La investigadora de origen hondureña, deja prácticamente sin argumentos a quienes, desde diferentes flancos ideológicos, e incluso filosóficos, sostienen y sostenían que la democracia liberal representativa era y es la materialización más pulcra de la modernidad para la construcción del desarrollo, el bien común y la libertad universal.
Breny Mendoza, situada desde la opción teórica decolonial, realizando un rastreo de la génesis y el devenir de la democracia libertad, identifica categóricamente que ésta no es un más que una herramienta de dominación colonial que hizo posible la perpetuación del colonialismo/colonialidad durante la era moderna.
Al límite que, ahora, los colonizadores, montados en su democracia libertad, están encaprichados en sus apuestas genocidas y ecofascistas. Sin desparpajo están destruyendo el sistema mundo occidental “basado en reglas y consensos” que pregonaron.
