Radio Victoria

Este viernes 10 de mayo, Estados Unidos podría experimentar una actividad geomagnética de moderada a fuerte durante horas de la noche.

La NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos) emitió una alerta por una tormenta geomagnética severa (clasificada como G4), anticipando que el evento podría perturbar significativamente nuestra tecnología e infraestructura durante este fin de semana.

 

La clasificación de esta tormenta solar, está solo por encima de una alerta G5, considerada de peligrosidad extrema.

¿QUÉ ES UNA TORMENTA SOLAR?

Pese a la vital función que ejerce nuestro sol para la vida en la Tierra, también puede resultar peligrosa debido a su estabilidad, característica de todas las estrellas.

Una tormenta solar ocurre cuando las estrellas, por razones desconocidas para los expertos, expulsan enormes ráfagas de energía que pueden ser visibles a cientos de años luz de distancia. Estos eventos fueron descubiertos por primera vez  gracias al Telescopio Espacial Kepler.

ANTECEDENTES

La Tierra es una víctima habitual de los efectos de una tormenta solar, y en el pasado los efectos llegaron a ser mucho más severos. Según el registro de National Geographic, el evento Carrington, una poderosa tormenta solar, tuvo lugar en 1859. Fue nombrada en honor al astrónomo británico Richard Carrington, quien observó y registró las manchas solares que produjeron la tormenta geomagnética más intensa jamás registrada en la Tierra.

Este evento causó la interrupción de los sistemas de telégrafo en Europa y América del Norte, dado que las corrientes inducidas por la tormenta geomagnética sobrecargaron las líneas de telégrafo, causando chispazos, incendios y daños en los equipos.

¿QUÉ PASARÁ?

Las consecuencias para nuestro planeta son difíciles de predecir, pero según National Geographic, podrían ser significativas.

De acuerdo con el referido medio, la capacidad de estas tormentas para ionizar la atmósfera superior puede generar interrupciones en las señales de radio y satélite, afectando comunicaciones y navegación a gran escala. Más preocupante aún, si tales eventos coinciden con desastres naturales como terremotos o tsunamis, las repercusiones podrían ser catastróficas.

Los efectos de las tormentas solares de gran intensidad no se limitan solo a la tecnología; también pueden generar corrientes eléctricas que dañan infraestructuras de metal en la Tierra, afectando redes eléctricas y vías de tren. Además, la exposición a niveles elevados de radiación durante estos eventos es una preocupación significativa para los pasajeros de aviones y personal en el espacio.

El mencionado medio, resalta que ante estos eventos es esencial contar con pronósticos de clima espacial cada vez más precisos, lo que puede ayudar a mitigar los impactos potenciales y preparar adecuadamente nuestras infraestructuras y procedimientos de emergencia.

Además, según detalla el medio Infobae, los pronósticos actuales proyectan que podrían verse auroras boreales en el sur de Alabama y California, según el Centro de Predicción del Clima Espacial de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica. Las posibilidades de ver las luces serán mayores en el norte de Estados Unidos, Canadá y el norte de Europa.

La preparación y la previsión son claves para enfrentar estas imprevisibles condiciones espaciales.

** Con información de National Geographic / Infobae / NOAA

 

Fuente:  lahora.gt

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