
Afp, Ap, Prensa Latina y Xinhua
Caracas. Venezuela rechazó ayer a las amenazas del gobierno estadunidense, cuyo secretario de Estado, Marco Rubio, advirtió a la república bolivariana que un ataque contra su vecina Guyana, derivado de su disputa territorial por el Esequibo, una región rica en petróleo, no terminaría bien e insinuó el uso de fuerza militar.
Las amenazas regionales se basan en reclamos territoriales ilegítimos por parte de un régimen narcotraficante. Y quiero ser franco: habrá consecuencias para acciones irresponsables y agresivas, aseveró Rubio en una conferencia de prensa conjunta con el presidente Ali Irfaan, durante su visita a Guyana como parte de una gira por tres naciones del Caribe.
Hace unos días Ali denunció la incursión de un buque naval venezolano armado en aguas en disputa donde ExxonMobil prepara la explotación de un enorme yacimiento de petróleo. Al respecto, Rubio amenazó con que sería un muy mal día para el régimen venezolano si ataca a Guyana, a ExxonMobil o algo similar. No terminaría bien para ellos.

El jefe de la diplomacia estadunidense también firmó un acuerdo de cooperación en seguridad con el ministro de Relaciones Exteriores de Guyana, lo que, según el Departamento de Estado, mejorará el intercambio de inteligencia y la cooperación entre ejércitos. La Armada de Estados Unidos, en conjunto con las fuerzas de defensa de Guyana, han estado realizando ejercicios con el fin de reforzar la presencia militar de Washington en la región.
Tras estas declaraciones, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, llamó imbécil a Rubio durante un acto oficial y subrayó que a Venezuela no la amenaza nadie porque ésta es la patria de los libertadores, la patria de Bolívar.
La vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, llamó a Guyana a sentarse de inmediato en la mesa de negociaciones y acusó a su presidente y a Rubio de “atentar contra la paz y estabilidad de nuestra región.
La Guayana Esequiba es y será siempre venezolana, y su recuperación se dará dentro del único marco válido: el Acuerdo de Ginebra de 1966, añadió.
La Fuerza Armada Bolivariana calificó de delirantes las amenazas de Rubio y señaló que causa aún mayor preocupación que Guyana pretenda acudir al injerencismo imperial.
Rubio llegó a Georgetown para ofrecer garantías de seguridad a Guyana ante los reclamos de Venezuela sobre el territorio del Esequibo, una región que está a punto de convertirse en el mayor productor de petróleo per cápita, superando a Qatar y Kuwait, entre otros países.
En este contexto de tensión tras las amenas de Washington a Caracas, en redes sociales circulan versiones sin pruebas que vinculan a funcionarios del gobierno de Maduro con cárteles del narcotráfico.
Muestra de ello es una nota de El Nuevo Herald, que se publicó hace más de medio año y que ayer fue retomada en la red social X, en la que citan una supuesta filtración masiva de documentos desde Colombia que vinculan al gobierno venezolano y las fuerzas armadas con actividades relacionadas con la exportación de cocaína.
A su vez, el Ministro de Interior y Justicia de Venezuela, Diosdado Cabello, denunció la existencia de un plan denominado Colapso Total, que tendría como finalidad socavar la estabilidad del país mediante ataques al sistema eléctrico y otras infraestructuras estratégicas, y atribuyó la iniciativa a la dirigente opositora María Corina Machado y a sectores aliados nacionales e internacionales.
Por otra parte, Marco Rubio describió a algunos miembros de la pandilla Tren de Aragua como peores que Al Qaeda, al tiempo que prometió redoblar los esfuerzos por implementar las controvertidas deportaciones forzadas, informó el medio estadunidense Barron’s.
“Esta es gente realmente mala. El Tren de Aragua es una de las bandas más peligrosas que el mundo haya visto jamás”, subrayó Rubio durante su viaje a Guyana, donde enfrentó más preguntas sobre si los deportados a El Salvador, Venezuela y otros lugares eran en realidad miembros de pandillas.
Mientras, organizaciones de derechos humanos consideraron que la visita de la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, a la megacárcel de El Salvador –donde se encuentran recluidos cientos de venezolanos– fue un teatro político y el más reciente ejemplo de que la finalidad de la administración Trump es sembrar el miedo entre las comunidades inmigrantes, reportó The Guardian.
Fuente: jornada.com.mx