
Mientras los mercados internacionales permanecen en vilo ante una posible recesión económica, China subraya su confianza en cumplir los objetivos anuales de crecimiento, pese a las tensiones comerciales con Estados Unidos.
Por Isaura Diez
Corresponsal jefe en China

El enfoque estratégico para enfrentar esta situación tiene en cuenta medidas como la apertura al exterior, la diversificación de mercados y la facilitación de la inversión extranjera en más sectores.
Esas acciones forman parte de un plan integral que incluye la creación de un mercado nacional unificado, el fortalecimiento del consumo interno y la implementación de políticas macroeconómicas efectivas.
“Nos enfocaremos en administrar bien nuestros propios asuntos sin importar cómo evolucione la situación internacional”, declaró Zhao Chenxin, subjefe de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, máximo organismo planificador del país.
El funcionario destacó que Beijing acelerará la implementación de medidas para estabilizar el empleo y la economía, priorizará la eficiencia y la efectividad de las políticas para garantizar beneficios directos a las empresas y la población.
Además, anunció que se utilizarán eficazmente los fondos de inversión de cinco billones de yuanes (aproximadamente 694 millones de dólares) para impulsar el consumo y promover proyectos clave a nivel nacional. Según Zhao, la mayoría de estas medidas entrarán en vigor en el segundo trimestre de 2025, con un enfoque continuo en la coherencia y mejora de las herramientas de política económica.
El objetivo es fortalecer la resiliencia del mercado laboral y consolidar el crecimiento económico, cuya meta para este año se ubicó en alrededor de cinco por ciento, similar al desempeño registrado en 2024.
En el primer trimestre de 2025, el producto interno bruto (PIB) de China creció un 5,4 por ciento interanual, lo cual reflejó una tendencia de recuperación.
Sin embargo, Sheng Laiyun, subdirector de la Oficina Nacional de Estadísticas, advirtió que los altos aranceles impuestos por Estados Unidos ejercen cierta presión sobre la economía.
Desde abril productos chinos exportados a Estados Unidos enfrentan hasta 145 por ciento de aranceles, mientras que todos los bienes estadounidenses que ingresan a China están sujetos a un 125 por ciento de impuestos.
APERTURA Y MEDIDAS ECONÓMICAS
Pese a esos desafíos, las autoridades chinas subrayaron que las puertas del país permanecen abiertas a todas las empresas extranjeras, incluidas las estadounidenses.
Zhao Ping, portavoz del Consejo Chino para la Promoción del Comercio Internacional (CCPIT), destacó que las políticas sobre inversión extranjera no han cambiado ni cambiarán.
“En un mundo lleno de incertidumbres, la estabilidad de China es una gran oportunidad”, señaló.
El vocero explicó que China ofrece un entorno de políticas transparente, estable y predecible, además de un mercado de consumo masivo, el sistema industrial más completo del mundo, una capacidad de producción avanzada y un amplio capital humano calificado.
Según datos oficiales, el comercio exterior del gigante asiático registró un crecimiento de 1,3 por ciento en el primer trimestre, pese al complejo escenario internacional.
Wang Lingjun, subdirector de la Administración General de Aduanas, destacó que las principales provincias exportadoras asumieron su responsabilidad y aprovecharon sus ventajas regionales.
En el primer trimestre, Guangdong, Jiangsu, Zhejiang, Shanghái, Beijing, Shandong y Fujian alcanzaron un volumen total de importaciones y exportaciones de 7,78 billones de yuanes (aproximadamente 1,07 billones de dólares), lo cual representó tres cuartas partes del valor total de comercio exterior del país.
En particular, el comercio entre China y Estados Unidos creció un cuatro por ciento en el primer trimestre de 2025, pese a las tensiones bilaterales.
De acuerdo con la Administración General de Aduanas este intercambio alcanzó una escala de 1,11 billones de yuanes (unos 153 mil millones de dólares).
No obstante, la fuente reconoció que los aranceles “recíprocos” impuestos recientemente por Washington tendrán de forma inevitable un impacto negativo en el comercio mundial.
Lu Daliang, portavoz de la Aduana y jefe del Departamento de Análisis Estadístico, señaló que, aunque las exportaciones chinas enfrentan una situación externa compleja, “el cielo no se cae”.
En los años más recientes, el gigante asiático ha fortalecido la diversificación de mercados y profundizado la cooperación en cadenas de suministro y producción con otros países, lo que ha aumentado su resiliencia económica, dijo.
El funcionario señaló que el vasto mercado interno chino actúa como un importante respaldo para enfrentar la incertidumbre externa.
La estabilización del comercio exterior es una de las cinco áreas clave en la que se enfocará China para hacer frente a las presiones externas.
Así lo comunicó el subdirector del máximo órgano planificador del país, Zhao Chenxin, quien detalló más medidas enfocadas además, en el apoyo al empleo, la expansión del consumo interno, promoción de la inversión y consolidación de un ambiente de desarrollo estable.
En materia de empleo, las autoridades destacaron la importancia de apoyar a las empresas para mantener la estabilidad laboral mediante la formación profesional, el programa de trabajo por ayuda social y el servicio público de empleo.
Entre las acciones para estabilizar el comercio exterior están ayudar a las empresas exportadoras a mitigar riesgos, promover la internacionalización de servicios y fomentar la reinversión de capital extranjero en el país, dijo Zhao.
En el ámbito del consumo, China priorizará la expansión del gasto en servicios y”se reforzará la atención a personas mayores con dependencia, se impulsará el mercado automotriz y se establecerá un sistema salarial basado en habilidades”, señaló.
Respecto a la inversión, el gigante asiático promoverá la modernización de infraestructuras de consumo e incentivará la participación privada.
Además, se crearán herramientas financieras innovadoras: “El objetivo es generar un entorno favorable para el crecimiento económico”, explicó Zhao.
El objetivo, apuntó, para consolidar un ambiente de desarrollo estable, el país enfatiza en la estabilidad del mercado de capitales y el sector inmobiliario, al tiempo que incrementará el respaldo financiero a la economía real.
LAS NEGOCIACIONES NO LLEGAN
Aunque China se prepara para una guerra comercial sostenida con Estados Unidos, no está cerrada al diálogo, mientras este sea bajo los principios de igualdad y respeto mutuo, sin chantajes ni presiones.
Recientemente numerosos medios de comunicación dentro y fuera del gigante asiático destacaron el nombramiento por Beijing a Li Chenggang como representante de negociaciones internacionales del Ministerio de Comercio y viceministro del mismo organismo.
El cambio llega en un momento en que las dos principales economías del mundo se aplican mutuamente aranceles de más del 125 por ciento, en tanto que el diálogo no parece llegar, lo cual mantiene los mercados en vilo ante la posibilidad de una recesión económica.
De hecho, China subrayó esta semana que no existen negociaciones en curso con Estados Unidos para resolver la actual guerra arancelaria, contrario a lo que numerosos informes del lado norteamericano publicaron.
Los ministerios de Comercio y Relaciones Exteriores enfatizaron en que no hay diálogo actualmente y mucho menos acuerdos.
“Cualquier información sobre avances en negociaciones comerciales entre China y Estados Unidos carece de fundamento”, agregaron los portavoces de cada cartera.
Ambas dependencias destacaron que las especulaciones sobre este tema son infundadas y no reflejan la realidad actual de las relaciones bilaterales.
Ambos funcionarios reiteraron la postura oficial del gigante asiático: Washington comenzó la guerra arancelaria, así que Estados Unidos debe dar el primer paso para resolverla.
El vocero de la Cancillería Guo Jiakun subrayó que la actitud de China ha sido consistente: si quieren pelear, estamos preparados; si quieren hablar, nuestras puertas están abiertas.
Desde el Ministerio de Comercio, el vocero He Yadong enfatizó que China siempre ha estado dispuesta al diálogo, pero rechazó cualquier intento de imponer condiciones unilaterales o ejercer presión máxima como táctica negociadora.
Fuente: publica.prensa-latina.cu