“El candidato republicano, ex presidente de los EEUU, Donald Trump, acaba de ser herido por disparos de proyectiles de arma de fuego, en Pensilvania, durante un emotivo mitin electoral.
El acto político fue suspendido, mientras Trump era trasladado, protegido por su seguridad, con el rostro ensangrentado hacia buen recaudo. Meses atrás, el herido candidato republicano ya había sido condenado por la justicia de su país por 34 delitos graves de falsificación de registros empresariales.”
El otro candidato presidencial Joe Biden, del partido demócrata, en horas recientes, en Washington, durante la clausura de la Cumbre de la OTAN, confundió durante su discurso a Volodímir Zelenski, presidente usurpador de Ucrania, con Vladimir Putin, presidente de Rusia. Además, confundió a su vicepresidenta Kamala Harris como «vicepresidenta Trump». ¡Esta decrepitud senil fue aplaudido por los presidentes europeos y demás presentes en el acto!
Es bastante conocido que el octogenario Biden anda en el timón del Imperio decadente como un zombi, confesando que habla con gobernantes europeos ya fallecidos, o saludando al vacío. Biden confesó en horas recientes que sus aliados europeos le dicen: «Joe no puedes dejar que ese tipo (Donald Trump) avance. Sería un desastre».
Éste es el nivel de la cultura política del Imperio, adalid de la democracia mundial, al momento. Sin desparpajo, ni barbijo, los criminales enquistados en el «Estado profundo» de los Estados Unidos, ahora salen a relucir sus más bajas pasiones. Mientras, gobernantes, élites empresariales y clases medias tradicionales y emergentes de países como Guatemala, siguen celebrando con gratitud el nefasto intervencionismo norteamericano en el país, quizás porque se siga creyendo como en un fetiche en la democracia bestial norteamericana.
