Según el Sistema de Información de Defunciones (Sinadef), hasta el 29 de diciembre se registraron 1.992 asesinatos, frente a los 1.495 ocurridos en 2023.
Las principales regiones afectadas por este repunte son Lima, La Libertad y Callao, donde según las autoridades los crímenes, son perpetrados por sicarios, con un alto porcentaje de víctimas masculinas.
La Policía Nacional reporta un total de 2.126 homicidios en 2024, de los cuales 1.125 fueron causados por sicarios, 577 fueron homicidios calificados, 162 simples, y otros 130 resultaron de robos con subsecuente muerte, la cifra también incluye 102 feminicidios.
De acuerdo con la PNP, la mayor parte de estos crímenes fue cometida con armas de fuego (84%), y en un 29% de los casos, los asesinos usaron motos lineales para escapar del lugar, según información obtenida por La República.
En cuanto a la dinámica de los crímenes, la mayoría de los asesinatos (58%) ocurrieron en la vía pública, mientras que el 10% sucedió en domicilios y el 9% en establecimientos públicos o privados.
El análisis de datos sobre la violencia en el país, realizado por el experto Juan Carbajal, señala que este aumento en las muertes violentas refleja el crecimiento de las extorsiones y los ataques de sicarios, fenómenos particularmente notorios en ciudades como Lima, La Libertad y Piura.
Carlos Basombrío, exministro del Interior, afirman que el país no está logrando avances significativos en la lucha contra el crimen organizado y las denuncias por extorsión.
La falta de investigación e inteligencia para penetrar las organizaciones criminales está siendo señalada como una de las principales causas del fracaso en la lucha contra la delincuencia organizada en el Perú.
Fuente: servindi.org