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En el fulgor de la sesión plenaria del pasado jueves 30 de noviembre, se gestó un acontecimiento político que ha capturado la atención de la nación. Cuatro magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE) están en la mira de una investigación liderada por el Ministerio Público (MP), y las cuerdas de esta trama se tejieron desde la Presidencia del Congreso de la República.

El impulso para que esta pesquisa tenga lugar fue orquestado magistralmente por los diputados Javier Hernández y Allan Rodríguez, figuras clave en el tablero político guatemalteco. Desde la última plenaria ordinaria, Boris España asumió el rol de coordinador en este intrigante escenario.

El Teatro de la Inmunidad

Hernández, sin éxito en su intento de reelección con el partido Frente de Convergencia Nacional-Nación (FCN-Nación), desencadenó el pulso solicitando el retiro de la inmunidad de los funcionarios electorales. Este movimiento estratégico no solo buscaba despojar de protección legal a los magistrados sino también medir el apoyo en el hemiciclo.

En ese instante crucial, la alianza oficialista liderada por la bancada VAMOS, encabezada por Rodríguez, prolongó la aprobación del Presupuesto General 2024 por 11 horas. La premura se debía al vencimiento del plazo para investigar a las autoridades titulares del TSE y respaldar un plan de gastos en entredicho.

Estrategias y Negociaciones

Mientras se discutía el financiamiento estatal, Hernández y Rodríguez, este último perteneciente a la bancada oficialista VAMOS, se sumergieron en intensas conversaciones telefónicas y presenciales. Su objetivo era claro: cabildear el respaldo desde las primeras horas del día.

Javier Hernández, en una hábil maniobra, sometió a votación el retiro de la inmunidad de los cuatro magistrados del TSE. Este fue el punto de inflexión, pero la falta de dos votos impidió definir el futuro legal de los funcionarios electorales.

El Desenlace Nocturno

Pasadas las 23 horas del jueves, el diputado disidente de Semilla, Alberto Sánchez, presentó la segunda moción para someter a votación el retiro de inmunidad de los magistrados. En un giro sorprendente, ahora alineado con FCN-Nación, Sánchez buscaba su reelección, pero la desaprobación del electorado selló su destino.

España, primer vicepresidente de la Junta Directiva y presidente en funciones, solicitó el respaldo de Rodríguez para negociar los últimos votos decisivos. Arzú Escobar y Zamora, del partido Unionista, junto con Neutze del partido Compromiso, Renovación y Orden (Creo), fueron claves en este desenlace. Sin embargo, la victoria tuvo un precio: Arzú Escobar y Zamora, al igual que Sánchez, no lograron su reelección.

Lemus, de la bancada VAMOS, exministro de Comunicaciones del gobierno de Giammattei, fue otro protagonista esencial. Junto a Calderón y Mejía Popol, lograron asegurar los 107 votos necesarios.

El Intrincado Entrelazado Político

En resumen, la intricada danza política que llevó a la investigación de los magistrados del TSE revela la complejidad de los intereses en juego. El pulso en el Congreso, coordinado desde la cúspide del poder, evidencia la habilidad estratégica de los actores involucrados.

Si bien la aprobación del Presupuesto General 2024 se retrasó, la victoria en la votación del retiro de inmunidad resalta la efectividad de las negociaciones y alianzas. Este capítulo político, que amalgama el poder legislativo y la judicatura, queda marcado como un hito en la historia reciente de Guatemala.

Fuente: La Hora

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