Las raíces del cambio climático están profundamente entrelazadas con el legado del colonialismo. A medida que sus efectos devastadores se dirigen cada vez más a las comunidades indígenas, enfrentamos un deber urgente: descolonizar la política climática y amplificar las soluciones lideradas por indígenas. Este cambio no es sólo ético, sino esencial, ya que reconoce que aquellos más afectados a menudo poseen conocimientos invaluables para abordar la crisis. Al empoderar las voces indígenas y la sabiduría ecológica tradicional, podemos forjar respuestas más equitativas y efectivas a nuestros desafíos ambientales compartidos.
Un proyecto para descolonizar la política climática
Por Indigenous Climate Action (ICA)*
Debates Indígenas, 2 de noviembre, 2024.- Los Estados coloniales aún mantienen la mayor parte del poder sobre las poblaciones indígenas, sus tierras y territorios. Como resultado, los derechos indígenas a la Consulta Libre, Previa e Informada (CLPI), junto con el respeto y cumplimiento de los tratados existentes, a menudo son ignorados. Por lo tanto, los pueblos indígenas continúan siendo considerados como partes interesadas a ser consultadas en la creación de leyes, legislaciones y políticas coloniales que afectan (negativa o positivamente) sus vidas y derechos, en lugar de otorgarles los recursos y capacidades para afirmar sus propias leyes, gobernanza y prácticas tradicionales.
En este artículo, escribimos desde la perspectiva de los marcos de políticas climáticas lideradas por indígenas en Canadá y reconocemos que gran parte de nuestra representación global se debe a nuestra asimilación en los sistemas occidentales y una mayor visibilidad en arenas internacionales. Los estados coloniales norteamericanos a menudo son considerados el modelo para defender los derechos indígenas y el cuidado del medio ambiente, aunque las investigaciones muestran un evidente contraste entre la percepción y la realidad. De hecho, Canadá está fallando en proteger tanto el medio ambiente como los derechos indígenas, al tiempo que contribuye al crecimiento económico y a la expansión del imperio colonial.
Al presentar a los pueblos indígenas de América del Norte como referente, se promueve la idea de que el imperialismo occidental es un modelo aceptable para el progreso de los derechos indígenas. No lo es. En Indigenous Climate Action (ICA), nos oponemos a la narrativa de que los pueblos indígenas pueden y deben ser absorbidos en estos sistemas coloniales, en lugar de reconocer la soberanía y autodeterminación indígenas a través de la revitalización de sus propios sistemas de gobernanza. En lugar de integrar a los pueblos indígenas en estos marcos coloniales, es fundamental promover las soluciones y modelos de gobernanza indígenas.
El proyecto de investigación sobre Descolonización de la Política Climática responde a esta necesidad de investigar las deficiencias y problemas asociados con la política climática canadiense, al tiempo que apoya y desarrolla estrategias climáticas lideradas por indígenas, enfoques de gobernanza creados por y para los pueblos indígenas que empoderan las soluciones lideradas por ellos.
Barreras para la participación
El colonialismo ha separado a muchos pueblos indígenas de sus territorios tradicionales y sistemas de conocimiento, lo que dificulta que las comunidades practiquen la gestión sostenible de la tierra. El Informe de la Fase Uno de Descolonizando la Política Climática investigó la política climática y los marcos de planificación de Canadá. Nuestro análisis se centró en dos planes climáticos federales anteriores: el Marco Pan-Canadiense sobre Crecimiento Limpio y Cambio Climático (PCF) y Un Medio Ambiente Sano y una Economía Saludable (HEHE). El objetivo era determinar si estos planes, y la política y planificación climática de Canadá en general, incluían de manera significativa los derechos, conocimientos y enfoques indígenas para abordar las causas profundas de la crisis climática.
Lo que encontramos es que tanto el proceso por el cual se desarrollaron los planes como las políticas y acciones propuestas contenidas en ellos son ineficaces para impulsar una acción real, una transición justa y las relaciones entre Canadá y los pueblos indígenas. Aunque tanto el PCF como HEHE mencionan frecuentemente el papel de los pueblos indígenas en la lucha contra la crisis climática, no hubo indicios de inclusión significativa en el desarrollo de estos planes. Nuestros hallazgos indican que los pueblos indígenas fueron excluidos estructuralmente del proceso de desarrollo de los mismos, violando sus derechos a la autodeterminación y la CLPI, reconocidos y afirmados en la ley canadiense e internacional.
“Los pueblos indígenas fueron excluidos deliberadamente de las mesas de trabajo para que no afectaran las políticas de mantener los combustibles fósiles bajo tierra mediante la implementación de la fijación de precios del carbono”, observa Tamra Gilbertson.
Además, algunas de las soluciones promovidas en estos planes ignoran las realidades enfrentadas por los pueblos indígenas y pasan por alto las desigualdades estructurales que se siguen reproduciendo a través de las relaciones coloniales y las estructuras opresivas en Canadá. El informe describe las barreras para la política climática liderada por indígenas, como la desconexión forzada de la tierra, la devaluación del conocimiento indígena y la exclusión sistémica de los procesos de formulación de políticas. Para empeorar la situación, algunas de las acciones e iniciativas propuestas en estos planes corren el riesgo de tener impactos negativos en los pueblos indígenas y violar sus derechos.
Así lo observa la activista y académica Tamra Gilbertson, en Descolonizando la Política Climática en Canadá (2021): “Los pueblos indígenas fueron excluidos deliberadamente de las mesas de trabajo para que no afectaran las políticas de mantener los combustibles fósiles bajo tierra mediante la implementación de la fijación de precios del carbono. Mantener a los pueblos indígenas fuera de las mesas de trabajo y tratarlos como partes interesadas es una violación del derecho nacional e internacional. Esta grave violación impacta la soberanía indígena y deja clara la intención de reducir a los pueblos indígenas a partes interesadas en un intento de coerción y presión para implementar sistemas de fijación de precios del carbono y otros mecanismos que pueden violar los derechos territoriales y la soberanía”.
La reproducción del colonialismo en la política climática
Al resaltar las formas en que la política climática liderada por colonos mantiene las estructuras coloniales y excluye los sistemas de gobernanza indígena, se puede establecer la importancia de incluir las perspectivas indígenas en la formulación de políticas climáticas: deben priorizar las relaciones recíprocas con la tierra y todos los seres vivos. Estos elementos de relacionamiento indígena a menudo son ignorados o pasados por alto por las políticas coloniales que priorizan las ganancias económicas sobre la sostenibilidad ambiental y cultural.
El informe deja claro que las políticas coloniales restringen el acceso a las tierras tradicionales, obstaculizan las prácticas culturales y limitan la capacidad de transmitir conocimientos a las generaciones futuras. Esto demuestra que existe un llamado a descolonizar estos sistemas y reafirmar la gobernanza y los protocolos indígenas como base para la política climática.
El proceso de colonización, en el que las tierras indígenas fueron robadas y los ecosistemas alterados, sentó las bases para la crisis climática que enfrentamos hoy. Sin embargo, son los indígenas los que ofrecen soluciones para combatir el cambio climático.
Es importante señalar que este sentimiento de exclusión estructural de los pueblos indígenas del desarrollo y avance de leyes, políticas y legislación en el contexto canadiense se refleja a nivel mundial. Así lo manifestó el Foro Internacional de Pueblos Indígenas sobre Cambio Climático (FIPICC) durante la COP26 de Glasgow: “Los pueblos indígenas son los primeros y más afectados por el cambio climático y la acción climática colonial, pero impulsamos soluciones climáticas críticas basadas en nuestras relaciones con el mundo vivo. Al ejercer nuestra protección en las primeras líneas, enfrentamos criminalización, violaciones de derechos humanos y asesinatos. Y en las COPs, estamos excluidos de la toma de decisiones sobre temas que nos afectan directamente”.
El llamado a que los organismos coloniales promuevan y defiendan los derechos de los pueblos indígenas y a que se nombre al colonialismo como la causa raíz del cambio climático y la subyugación indígena es repetido por varios grupos. Uno de ellos es el FIPICC: “La COP26 y las futuras COP deben asegurar la participación de los pueblos indígenas, incluidos aquellos de nosotros con múltiples intersecciones de identidad. El colonialismo causó el cambio climático. Nuestros derechos y conocimientos tradicionales son la solución”.
A medida que el reconocimiento de los pueblos indígenas continúa creciendo y expandiéndose, hay un esfuerzo concertado por contextualizar lo que esto significa más allá de las palabras y promesas vacías, y avanzar hacia un marco decolonial para los pueblos indígenas en todo el mundo.
Los derechos indígenas son la solución
Para muchos pueblos indígenas, los impactos del cambio climático comenzaron desde el primer contacto con los colonizadores. El proceso de colonización, en el que las tierras indígenas fueron robadas y los ecosistemas alterados, sentó las bases para la crisis climática que enfrentamos hoy. Sin embargo, son los derechos inherentes y los modos de vida de los pueblos indígenas los que ofrecen soluciones críticas para combatir el cambio climático. A pesar de esto, todavía existe una gran dependencia de la ciencia y la gobernanza colonial para guiar las estrategias destinadas a lograr la estabilización climática.
En el informe Descolonizando la política climática en Canada, la Directora Ejecutiva de ICA, Dënesųłine de la Primera Nación Athabasca Chipewyan del Bioma del Bosque Boreal, Eriel Tchekwie Deranger, lo explica del siguiente modo: “Muchas de las políticas coloniales se centran en los derechos humanos universales y las libertades individuales. Sin embargo, si no tenemos relaciones con las especies y el territorio que sostienen comunidades, culturas y naciones prósperas, esas políticas no son más que palabras en papel”.
Esta verdad destaca la necesidad de revitalizar, practicar y compartir las tradiciones de gestión territorial que los pueblos indígenas han mantenido desde tiempos inmemoriales. La Fase Dos del proyecto Descolonizando la Política Climática se lanzó para comprender mejor las prioridades, necesidades y visiones para el futuro en relación con la crisis climática. Las respuestas enfatizaron un mensaje clave: el conocimiento y la gobernanza indígena deben estar en el centro de la acción climática. Esta postura se refleja a nivel global cuando los pueblos indígenas han pedido repetidamente una inclusión real en los procesos de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
Impactos en las comunidades indígenas
Las mediciones de temperatura en Canadá muestran que estamos experimentando un calentamiento al doble de la tasa global. Entre 1948 y 2016, las temperaturas medias aumentaron 1,7°C en todo el país y 2,3°C en el norte; mientras que el número de días extremadamente calurosos se han triplicado. Durante nuestras conversaciones, muchos pueblos indígenas compartieron cómo están experimentando directamente los efectos del cambio climático. Un 25 por ciento de los indígenas reportaron haber observado fenómenos meteorológicos extremos, como tormentas y sequías. Otros mencionaron que el clima se está volviendo más cálido y seco, y con cambios notables en las estaciones.
La calidad del agua aparece como una gran preocupación: un tercio de las personas expresan su preocupación por la disminución de la capa de nieve, la reducción de la disponibilidad de agua dulce y la contaminación del agua (por ejemplo, por represas hidroeléctricas). Estos cambios afectan la fauna, generan la pérdida de vegetación y reducen las poblaciones acuáticas, lo que repercute en los ecosistemas y la seguridad alimentaria de las comunidades, especialmente, en el acceso a la caza y la recolección tradicionales.
Los impactos del cambio climático en el agua, la vivienda, la salud y el acceso a los alimentos están agravando los desafíos preexistentes de las comunidades indígenas, incluidas la inseguridad alimentaria y el acceso a servicios de salud.
Como compartió Hanna Paul de la Nación Métis de Alberta (Bioma del Bosque Boreal): “Las inundaciones y los incendios han devastado mi comunidad y el cambio climático tiene un gran impacto en ello. Ha afectado las líneas de trampa, la caza y la recolección”. Estos eventos no sólo interrumpen la vida cotidiana, sino que también dificultan que las personas salgan al territorio a cazar, recoger bayas y recolectar medicinas. Además, el cambio climático está amenazando la salud y seguridad de las comunidades indígenas. Los cambios en los niveles de agua dificultan los viajes hacia y desde las comunidades insulares, y el clima severo está erosionando los caminos, lo que representa serias preocupaciones de seguridad.
Los impactos del cambio climático en el agua, la vivienda, la salud y el acceso a los alimentos están agravando los desafíos preexistentes de las comunidades indígenas, incluidas la inseguridad alimentaria y el acceso a servicios de salud. En general, esto está afectando la salud mental, física y espiritual de muchas comunidades.
Mirando hacia adelante: una política climática liderada por indígenas
Cada día, los jóvenes indígenas ponen en práctica lo que significa descolonizar la política climática, ejerciendo sus derechos y afirmándose como líderes en la acción climática. Tienen esperanzas en el futuro, destacan la necesidad de centrar sus voces en las conversaciones sobre el clima y el potencial que tienen para desafiar los sistemas actuales. Desean restaurar su conexión con la tierra y el agua como algo inherente a la política climática.
Las historias de los jóvenes indígenas contienen enseñanzas sobre el vínculo con las plantas, aguas y animales. Estos lineamientos y responsabilidades no son meramente costumbres culturales o puntos de vista: son nuestras normas y nunca han sido extinguidas. Los jóvenes también comparten cómo podría ser la política climática si estuviera liderada por pueblos indígenas y arraigada en nuestras cosmovisiones, leyes, sistemas de gobernanza y relaciones con la tierra, y su potencial transformador para todos.
Descolonizar la política climática significa crear políticas por y para los pueblos indígenas que trabajen hacia el avance y fortalecimiento de sus derechos, conocimientos y perspectivas.
La Fase Dos ofrece formas concretas de transformar los sistemas políticos y económicos con el fin de debilitar el control colonial y abrir espacio para que las soluciones indígenas basadas en la tierra emerjan, se consoliden, prosperen y contribuyan a la creación de nuevos sistemas económicos y políticos.
Un enfoque descolonizador de la política climática debe empoderar a las comunidades para que recurran a sus conocimientos ancestrales y desarrollen leyes que apoyen su supervivencia y prosperidad cultural. Este enfoque rechaza la idea de una “política indígena” única y, en su lugar, reconoce la necesidad de políticas que respeten los diversos sistemas de gobernanza, conocimientos y contribuciones de cada nación.
Descolonizar la política climática significa crear políticas por y para los pueblos indígenas que trabajen hacia el avance y fortalecimiento de sus derechos, conocimientos y perspectivas. Esto implica exigir la inclusión de las voces indígenas en todos los aspectos y niveles de la formulación de políticas climáticas. Reimaginar las políticas existentes para respetar la soberanía indígena y priorizar las relaciones con la tierra es fundamental para garantizar que se implementen soluciones climáticas justas, abordando el legado de daño causado por la colonización y la crisis climática. La descolonización no es solo responsabilidad de los pueblos indígenas, sino un esfuerzo que requiere colaboración conjunta.
Fuente: servindi.org