“Los procesos de independencia fueron aceptados por la Corona con la condición que los países independientes reprodujeran o implementasen las instituciones y mecanismos liberales. Una de esas instituciones de los estados naciones fue la democracia representativa”, indica Breny Mendoza. De esa cuenta, la perpetuación de la colonización/colonialidad, ya sin la presencia física del colonizador, estaba garantizada en los, ahora, bicentenarios países “independientes”. Sin la democracia liberal, pensada filosóficamente para el enriquecimiento de unos pocos, controlando las posibles rebeliones de los sectores saqueados, ningún (mal) desarrollo de los ricos del norte hubiese sido posible. Ni tampoco sería posible los crecientes privilegios inmorales de las oligarquías locales. Es necesario decolonizar la democracia liberal para la liberación de los pueblos. No necesariamente se nominará democracia a lo que podamos reinventar o inventar para posibilitar las “comunidades de vida”, indica Mendoza en esta corta entrevista con www.radiovictoriagt.com
