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Los analistas consultados consideran que es improbable que el presidente Trump esté interesado en asistir a Ecuador, más allá de los acuerdos de cooperación en seguridad firmados por Washington y Quito en los últimos años.

Esta medida temporal buscaría “fortalecer la seguridad” y “reforzar la lucha contra el crimen organizado transnacional” en Ecuador, aseguró Noboa (REUTERS)
Esta medida temporal buscaría “fortalecer la seguridad” y “reforzar la lucha contra el crimen organizado transnacional” en Ecuador, aseguró Noboa (REUTERS)

El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, propuso el ingreso al país de «fuerzas especiales de países aliados» para combatir al crimen organizado. Dos analistas consultados por Sputnik dijeron que el pedido parece «una jugada política», pero que termina asumiendo el fracaso en materia de seguridad.

En plena campaña electoral de cara a la segunda vuelta de abril y a poco más de un año de haber declarado la existencia de un «conflicto armado interno» en el país, el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, sorprendió al solicitar la llegada al país de «fuerzas especiales de países aliados» para combatir al crimen organizado en el país.

«El Gobierno Nacional plantea, de manera temporal y en el contexto de la guerra declarada contra el narcoterrorismo, la incorporación de fuerzas especiales de países aliados para apoyar y potenciar las acciones de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional», señala un comunicado emitido el 19 de febrero por la Presidencia ecuatoriana.

La misma comunicación indica que Noboa ordenó a su canciller, Gabriela Sommerfeld, realizar contactos con otros países afín de «establecer acuerdos de cooperación para este objetivo». Al mismo tiempo, el presidente exhortó a la Asamblea Nacional ecuatoriana a expresarse sobre este plan, así como un proyecto enviado meses atrás por Noboa para dejar sin efecto la prohibición constitucional de instalar bases militares extrajeras en territorio ecuatoriano.

«Si un país establece la necesidad de ayuda internacional es porque no puede hacerlo solo. Está evidenciando que la Policía y las Fuerzas Armadas no tienen la capacidad para disminuir la percepción de inseguridad que se está viviendo en determinadas zonas del país», dijo a Sputnik el analista internacional Lester Cabrera. El experto fue categórico al afirmar que el Plan Féniximplementado desde el comienzo del Gobierno de Noboa para combatir a los grupos armados, «no existe», ya que nunca hubo acciones efectivas para combatir el problema y «en más de un año solo hay uno o dos líderes de bandas que hayan sido dados de baja o capturados y ninguno de los grupos que se mencionaron en el decreto han sido desarticulados».

Por si fuera poco, el país vivió en enero de 2025 el mes más violento de su historia, alcanzando un récord de 750 homicidios, un 45% más que lo que se había registrado en 2024, cuando se declaró la emergencia en materia de seguridad.

En diálogo con Sputnik, el analista internacional coincidió en que el reclamo de Noboa es «la aceptación de que el Estado no es capaz de solventar la seguridad dentro de sus fronteras» y, por tanto, puede considerarse que se trata de la admisión de que Ecuador se ha convertido en un Estado fallido«.

«Discursivamente, aceptar que Ecuador es un Estado fallido es un atentado a su propia seguridad, porque está diciendo que no es capaz de controlar su territorio. En términos clásicos de las Relaciones Internacionales es lo peor que puede hacer porque estás mostrándote vulnerable frente a tus vecinos y tus posibles enemigos», analizó el experto.

Para Cabrera, el presidente Noboa busca «dar una potencial solución a este problema» en medio de una campaña electoral que lo tiene como mandatario y candidato al mismo tiempo. Sabedor de que su pedido deberá ser aprobado por una Asamblea Nacional en la que todavía no tiene mayorías, Noboa puede «usar el argumento de que él quiere combatir el crimen y la oposición no, algo que puede venderle a sus potenciales votantes».

El también analista internacional Santiago Carranco analiza la propuesta de Noboa como «una jugada de política interna«, entendiendo que le permite al presidente presionar al legislativo a debatir la propuesta presentada a finales de 2024 para establecer bases militares extranjeras en el país, algo específicamente prohibido por la actual Constitución ecuatoriana.

¿El Gobierno de Trump ayudaría a Ecuador?

Carranco recordó que, hasta el momento, Ecuador sí acepta el ingreso de militares extranjeros para participar de acciones de entrenamiento u operaciones conjuntas. Desde el Gobierno de Guillermo Lasso (2021-2023), además, militares de EEUU colaboran con Ecuador en el patrullaje marítimo en las costas del Océano Pacífico, en busca de disuadir la actividad de organizaciones delictivas. La nueva propuesta de Noboa se acercaría más a la instalación de bases militares, por lo que escaparía a las potestades del mandatario.

Cabrera, por su parte, remarcó que si se autorizara un ingreso de «fuerzas especiales» extranjeras, no se trataría de «agregados militares o enviados especiales» sino directamente de efectivos «que vienen a combatir y que para ello deben llegar en un número y con un equipamiento de acuerdo a su tarea«. Si el país no puede colocar bases extranjeras, la pregunta es cómo funcionaría de manera logística este tipo de contingentes y qué tipo de despliegues tendrían. El analista apuntó además que cualquier contingente internacional que decidiera instalarse en Ecuador para combatir el crimen organizado no puede activarse «de un día para otro» y hasta pueden pasar «meses y meses de planificación» en el país.

Carranco apuntó otro obstáculo importante detrás de la idea de Noboa: si realmente existen países dispuestos a colaborar con la seguridad ecuatoriana. «No porque Ecuador pida ayuda otros países van a decir ‘toma las tropas que necesites’. Todo suena raro porque ni EEUU, Rusia, China o los países de la Comunidad Andina han comunicado que quieran enviar tropas; todo parece más una petición unilateral que busca posicionar el discurso de Noboa», opinó.

Ambos analistas incluso pusieron en duda que el presidente estadounidense, Donald Trump, esté interesado en asistir a Ecuador, más allá de los acuerdos de cooperación en seguridad que Washington y Quito han firmado en los últimos años.

Cabrera enfatizó que aunque Noboa intente mantenerse «alineado» a EEUU en todo momento y haya sido invitado a la asunción del presidente estadounidense, ni Ecuador ni América Latina van a aparecer como una prioridad, por fuera de la cuestión migratoria. Además, las posturas de Trump desde su asunción lo muestran queriendo «justamente lo contrario» de lo que solicitaría Ecuador, comentó el analista. «Lo que sucede con Ucrania demuestra que EEUU no busca llevar fuerzas más allá de sus fronteras ni gastar recursos en una operación que eventualmente no lleve a nada», comentó.

Otras alternativas, como hacer una solicitud ante Naciones Unidas para algún tipo de Operación de Mantenimiento de la Paz, deberían ser aprobadas primero por el Consejo de Seguridad de la organización, recordó Cabrera, lo que tampoco podría darse en un corto plazo y el país está lejos de asegurarse contar con los apoyos necesarios para eso.

 

Fuente: rebelion.org

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