La oposición en Colombia sufrió otra decepción el viernes, tras conocerse la finalización inesperada de la huelga de camioneros que paralizó el país desde el lunes pasado. La misma supuso una crispación general durante toda la semana, debido a los bloqueos de importantes arterias viales que impedían todo tipo de paso vehicular y que comenzaban a hacer estragos en los sectores de alimentos, sanidad y combustible.
No es la primera vez que ocurre un paro de camioneros en Colombia, pero sí fue el primero durante la gestión de Gustavo Petro. Esto suponía, para los sectores más activos de oposición, un reinicio del asedio al gobierno, y esta vez no desde un escándalo mediático, o desde las instituciones controladas por el conservadurismo, sino propiamente desde las calles, que son el espacio privilegiado del petrismo. Las expectativas de encajonar al presidente, nuevamente fueron al alza.
Desde que se inició el gobierno del presidente Gustavo Petro, en agosto de 2022, la oposición le ha intentado golpear por diferentes flancos: forjando una destitución institucional, movilizando a las huestes conservadoras o sencillamente desde el escándalo mediático.
Solo basta recordar todas las veces que el exfiscal Francisco Barbosa intentó emprender acciones en su contra hasta que culminó su período el 12 de febrero del año en curso. También en mayo, cuando los magistrados del Consejo Nacional Electoral, Benjamín Ortiz y Álvaro Prada (asociados a partidos opositores), radicaron una ponencia de imputación y formulación de cargos en contra del presidente.
Pues apenas acabado el paro de camioneros, es este último escenario institucional el que cobra vida nuevamente. Durante la semana pasada, se dio a conocer que la investigación del ente comicial encuentra violaciones en los topes de campaña del entonces candidato y ahora presidente Petro.
Cada acontecimiento que atenta contra la imagen o gestión suya, se intenta convertir rápidamente, tanto por los medios como por los partidos políticos del establecimiento, en el momento ideal para sacudir de manera definitiva al presidente.
Hasta ahora ha sabido salir ileso.
Eludir golpes: el ejercicio cotidiano de Petro
Petro ha sabido salir airoso en cada uno de estos rounds. La forma tan rápida y eficiente, como en la culminación del paro camionero, da cuenta de un avance en la gestión del gobierno colombiano, porque, aunque el aumento del diésel acordado fue mucho menor del que se había decretado días antes, pudo subirlo de manera gradual y escalonada, superando las resistencias a la medida.
Lo más importante para la actual administración es que cerró rápidamente el capítulo de un paro enfocado en los cortes de ruta, que en Colombia ha implicado largos ciclos de conflictividad, cada vez que se trata el problema del aumento del combustible. Se recuerdan, de manera cercana, los paros ocurridos durante la gestión del expresidente Iván Duque, específicamente en 2019 y 2021, que llevaron a decenas de asesinatos y heridos y la paralización de importantes sectores de la economía.
Lo más relevante de este fin de huelga es que se pudo ejercer sin uso alguno de la fuerza policial o militar, sino básicamente, negociando con las partes, lo que genera una imagen de cambio real en la gestión de conflictos en comparación a los gobiernos anteriores.
Cuando a comienzos de la semana pasada se anunció el paro de camioneros y todo el andamiaje mediático opositor se enfiló en tratar de hacerlo el gran acontecimiento para debilitar, desgastar o incluso para pasar a una segunda etapa más agresiva y confrontacional que pudiera articular otros sectores, la oposición se frotó las manos nuevamente.
Pero cuando el viernes vimos la resolución del paro, todo el foco se trasladó, automáticamente, a la investigación del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Por ello, un día después de cerrado el paro, Petro declaró: “No acepto que el CNE me haya despojado del fuero integral constitucional que me protege”, por lo que esta institución estaría fraguando un “golpe de Estado”, ya que a su juicio, le estaría suspendiendo, de facto, el fuero presidencial.
La oposición hará lo que sea para derrotar a Petro en los dos años que restan de su gestión para así debilitar al petrismo de cara a las presidenciales del 2026.
En mayo, la Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado determinó que el CNE tiene competencias para realizar la investigación mencionada. El pasado lunes se conoció públicamente que el ente electoral tendría listo el proyecto de resolución para abrir formalmente una investigación.
Con todos estos movimientos, lo que intenta el conservadurismo enquistado en las instituciones es producir un pesado lastre sobre las espaldas de Petro, con el fin de desgastarle en su proceso de transformaciones y servir la mesa para una destitución presidencial desde el Congreso de la República: un golpe suave.
El capítulo del paro de camioneros se ha cerrado, pero el del CNE apenas comienza a desarrollarse.
La oposición hará lo que sea para derrotar a Petro en los dos años que restan de su gestión para así debilitar al petrismo de cara a las presidenciales del 2026.
Queda mucho por pasar en Colombia las próximas semanas.
Fuente: actualidad.rt.com