Guatemala continúa como un país en donde prácticamente la mitad de su población vive en pobreza, de acuerdo con la más reciente Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi 2023) que fue presentada el pasado 21 de agosto.
Si bien los datos generales dicen que la pobreza se redujo tres puntos porcentuales en relación con la Encovi anterior (2014), el indicador es el mismo.
Uno de cada dos guatemaltecos se consideran pobres, según las líneas de pobreza establecidas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) para el levantamiento de esta encuesta.
Esta línea establece un límite de Q6 mil 381.2 anuales para la pobreza extrema, un promedio diario de Q17.72. Este monto representa el costo del mínimo de calorías que una persona debe consumir.
Por aparte, la línea de la pobreza se estableció en Q14 mil 383.7, un promedio al día de Q39.95. Este monto incluye, además de los alimentos mínimos, otros bienes y servicios no alimentarios.
En otras palabras, se considera pobres a las personas con un consumo por debajo de los Q14 mil 383.7 por año y se considera pobres extremos a aquellos cuyo consumo esté por debajo de la línea de Q6 mil 381.2.
DEPARTAMENTOS
Aunque se pretenda destacar la mínima reducción de la pobreza en nueve años, los tres puntos porcentuales son un indicador a escala nacional, lo cual significa que en varios departamentos la pobreza se estancó o, en el peor de los casos, el índice se incrementó.
Pero ¿Cuáles son esos departamentos? Según los datos, es el oriente y nororiente donde ocurrieron los principales retrocesos en cuanto al combate a la pobreza.
De esa forma, Santa Rosa registra el aumento más alto de la pobreza general, ya que pasó de 54.3% en 2014 a un indicador de 74% en 2023, un incremento del 19.7%.
Le sigue Baja Verapaz que, en el mismo lapso, pasó de 66.3% al 80.1%; es decir, que ocho de cada 10 bajaverapacenses viven en pobreza; además, 35.8% se encuentra en pobreza extrema.
Jalapa es otro departamento en donde la pobreza creció desde que se levantó la Encovi 2014. De acuerdo con los datos, esta se situó en 79.9%, un aumento de 13 puntos porcentuales. Mientras que el incremento en Quiché fue de 11.7%, ya que en 2014 el indicador era de 74.7% y en 2023 la pobreza afectó a 86.4%.
En Jutiapa el porcentaje de personas que viven bajo la línea de pobreza, en la Encovi 2023, se ubicó en 74% -siete de cada 10-, un alza de 11.7% respecto a la medición de 2014. Huehuetenango y Alta Verapaz son los otros dos departamentos que completan la lista de siete en los que creció la pobreza, un 7.5% y un 7.2%, respectivamente.
ARRIBA DE LA MEDIA
La Encovi 2023 da cuenta de que en 10 departamentos el porcentaje de personas que vive en pobreza está por arriba de la media nacional. Esta es la lista:
GASTO SIN RESULTADOS
El pasado 27 de agosto La Hora publicó un artículo del que se concluye que los resultados en cuanto a pobreza, prácticamente es el mismo que el de hace siete años, a pesar de la creación del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) cuya función, en teoría, es implementar programas para reducir la pobreza y pobreza extrema.
La Encovi 2023 dio como resultado que el porcentaje de pobres en el país se sitúa en 56%, una leve disminución de 3.3% en relación con la Encovi 2014, cuando este se situaba en 59%. Esto significa que hay por lo menos 9 millones 700 mil guatemaltecos pobres, de los cuales 2.8 millones son pobres extremos.
En contraste con lo anterior, en mínima disminución están los millonarios presupuestos que ha recibido el Mides.
Según pudo recopilar La Hora en una revisión que hizo en el Sistema de Contabilidad Integrada Gubernamental (Sicoin) en 10 años, desde que se efectuó la Encovi 2014, dicho ministerio dispuso de Q18 mil 720 millones de presupuesto.
Del total de recursos, según el Sistema de Contabilidad Integrada del Gobierno (Sicoin), el 42% se utilizó en programas destinados para el combate a la pobreza, el resto se ejecutó en planes de reconstrucción por el paso de tormentas tropicales, en gastos administrativos y una buena cantidad se ejecutó en el bono que se le dio a las familias para paliar los efectos económicos de la pandemia del Covid-19, en 2020.
Según las cifras oficiales, el Mides ejecutó en 10 años Q1 mil 479 millones en el programa “consumo adecuado de alimentos”, y Q4 mil 328 millones en programas asistenciales; por ejemplo, las transferencias monetarias condicionadas o apoyo en la lucha contra la desnutrición crónica.
Además, se han gastado Q2 mil 45 millones para «servicios de infraestructura para el desarrollo», en proyectos como caminos y carreteras, construcción o mantenimiento de centros de Salud, drenajes o sistemas de agua entubada.
Sin embargo, analistas creen que el uso de esos recursos no responde a las necesidades de combatir la pobreza y de ahí que no se perciban resultados.
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