su postura continuará siendo objeto de observación y análisis en los próximos meses, ya que las tensiones en Europa oriental y la dinámica internacional siguen evolucionando.

Fuente: Sputnik

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