Los desafíos ambientales de Ecuador

El país deberá hacerle frente a la crisis climática y la minería ilegal en este 2025.

A semanas de las nuevas elecciones un artículo de Mongabay Latam, resaltó que el país ecuatoriano tiene desafíos cruciales para este año, que el ganador deberá enfrentar ante un contexto complejo.

Desde el 24 de mayo de 2025, la persona elegida para ocupar el cargo presidencial, deberá hacerle frente al déficit energético, la expansión de la minería ilegal y la adaptación al cambio climático.

En el ámbito energético, Ecuador atraviesa una crisis debido a la sequía hidrológica que afectó al país en 2024, debilitando las hidroeléctricas que generan más del 70% de la electricidad nacional.

Para solucionar esta problemática, expertos como Verónica Iñiguez proponen la instalación de estaciones meteorológicas cerca de las hidroeléctricas, así como la diversificación de la matriz energética, incluyendo fuentes como la solar y la eólica, además de utilizar el gas natural derivado de la extracción petrolera.

Por su parte la minería ilegal continúa siendo una de las principales amenazas ambientales en Ecuador. En 2024, al menos 562 hectáreas de áreas protegidas en la Amazonía ecuatoriana fueron devastadas por esta actividad.

El presidente Daniel Noboa no frenó la minería, que involucra a redes criminales y a funcionarios corruptos. Al contrario, reabrió el catastro minero, ocasionando preocupación en torno a la legalización de concesiones mineras y la convivencia de actividades legales e ilegales en el sector.

En cuanto a la minería a gran escala, el gobierno de Noboa ha mantenido su postura extractivista, continuando con la explotación de bloques petroleros como el 43 en el Parque Nacional Yasuní, a pesar de la oposición popular.

En 2023, los ecuatorianos decidieron en consulta popular detener la extracción de petróleo en esta reserva, pero el gobierno ha persistido en sus planes, lo que ha generado fuertes críticas.

Mientras tanto la crisis climática también está afectando gravemente al país. En 2024, la sequía y los incendios forestales devastaron miles de hectáreas de bosque, exacerbando la vulnerabilidad del ecosistema ecuatoriano.

El desafío para el futuro gobierno será encontrar un equilibrio entre el desarrollo económico y la protección de los derechos y territorios indígenas. Asimismo, deberá reforzar sus políticas para mitigar los efectos del cambio climático.

Fuente: servindi.org