Por: Melisa Molina
Tensión con Lula y críticas al bloque regional en la cumbre de Montevideo. El presidente calificó como una «prisión» a la alianza económica y promovió los tratados de libre comercio bilaterales. Su par brasileño lo cruzó con sutileza y faltó a la foto de familia. Además, se anunció el acuerdo con la Unión Europea.
(Desde Montevideo)
Javier Milei demostró que además de ser el topo dentro del Estado argentino (para destruirlo desde adentro), también quiere ser el topo dentro del Mercosur. Al asumir la presidencia protémpore en representación de Argentina en la cumbre de Montevideo, el mandatario libertario calificó como «una prisión» al bloque regional, bregó por habilitar los tratados de libre comercio bilaterales y se quejó del No al ALCA de 2005. Durante el encuentro de presidentes, recibió elogios de su par saliente, el uruguayo Luis Lacalle Pou, y volvieron a quedar en evidencia los cortocircuitos con el brasileño Luis Inacio «Lula» Da Silva, que ni siquiera participó de la foto de familia oficial. En una conferencia de prensa anterior, se anunció que se había sellado el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, que lleva más de 25 años de trabajo diplomático y creará la mayor zona de libre comercio del mundo.
El viernes a primera hora Milei llegó a una Montevideo lluviosa y con su capacidad hotelera agotada. Viajó acompañado de su hermana, la secretaria general de la presidencia, Karina Milei y de este lado del río lo esperaban el canciller, Gerardo Werthein, y el ministro de Economía, Luis Caputo, que participaron el miércoles de la reunión de cancilleres y el jueves del encuentro de ministros de economía, respectivamente. En el emblemático Edificio Mercosur, ubicado sobre la Rambla Wilson, lo esperaba Lacalle Pou –que en tan solo unos meses será reemplazado en la presidencia por Yamandú Orsi, del Frente Amplio–, para una reunión con la titular de la Comisión Europea.
El acuerdo con la Unión Europea
Si bien estaba planificado que Milei fuera el primer presidente en llegar, después de él Lula, después Von der Leyen y último Peña, el argentino llegó último. Se especuló con que, después del desplante que Lula le hizo en el G20, Milei quería estar con su par brasileño lo menos posible y evitar un encuentro a solas de cualquier manera. De hecho, no hubo ningún tipo de acercamiento ni cruce de miradas entre ambos.
El texto del acuerdo entre la UE y el Mercosur, para el que Brasil trabajó arduamente, ya había sido cerrado la jornada anterior, según había confirmado el canciller uruguayo Omar Paganini, y solo faltaba la reunión de mandatarios. Luego del encuentro, los presidentes y la representante de la UE brindaron una conferencia de prensa en la que anunciaron el cierre de las negociaciones. Lacalle Pou, con tono nostálgico por el fin de su mandato, señaló: «tengo hijos de 20 años y cuando se enteraron que un acuerdo había llevado 25 años de negociación no lo podían creer. Hoy voy a volver a casa un poco más tranquilo». Luego, remarcó que «para nuestros países más pequeños es importantísimo que el mundo se nos abra». La europea, en tanto, lo presentó como un «win- win», y dijo que era «un mensaje claro y poderoso al mundo».
Las negociaciones para sellar el pacto habían empezado hace casi tres décadas y, aunque en 2019 los bloques dijeron que habían logrado un acuerdo, finalmente se retrocedió por dudas que tuvieron varios países europeos. Sobre todo Francia. Emmanuel Macron criticó cuestiones ambientales y, además, argumenta que perjudicará a los productores agropecuarios de su país. La Argentina, durante el mandato de Alberto Fernández, tampoco avanzó en la firma. De hecho, el excanciller Santiago Cafiero se volvió a mostrar en contra este viernes y, junto con el bloque de diputados de UxP, pidió al Ejecutivo que informe «las concesiones que hizo Milei para firmar el acuerdo ya que la negociación, hasta diciembre de 2023, tenía un severo impacto para nuestra industria y comprometía exportaciones agropecuarias«.
A lo largo de los años, también enfrentó una postura en contra de Paraguay. Aunque Peña dijo a Página/12 que finalmente acompañó, aclaró que lo hizo con reparos porque el acuerdo «no está exento de problemas». La firma, de todos modos, tardará varios meses en concretarse porque habrá que revisar los escritos, traducir los textos y buscar el apoyo del parlamento Europeo y del Consejo de la UE. Macron intentará que este se caiga, pero con la pérdida de poder e influencia que sufrió el mandatario francés durante el último tiempo esa será una tarea compleja.
Nuevo choque entre Milei y Lula
El gobierno argentino llegó a Uruguay con una idea clara: pedir en el Mercosur que se permita a los países que forman parte de él cerrar tratados de libre comercio bilaterales sin incluir al resto del bloque, algo que hoy en día no se permite. Milei usó toda su intervención para criticar al Mercosur y decir que no sirve. «Este bloque nos ha perjudicado. Chile y Perú se abrieron al mundo y nosotros nos encerramos en nuestra propia pecera tardando más de 20 años para hacer un acuerdo con la Unión Europea», disparó.
Ante la mirada atenta de los presidentes de los países miembro y de los estados asociados –entre los que se sumó por primera vez en una cumbre Bolivia— Milei espetó: «El Mercosur y sus restricciones han sido un escollo para los argentinos. Chile exporta más cereza que nosotros, más cobre que nosotros. ¿Cuántos mercados nuevos podríamos haber desarrollado si estuviéramos abiertos al mundo? No podemos darnos el lujo de dejar pasar oportunidades comerciales». También criticó sin mencionarlo el No al ALCA. Dijo que aquel rechazo se hizo por «anteojeras ideológicas», y remató: «mientras el resto de planeta se expandía, nosotros le dijimos que no a Estados Unidos, pero esa perorata disfrazada de nacionalismo le salió caro a los ciudadanos». Por último, indicó que «este modelo está agotado», pidió «aflojar las ataduras», y cerró: «si un bloque no facilita el comercio, ¿qué sentido tiene?»
Lula, con los auriculares puestos, en ningún momento cambió la cara de enojo y, cuando tomó la palabra, de manera bastante sutil, le respondió: «El modelo de integración que defendemos está dirigido a reducir las desigualdades, dentro y entre los países”. Luego habló de «los grandes temas de la agenda global», como «la justicia social, la igualdad de género, la lucha contra el racismo y el cambio climático», todas cosas en las que Milei no cree y detesta.
En su discurso, el presidente de Brasil felicitó a su par electo en Uruguay, Yamandú Orsi, al que destacó por «hacer política sin odio y sin violencia en un contexto de fuertes ataques a la democracia en distintas partes del mundo», un tiro por elevación a Milei, y añadió que «la libertad, en todas sus manifestaciones, es un componente esencial de una democracia sana, pero debe estar asociado con la protección de los derechos y libertades de los demás y del orden político mismo». Por último, deseó «que tengamos en el Mercosur el sentido de justicia e inclusión de Pepe Mujica».
Lacalle Pou, ya de salida, se puso del lado de Milei. Durante toda la jornada le hizo chistes y lo abrazó. Cuando tomó la palabra, dijo que él ya había pedido, en soledad, por los TLC y vociferó: «Me alegro de escuchar al presidente Milei. No sabe las veces, Presidente que bregué por la libertad y la prosperidad porque sin libertad no hay prosperidad». «No se contradice la existencia del Mercosur con la flexibilidad del bloque. Nos tienen que dejar ser», agregó y cerró: «Presidente Milei, yo me voy del Mercosur, pero capaz tenemos suerte de lograrlo». Le aconsejó «hacerlo con buen modo, siendo firme con las ideas y suave con las personas».
Lula, mientras los presidentes terminaban de hablar, se levantó de su silla y se fue. Desde el Planalto dijeron a este diario que lo hizo porque «tenía un compromiso en San Pablo». Lo cierto es que fue un gesto político. La foto de familia de la asunción de Milei, el topo dentro del Mercosur, estuvo incompleta.
Fuente: abyayalasoberana.org