160 niños y niñas, desde los recién nacidos fueron arranchados de sus padres en pasado 20 de diciembre en el Municipio de El Oratorio, Departamento de Santa Rosa, Guatemala, por la Procuraduría General de Nación de Guatemala, y llevados a un centro de acogida (con capacidad para 30 niños) en la ciudad capital del mismo nombre.
El argumento fue y es: “la secta religiosa Lev Tahor está abusando y violentando niños”. Ya pasaron 25 días de la detención de los niños y de sus madres, pero el Estado de Guatemala no ha mostrado ninguna evidencia. Más por el contrario, luego de la reunión con representación multisectorial del Estado de Israel, decidió, a la media noche de ayer, expulsar a las más de la guardería donde los tenían con sus hijos, y a los menores los trasladó. Separándolos a niños hermanos entre sí, incluso los recién nacidos se encuentran en la residencia estatal sin la asistencia de las mamás. Según indican los judíos que hacen vigilia exigiendo la devolución de sus hijos, “en los diferentes allanamientos (16 en los últimos 4 meses) incluso destruyeron todo el centro escolar, imprenta e instalaciones de cómputo que tenía la comunidad de Lev Tahor en la finca donde conviven y trabajan”. “Es el sionista Estado de Israel quien está detrás de esta persecución. No nos perdonan porque denunciamos el genocidio y matanzas que está haciendo Israel contra los pueblos. La Torá prohibe eso, es lo que le decimos”, indican
