Radio Victoria

La decisión del gobierno de Estados Unidos (EE.UU) de nombrar a los grupos de narcotráfico y bandas delincuenciales como terroristas, puede tener impactos económicos, sociales y judiciales en Guatemala, coinciden tres especialistas en temas de seguridad consultados por La Hora.

La decisión de EEUU de nombrar a los grupos de narcotráfico y bandas delincuenciales como terroristas, puede tener impactos económicos, sociales y judiciales en Guatemala

La designación como organizaciones terroristas fue hecha el pasado 20 de enero; sin embargo, en el ambiente internacional ha quedado la sensación de que EE. UU. pueda tomar medidas como las que ha adoptado para combatir a organizaciones extremistas islámicas, como Al Qaeda o el Estado Islámico, en países donde estas bandas operan.

Así, por ejemplo, EE. UU. ha coordinado ataques con drones para aniquilar a líderes islamistas en países de Oriente Medio.

En ese sentido, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció reformas legales para proteger la soberanía del país.

¿Pero acaso la designación hecha por EE. UU. podría tener repercusiones en Guatemala?

Mario Polanco, analista del Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), indica que uno de los desafíos es que muchas de esas organizaciones criminales van a buscar qué país tiene niveles de inseguridad más elevados y las instituciones más débiles, y «seguramente van a optar por Guatemala».

Lo anterior, debido a que el país no solamente tiene las instituciones más frágiles en materia judicial, sino que también el actual gobierno de Bernardo Arévalo no ha tenido la capacidad de implementar medidas de seguridad, añadió. 

Respecto a los riesgos de invasión que ha hecho México, Polanco remarcó que Guatemala es un traspatio del «imperio más grande que hay en el mundo», y el país fue víctima de una invasión por lo que, en cualquier momento la potencia podría implementar este tipo de medida como, a su juicio, ocurrió en 1954, durante el gobierno de Jacobo Árbenz.

Por su parte, Federico Reyes, doctor en criminología, considera que la idea del nuevo mandatario norteamericano, Donald Trump, es hacer una limpieza para deshacerse de personas con historial criminal. Sin embargo, enfatizó, hay que reconocer que no todas están ligadas al terrorismo. 

De acuerdo con el experto, uno de los problemas es que, si envían a Guatemala a esas personas sentenciadas o acusadas de terrorismo, el Sistema Penitenciario no está preparado para recibirlos y podría colapsar, ya que, pese a los esfuerzos de las autoridades por recuperar el control, aún está demasiado débil. 

«Es una ley de un país grande y poderoso con muchos recursos y es casi una orden para un país pequeño con un sistema más limitado y los tiene que recibir», subraya.

Agrega que en el Guatemala no existe la figura de terrorismo como parte de la legislación, por lo que no se sabría cómo manejar a ese tipo de población, ya que las leyes no son concomitantes. “Es un problema totalmente nuevo y una prueba para el sistema judicial migratorio y penitenciario”, expresa. 

PUEDE VIOLENTAR LA SOBERANÍA DE OTROS PAÍSES

El analista en seguridad, Sandino Asturias, subrayó que Estados Unidos tiene las facultades para decidir las normas y regulaciones de cómo denominar a cualquier organización criminal, por lo que recalcó que no se puede opinar lo que los norteamericanos pueden hacer en su país.

Pero, “muy diferente es la implicación que pueda tener para Guatemala. Es decir, esta forma de enfrentar las criminalidades depende de muchos factores en los cuales, Estados Unidos está viendo como una guerra militar en la cual puede violentar la soberanía de otros países, ahí es cómo nos afecta a nosotros”, remarcó.

Según explicó, para Guatemala las maras no son terroristas y para los organismos internacionales y la Organización de Naciones Unidas (ONU), el terrorismo es una definición distinta a lo que es una pandilla o un cartel de las drogas.

En esta línea, resaltó que Guatemala se rige por las leyes nacionales y cómo se definen a las pandillas y carteles de la drogas, por lo que resaltó que es diferente enfrentar a una mara como organización terrorista que enfrentar a un grupo criminal nacional.

Para los segundos, dijo, hay herramientas e instrumentos para perseguirlos y desmantelarlos.

“Hay muchos riesgos, primero, si nos dicen que extraterritorialmente las pandillas son terroristas, nos convertimos en un país con terroristas, y en segundo lugar, las víctimas de las maras, por ejemplo la extorsión por maras, es muy diferente ser extorsionado por una mara que por un terrorista. Es muy diferente porque tiene implicaciones sobre todo para las víctimas, y tiene sobre todo una diferencia conceptual de cómo enfrentar a las pandillas o grupos terroristas, son diferentes instituciones que los combaten”, subrayó.

A criterio de Asturias, la medida se trata de una propaganda postelectoral de Estados Unidos y que va en conjunto con una narrativa antiinmigrante, la cual no podría afectar a Guatemala porque hay normas, institucionalidad especializada y regulaciones internas para combatir los diferentes actividades criminales y delitos.

“No podemos seguir las normas de otro país, tenemos que proteger la soberanía porque una implicación que tiene que las maras sean nombradas como terroristas, es la posibilidad de una intervención militar para combatir a las maras de parte de Estados Unidos”, indicó.

Asturias recalcó que el nombramiento es una conceptualización equivocada, una operación de propaganda para quedar bien con los votantes, pero también representa un riesgo de que Estados Unidos pueda actuar militarmente en países como México —que ya lo advirtió— o  Guatemala, bajo la justificación de perseguir el terrorismo.

Encima de ello, recalcó, también es diferente la forma cómo se trata a las víctimas. 

“Hay que tener mucho cuidado con extraponer estas acciones de propaganda postelectoral que estamos viviendo en Estados Unidos y que no aplica para Guatemala, donde tenemos una normativa, una regulación interna, que define cada una de las cosas, qué es una pandilla, una mara, qué es un grupo terrorista y qué institucionalidad va a enfrentar a cada uno de ellos”, concretó.

EFECTOS SOCIALES 

De acuerdo con Reyes, otro de los puntos a considerar es que su retorno puede generar más pobreza e incluso violencia. 

«Cuando regresen qué van ha hacer acá, cómo hacerlo. No hay fuentes de trabajo ni les pagan cinco o seis veces cercano a lo que ganaban allá», señala.

Según Reyes, esa situación también recarga los círculos familiares ya que también será más difícil para ellos sobrevivir, pues por ser tildados de terroristas será más difícil que consigan trabajo.

«Pueden llegar hasta delinquir si alguien tiene un registro criminal, incluso, venir más empoderados, pero si alguien solo es tildado puede empezar a delinquir e incrementar el delito, aunque no todos son así», reitera.

Agrega que no regresan a la clase media alta como se le conoce, sino a lugares más privados, más cercanos a la pobreza, por lo que se puede incrementar la violencia, la estigmatización y al mismo tiempo, los gastos. 

«Es un desafío económico, judicial y social», concluye.

 

Fuente: lahora.gt

 

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