Panamá es el cuarto país en la región centroamericana en prohibir el otorgamiento de licencias mineras metálicas, luego de vivir una de las olas de protestas sociales más grandes de los últimos años, a raíz de la renovación del contrato por 20 años a favor de la empresa Minera Panamá, perteneciente a la canadiense First Quantum Minerals (FQM)
Las consignas que movilizaron a las multitudes por varios días consecutivos fueron: defensa del agua, soberanía nacional, defensa de la vida, entre otras. Fueron los sindicatos de construcción, salud, educación y movimientos ambientalistas quienes nuclearon la titánica lucha contra la transnacional minera de cobre más grande del país que contamina el agua con su proyecto a cielo abierto.
Estos sectores, ante la moratoria minera indefinida ya promulgada como Ley, ahora, exigen la derogación total del contrato con la FQM. Al parecer, la lucha anti minera no concluye aún en Panamá.
¿Qué países de Centroamérica prohíben la minería metálica?
A diferencia de los territorios del Sur de Abya Yala, el centro del Continente no es un territorio que contenga grandes yacimientos mineros.
Cuando los primeros europeos, buscadores de oro y plata, en el siglo XVI, llegaron a estas tierras, a lo sumo encontraron la mina de Motocintla (en la actual Chiapas, frontera con Guatemala), insignificante para sus ambiciones. Por eso avanzaron hacia el Sur buscando oro. Centroamérica no es una región minera. Y, la renta minera que capturan los estados, actualmente son insignificantes a cambios de ingente costo socioambiental.
Ya a finales del pasado siglo, durante la tercera ola del despojo colonial, las empresas transnacionales que saquean todo por todas partes, sin mayor cuidado ambiental escarbaron minas a cielo abierto en diferentes países, ocasionando grandes daños a los frágiles ecosistemas.
En este contexto, fue Costa Rica quien, en 2011, mediante la Ley n. 8904, declaró el país libre de minería metálica a cielo abierto. En 2017, El Salvador. En 2022, Honduras. Y en días recientes, Panamá. Guatemala, país en el que mediante consultas comunitarias o alegatos legales los pueblos indígenas lograron frenar proyectos mineros, no decidió aún liberarse de la minería metálica.
Al parecer, cinco siglos después del colonialismo, estamos en el mismo punto de partida. Los mineros tendrán que marcharse o dedicarse a otro rubro en estas hospitalarias tierras del Centro de Abya Yala que no tiene vocación minera.