Radio Victoria

El pasado 16 de febrero, la investigadora alemana Eva Kalny, presentó su libro titulado: Entender Guatemala a través de los movimientos sociales. Esta presentación fue organizada por FLACSO Quetzaltenango, en la ciudad del mismo nombre.

El libro de la Dra. Kalny ofrece un abordaje histórico de tres de los movimientos sociales con mayor arraigo en Guatemala: el movimiento de mujeres, el movimiento indígena y la lucha en defensa de los recursos. No obstante, en ningún momento hace mención del movimiento sociopolítico Comité de Desarrollo Campesino (CODECA) que inició su existencia de más de 30 años, en 1992, como una organización campesina periférica con demandas de derechos laborales. Pero, con el tiempo se convirtió, en uno de los pocos movimientos sociopolíticos de alcance nacional, incluso con un instrumento político (organización política) propio, Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP). El MLP, por su ideología anti imperialistas y anti neoliberal, fue aniquilado legalmente en 2023, y CODECA fue castigado con asesinatos selectivos impunes de cerca de 30 de sus dirigentes o miembros en los últimos 6 años, y encarcelamiento de algunos de sus dirigentes.
En la presentación del libro, dos integrantes del movimiento CODECA preguntaron a la investigadora Kalny de la ausencia de este movimiento en el libro. La investigadora no supo dar mayor explicación. Lo cierto es que estas lagunas en los relatos institucionales o en los contenidos bibliográficos, van sedimentando historiografías incompletas de la realidad e historias de los movimientos sociales.
El siguiente texto que publicamos, in extenso, es el comentario que la Antropóloga Alba Cecilia Mérida expuso del libro de Kalny en el acto de la presentación de la obra en Xela.
La comentarista, ha impartido el curso de Movimientos Sociales Contemporáneos a nivel universitario y como parte del contenido, ha promovido que las y los estudiantes investiguen, reflexionen y discutan sobre las demandas, propuestas y estrategias de CODECA, como una de las expresiones connotadas que forman parte de los movimientos sociales contemporáneos en Guatemala.

 

Entender Guatemala a través de sus movimientos sociales. Teorías y prácticas

Dra. Eva Kalny

Quetzaltenango, 16 de feb. de 24

UA/FLACSO / Santiaguito Libros

Alba Cecilia Mérida

 

Primera parte:

Para iniciar, considero que un libro con el título como el que hoy se presenta y comentamos, en el contexto actual, es sumamente llamativo y sugerente, por dos razones, primero, dadas las emblemáticas jornadas de lucha y resistencia por las que atravesamos recientemente hay muchas preguntas sobre cómo se articularon las resistencias a nivel nacional y segundo, porque no dudo que la sola mención del concepto de movimientos sociales, desate pasiones entre quienes consideran que éstos son nido de vividores, que no tenemos nada que hacer y que vivimos de la cooperación internacional, vía las ONG. Hago esta afirmación inicial, porque es la narrativa más común elaborada por las élites políticas y económicas que ven en peligro sus intereses cada vez que las comunidades, Pueblos, mujeres, los sintecho, el movimiento estudiantil, los obreros, las y los campesinos, la comunidad de la diversidad sexual se movilizan y alzan su voz disidente en demanda de derechos y justicia, haciéndonos visibles como sujetos políticos.

La narrativa sexista, clasista, homofóbica y anti-derechos, la refrendan los medios de comunicación corporativos al servicio del CACIF, del pacto criminal, del capital transnacional o de organizaciones como la Asociación en la Defensa de la Propiedad Privada -ACDEPRO-, la Fundación para el Terrorismo, la Asociación la Familia Importa, AFI o el Movimiento de los Camisa Blanca, que en su momento lideraron protestas en San Miguel Ixtahuacán a favor de la mina Marlin o en defensa del caso de Rodrigo Rossemberg, sólo por citar algunos ejemplos de grupos hegemónicos.

Cada vez que actores organizados entorno a una protesta social en defensa, demanda o reclamo de derechos, ejecutan una acción colectiva de resistencia como la toma de carreteras, ocupar una finca, hacer un plantón al frente de edificios públicos o intenten presentar un pliego de peticiones ante cualquier entidad; siempre, siempre habrá alguien que se sienta con el derecho de denostar y deslegitimar estas acciones populares, contestarias y legitimas.

Sirva esta brevísima introducción, para situar la importancia que un texto de esta naturaleza tiene para, tal como afirma su autora “mirar hacia atrás y reflexionar sobre una historia larga y agitada de represión y violencia, y por el otro, la repetida organización en contra de la exclusión y represión.” Cuando hablamos de movimientos sociales, nos referimos a la existencia de intereses contrapuestos y de conflictos, y en el conflicto, como lo ha dicho el antropólogo Ricardo Saénz de Tejada, está la esencia de los movimientos sociales.”

El texto de la Dra. Eva Kalny, además, de la introducción analiza por separado, tres de los principales movimientos sociales de larga data en el país, además expone los enfoques teóricos con los cuales dialogan los movimientos sociales seleccionados y antes de presentar las conclusiones de su estudio y las respuestas a sus preguntas de investigación, se detiene en lo que ella identifica como “imaginarios científicos y sociales del Estado” guatemalteco.

La parte medular del contenido del libro presenta una periodización y descripción exhaustiva de tres movimientos sociales , que son a la vez históricos y contemporáneos en el país, lo cual nos informa de su vigencia e importancia, estos son: el movimiento de mujeres, el movimiento indígena y lo que ella llama “luchas por el acceso a los recursos” en este último incluye la lucha de los sindicatos, el reclamo por el acceso a la tierra (periodo que va más o menos de 1954 a 1980) y más contemporáneamente la resistencia a proyectos mineros en el altiplano occidental y la resistencia a represas y otros megaproyectos en El Petén. Esta última fase de su estudio, nosotros la conocemos como movimiento en defensa del territorio, que dicho con más justicia es nuestra lucha contra el modelo de acumulación por despojo.

Metodológicamente, la elección de estos tres movimientos, tal como lo explica la Dra. Kalny, responde a que “la acción colectiva de resistencia se dirija contra, al menos, uno de los tres mecanismos de exclusión social identificados como centrales, a saber: la etnia, el género y la clase.” No obstante, debemos de tener presente cómo opera la intersección de estas variables de análisis y la interseccionalidad de las opresiones en la praxis social de los y las sujetas. Sólo de esta manera podemos tener una lectura global de los fenómenos sociales que estudiamos.

La periodización y descripción que nos ofrece describe y analiza el origen, los puntos álgidos, los logros y las tensiones y a veces también, lo que parecieran ser los fracaso de los movimientos sociales indicados. Yo, pienso que no hay fracasos, sino acumulación de fuerzas y aprendizajes políticos.  

El abordaje histórico de los hechos que estudió, presenta una periodización y una rica descripción de los más importantes hitos políticos, económicos, sociales y culturales que han configurado y reconfigurado las realidades de Guatemala y las relaciones políticas entre grupos sociales y el Estado, por lo menos desde 1871, con la reforma liberal, pasando por el gobierno dictatorial de Jorge Ubico, la Revolución de Octubre de 1944, los gobiernos de la Primavera Democrática, la Contrarrevolución de 1954, la larga noche de las dictaduras militares, hasta las elecciones de 1984. La negociación de los Acuerdos de Paz en 1996, hasta el 2005 cuando se produce un punto de inflexión que permite el auge del movimiento social en defensa de los bienes naturales, que tiene entre muchos de sus logros generar articulación entre diferentes movimientos sociales de base comunitaria y urbanos; hasta llegar a la crisis de 2015, con lo que conocemos como el Renuncia Ya de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti.

A los hechos políticos sucedidos entre abril y agosto 2015, ella le llama “la corta primavera del Estado y su futuro incierto” no alcanzó a documentar cómo las semillas resembradas en esa primavera del 2015 empezaron a germinar en las jornadas de octubre 2023 a enero 2024, ahora solo falta ver qué tanto avanzará esta nueva cosecha gracias a la acción comunitaria, desde el campo y las ciudades.

Sus fuentes son principalmente documentales y también es necesario decirlo, le hacen falta voces con las cuales pudiera dialogar y/o reflexionar algunos de sus planteamientos que reflejan las discusiones dadas en determinados momentos de la historia que recupera, sobre todo porque mucho de esas discusiones, las hemos superado o al menos tratamos de hacerlo, principalmente en las últimas dos décadas, como consecuencia de los importantes cambios en las dinámicas sociales del país, luego de la Firma de los Acuerdos de Paz.

Segunda Parte:

La reconstrucción y periodización histórica que hace de cada movimiento social debió de implicar para la Dra. Kalny un reto metodológico de segmentar las realidades y la temporalidad de los hechos, ya que todos los movimientos están atravesados, más o menos por las mismas condicionantes socioculturales, económicas y políticas, entre las cuales identificó:

  1. El Estado Guatemalteco y las élites económicas, de raigambre colonial criolla y burguesa.
  2. La injerencia de Estados Unidos en los asuntos nacionales, entre otras razones para garantizar la estabilidad de la inversión del capital norteamericano (UFC) desde principios del siglo pasado, hasta la contrarrevolución de 1954. Para afianzar la guerra fría después de la segunda guerra mundial y extender el imperialismo en los años sesenta y contener las luchas de liberación nacional y ahora para mantener su política de control territorial sobre una América Latina, la Patria Grande, que continúa luchando por su liberación.
  3. La inversión extranjera en el país, para el auge de la economía nacional, vía el robo de la tierra, la explotación de la mano de obra indígena y campesina y el expolio de los bienes naturales de los Pueblos, como lo hicieron los alemanes desde la reforma liberal, y como lo hacen hasta el día de hoy los capitales europeos, canadienses y norteamericanos y los bancos multilaterales como el BCIE y el Banco Mundial que financian la explotación del agua, bosques, cerros y tierra para la generación de capital, provocando ecocidio y gravísimos conflictos sociales.
  4. La imposición de imaginarios racistas y clasistas a través de ideologías y políticas de blanqueamiento para negar la existencia milenaria de los Pueblos Originarios y negarle un lugar en la historia al pueblo mestizo, perpetuando la idea del ladino como un ser servil.
  5. El uso de la violencia institucional para reprimir la organización y movilización popular, hasta decantar en asesinatos selectivos, masacres y genocidio y en el momento actual en criminalización y judicialización de la protesta social, hasta el asesinato de defensores, defensoras de derechos humanos, de la tierra y el territorio.  

En cada movimiento social analizado, y en cada uno de estos cinco condicionantes que he mencionado se entrecruzan los mismos sujetos políticos históricos y contestarios, las mismas causas que dan origen a los movimientos sociales y los mismos actores hegemónicos.

En primer lugar se encuentran, las mujeres y los hombres sean de Pueblos Originarios o del Pueblo Ladino, con sus más diversas identidades y formas de entender el mundo y con la imbricación de formas de organización, demandas y estrategias de lucha y resistencia.

En segundo lugar, están las fuerzas estatales y gubernamentales que reprimen y asesinan, tal como el ejército nacional, la policía, las fuerzas de seguridad privada, las clicas y las fuerzas de choque, tal como lo vivimos en los acontecimientos de octubre 2023.  

En cuanto a las causas, que originan la protesta social y la conformación de movimientos sociales, se encuentran:

  • El tipo de Estado que existe en Guatemala
  • La tenencia y acceso a la tierra
  • La recurrente violación a los derechos humanos y a todos los derechos de la población civil
  • El racismo estructural
  • El patriarcado y la homofobia como base de las relaciones sociales entre instituciones y personas
  • La falta de institucionalidad pública para el cumplimiento de los mandatos constitucionales y protección de los derechos, de toda la población guatemalteca.
  • La utilización de la institucionalidad pública en resguardo de intereses de la oligarquía, y ahora para cuidar de los intereses de la economía criminal.

Al finalizar la lectura del texto, tres ideas me quedan dando vueltas:

  1. Por más que conozcamos por experiencia propia o por el estudio de las realidades de Guatemala, cuesta asimilar el que vengamos de una historia tan brutal, tan violenta, tan racista, es decir, pese a todos los esfuerzos analíticos y a nuestra capacidad de movilización social, cuesta asimilar que exista un tipo de Estado como el guatemalteco.
  2. Es tan importante que las nuevas generaciones conozcan la historia política de este país y reconocer que si no fuera por la fuerza de los movimientos sociales y sus logros, la mayoría a costa del derramamiento de sangre inocente. Acaso no es inocente la sangre de los y las mártires caídos durante la guerra interna o más recientemente defendiendo el agua y la tierra, tendríamos y seríamos menos de lo que somos hoy. Es tan importante valorar ese “acumulado histórico” como solía decir Rubén Herrera, que nos han legado los movimientos sociales a través de sus luchas y resistencias, por más de un siglo.
    1. Esta es una de las razones para valorar el aporte que hace la Dra. Kalny con su texto, porque es una herramienta pedagógica para conocer el devenir histórico de los movimientos sociales.
  3. Hace falta adentrarnos en los movimientos sociales contemporáneos para, no solo conocerlos, sino para identificar cuáles son sus aportes para pluralizar aún más las realidades y comprenderlas en toda su complejidad actual.

Tercera parte:

Ahora, voy a compartir, sobre cuatro cuestiones planteadas en el texto, que considero merecen continuar debatiéndose, posiblemente, en un primer momento, no se logren comprender mis argumentos. Hay que leer el texto a profundidad para situarlos de mejor manera. Sirva esto de invitación para que lo lean.

 

  1. Lo primero es sobre los enfoques teóricos de los movimientos sociales indicados:

Estos son: El enfoque de la movilización de recursos (análisis de cómo se organizan los MS, sus intereses, sus recursos, las oportunidades y estrategias para explicar las movilizaciones a gran escala). El enfoque de estructuras de oportunidades políticas y el Enfoque del Encuadre.

Son enfoques teóricos clásicos para el estudio de los movimientos sociales, también los he visto en otros estudios sobre MS, los cuales han sido desarrollados por diferentes estudiosos, principalmente de la academia europea y norteamericana. Este apartado es abundante en cuanto a lo que propone cada autor y autora, hasta alcanzar un buen debate teórico. La cuestión crítica que veo es que sus propuestas de abordaje teórico y metodológico responden más a sus propias realidades y menos a las de América Latina y de Guatemala en particular.

Pienso que también podemos comprender desde otras miradas analíticas las experiencias de los movimientos sociales en Guatemala, desde su complejidad, sus tensiones y cómo se interconectan. Hay estudiosos de las ciencias sociales en América Latina que nos pueden ayudar a complementar análisis como los que presenta el libro.  Existe, un rico e importante acervo bibliográfico de autores y autoras latinoamericanos.

Algo que me llamó mucho la atención, a partir de las referencias bibliográficas citadas es lo abundante que son los estudios realizados por investigadores e investigadoras extranjeras y cuyos resultados no los conocemos. Qué se ha dicho sobre Guatemala, cómo se ha dicho, cómo han aprehendido nuestras realidades. Pienso que deberíamos de darnos a la tarea de recuperar estos textos académicos, conocerlos y debatirlos.

  1. La segunda cuestión, es el planteamiento de las relaciones entre mujeres mayas y mujeres ladinas, que expone el texto.

Quizá porque una buena parte del análisis se basa en investigación documental, quedan de fuera importantes cambios que se han operado entre mujeres mayas y mestizas en los últimos casi veinte años, del 2005 a la fecha. No voy a hablar de los avances y logros del posicionamiento político de las compañeras mayas, garífunas y xincas, voy a hablar desde mi condición de mujer mestiza y como parte del movimiento de mujeres y feminista en Guatemala. Pienso que uno de los avances más profundos que hemos dado es cuestionar todo el marco de relaciones interétnicas del que venimos.

Profundo y doloroso, ha sido preguntarnos sobre cómo internalizamos el racismo y lo hemos reproducido inconsciente o conscientemente, cuestionar nuestra ladinidad, preguntarnos sobre el mestizaje como un hecho político y definitorio de nuestra identidad para liberarnos del ladino que llevamos dentro, interrelacionarnos desde nuevos lugares de respeto y reconocimiento de lo que hemos aprendido de las mujeres mayas, como amigas, compañeras de lucha, como intelectuales, como defensoras del territorio cuerpo-tierra. Hay nuevas improntas de relacionamiento entre nosotras. Sobre esto, ya no reflexiona el texto.

Por ejemplo, a partir de 2005, hasta la fecha, los cambios más importantes en las relaciones entre mujeres mayas, garífunas, xincas y mestizas devienen de nuestras luchas compartidas en defensa del territorio, estas luchas han provocado una sinergia y acercamiento entre nosotras, como no había ocurrido en otros momentos. No es falacia cuando digo que todas las acciones que han antecedido o precedido la defensa de los bienes naturales se han convertido en nuestra escuela política donde hemos crecido mutuamente.

Vale recalcar que uno de los primero planteamientos sobre la defensa del territorio cuerpo tierra y la demanda de territorios libres de violencia patriarcal, emanó de la articulación de mujeres mayas y mestizas ante la acometida extractivista en Huehuetenango.

  1. La tercera cuestión, tiene que ver con la crítica que el texto hace de las ONG y la onegización como responsables, en parte, de la desmovilización social, de la apatía y la indiferencia ante las realidades de opresión que vivimos.

Aunque la Dra. Kalny no lo dice en ningún momento, es importante tener presente, como mínimo dos cosas:

La primera es que las ONG no son movimientos sociales, pueden ser entidades de apoyo o contrarias a los MS, espacios socioterritoriales o socioespaciales (como afirma Simona Yagenova) Las ONG son entidades intermediarias que contribuyen a construir y consolidar espacios políticos y que tienen ciertas especializaciones.

La segunda es diferenciar los tipos de ONG, para lo que nosotros discutimos, interesa diferenciar entre las que han contribuido a los procesos de politización de la sociedad guatemalteca y las que han sido orquestadas desde el congreso de la república para que los y las diputadas continúen enriqueciéndose a costa del erario público o las que han sido conformadas por las empresas extractivistas y que actúan bajo el paraguas de la RSE o las que han sido legalizadas para criminalizar y perseguir la protesta social, tal como mencioné al inicio de mi exposición.

Pese a las recurrentes críticas hacia las ONG, en lo personal, reconozco el aporte fundamental que han hecho, la mayoría de éstas para la reconstrucción de la sociedad guatemalteca, luego del conflicto armado interno y la Firma de los Acuerdos de Paz, porque sus acciones y propuestas han incidido en la reconstrucción del tejido organizativo comunitario, en la recuperación de la memoria histórica, en la dignificación de las mujeres sobrevivientes de violencia sexual, en la búsqueda de la justicia transicional, en la visibilización de la violencia patriarcal, en el impulso a anteproyectos de ley a favor de la niñez, la juventud y las mujeres.

Su contribución a la defensa del agua, a la liberación de presos políticos y presas políticas ha sido imprescindible. Incluso, mucho del avance de las ciencias sociales, se lo debemos a organizaciones no gubernamentales que asumieron el reto de hacer investigación social en contextos de profundos conflictos sociales. Por todo, esto son criminalizadas con la Ley de ONGs.

  1. Un punto final, es que no todo lo que se mueve es movimiento social.

Lo digo porque en el texto, para explicar el enfoque teórico de la movilización de recursos, se usa como ejemplo el caso de Rodrigo Rossemberg, y todo lo que aconteció alrededor de su asesinato. De lo que fuimos testigos, no fue más que la disputa de poder entre las élites políticas vinculados al capital financiero, a un reconocido banco y al gobierno de Álvaro Colom.

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