En un vibrante discurso tras autoproclamarse vencedor de las elecciones de El Salvador, el presidente Nayib Bukele dejó claro su dominio político y la aplastante victoria de su partido, Nuevas Ideas (NI). Este evento sin precedentes ha generado un impacto significativo en la historia democrática del país centroamericano.
La Hegemonía Aplastante de Bukele
Desde el balcón del Palacio Nacional de San Salvador, Bukele celebró el hecho de que El Salvador haya roto récords en democracia, destacando la abrumadora cantidad de votos que su proyecto político obtuvo. Con un tono exultante, declaró que este logro es el porcentaje más alto en la historia democrática mundial, marcando una diferencia sin precedentes entre el primer y segundo lugar.
La Oposición Pulverizada
El mandatario, conocido por su estilo de ‘mano dura’, lidera con un 70,25% de los votos escrutados, dejando a la oposición pulverizada. Este fenómeno político posiciona a El Salvador como el primer país con partido único en un sistema plenamente democrático, rompiendo con el bipartidismo que prevalecía desde la posguerra en 1992.
El Fin del Bipartidismo y la Consolidación del Poder
Bukele recordó su llegada política en 2019, rompiendo con el bipartidismo que tenía al país sometido, permitiendo la consolidación de un gobierno con mayoría calificada en la Asamblea Legislativa. Este control parlamentario ha permitido avanzar en proyectos clave, aunque no ha estado exento de críticas por la acumulación de poder.
El Desafío a la Democracia Según Bukele
El líder salvadoreño arremetió contra la prensa extranjera, especialmente la española, desafiando la noción de democracia impuesta desde el exterior. Bukele argumentó que la verdadera democracia es la que el pueblo salvadoreño elige, rechazando la interferencia extranjera y defendiendo la autonomía de su gobierno.
Críticas y Defensa de la Mano Dura
Las críticas internacionales sobre la supuesta violación de derechos humanos en la lucha contra las pandillas fueron abordadas por Bukele. El presidente defendió la prioridad dada a la seguridad de la población honrada sobre los derechos de los delincuentes. Además, cuestionó las intenciones de aquellos que desean ver sangre de salvadoreños, subrayando el éxito en la reducción de homicidios en el país.
Alianzas y Respeto Internacional
En un tono diplomático, Bukele expresó el deseo de ser aliado de todos los países, pero afirmó que El Salvador no será un “lacayo” de nadie. El presidente recordó que su país ha probado recetas impuestas por naciones poderosas sin éxito, instando a que se respete la autonomía salvadoreña sin intervenciones externas.
A Punto de Ganar la Guerra contra las Pandillas
Bukele cerró su discurso afirmando que El Salvador está a punto de ganar la guerra contra las pandillas, destacando la transformación del país de ser el más inseguro del mundo al más seguro del hemisferio occidental. Desafió a aquellos que critican las políticas de ‘mano dura’, cuestionando por qué desean ver sangre de salvadoreños y reafirmando la determinación de su gobierno para forjar su propio destino.
Fuente: RT