Si la extrema derecha gana las elecciones anticipadas, se nombrará a un nuevo primer ministro, y en ese caso el presidente y el primer ministro representarán a partidos diferentes, lo que podría llevar a una crisis constitucional.
Este domingo Francia celebra la primera ronda de las elecciones legislativas anticipadas, convocadas después de que el presidente Emmanuel Macron anunciara la disolución de la Asamblea Nacional (Cámara Baja del Parlamento) tras conocerse la derrota de su partido en las elecciones europeas.
De acuerdo con la última encuesta del Instituto Francés de Opinión Pública (IFOP), la mayoría, el 37 %, se inclina por la victoria del partido de extrema derecha: la Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés) de Marine Le Pen. El Nuevo Frente Popular obtendría un 30 %, mientras que la coalición de centro-derecha Ensemble (‘Juntos’, en español) de Macron conseguiría un 22 %.
Proceso electoral
Las elecciones legislativas se celebran siguiendo la estructura de las dos vueltas, la segunda tendría lugar el 7 de julio. Los votantes elegirán a los 577 diputados que conformarán la Asamblea Nacional. Para obtener la mayoría absoluta, un partido tiene que obtener 289 escaños.
Para lograr un escaño en la Asamblea, cada diputado debe obtener la mayoría absoluta en su circunscripción electoral, es decir, el 50 % de los votos con al menos el 25 % de la participación electoral. En ese caso, ganará automáticamente un escaño en el órgano legislativo y no sería necesaria una segunda vuelta.
Si nadie lo consigue, se celebra una segunda vuelta, en la que pueden participar todos los candidatos con al menos el 12,5 % de los votos. En este caso, el candidato con más votos se convertirá en diputado.
Consecuencias para Macron
Si la RN obtiene la mayoría, Macron se verá obligado a nombrar a un nuevo primer ministro perteneciente a este partido, concretamente al presidente de esta formación, Jordan Bardella, de 28 años. Según la Constitución francesa, el primer ministro “dirigirá la acción del Gobierno”; “será responsable de la defensa nacional” y “garantizará la ejecución de las leyes”.
Cuando el presidente y el primer ministro representan a diferentes partidos, se habla de una situación de ‘cohabitación‘. Según el sistema político de Francia, el primero tiene el monopolio de la política exterior y el segundo el de la política interior, sin embargo, “ambos se pueden frustrar mucho los planes el uno al otro“, señala Matthias Matthijs, investigador principal para Europa para el ‘think tank’ estadounidense Council on Foreign Relations.
“Macron podría decidir vetar la legislación aprobada por la Asamblea Nacional, o el Gobierno de Bardella podría decidir no aplicar ciertos decretos presidenciales, ya que la extrema derecha controlaría todos los ministerios gubernamentales. El resultado podría ser, en el mejor caso, un bloqueo constante y, en el peor, una crisis constitucional“, explica el experto.
El historiador político Jean Garrigues detalla que aunque Macron podrá impedir o suspender temporalmente la ejecución de algunos proyectos del primer ministro, ya que tiene la facultad de firmar o no las ordenanzas o los decretos del Gobierno, el primer ministro, por su parte, tiene la facultad de someterlos a votación de la Asamblea Nacional, “anulando así la reticencia del presidente“.
Jordan Bardella
AP
¿Cómo afectará a Ucrania el nombramiento de un nuevo primer ministro de RN?
Por ejemplo, teniendo en cuenta las repetidas declaraciones de Macron de que no se puede descartar el envío de militares franceses a Ucrania, así como armas de largo alcance, Bardella podrá impedirlo al “ralentizar la entrega o poner todo tipo de trabas burocráticas a su aplicación“.
Cabe recordar que la semana pasada, Bardella declaró que si llega al poder tras las elecciones parlamentarias, seguirá cumpliendo los compromisos internacionales del país en el ámbito de la defensa, pero no enviará misiles de largo alcance al régimen de Kiev.
Aunque afirmó que comparte la idea de que Ucrania tenga el armamento y las municiones que necesita para “mantener la línea del frente”, subrayó que se opone a los suministros que podrían conllevar una escalada del conflicto en Europa oriental. “No tengo intención de entregar, en particular, misiles de largo alcance o armas que puedan permitir a Ucrania atacar territorio ruso”, aseguró.
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Fuente: actualidad.rt.com