Rusia compra la quinta parte de la producción de bananas de Ecuador.
El pasado 10 de enero el Presidente de Ecuador, Daniel Noboa, anunció que su país entregaría maquinaria militar rusa en desuso a Estados Unidos a cambio de 200 millones de dólares en equipamiento moderno de ese país. Dicho armamento sería luego enviado a Ucrania para su defensa, según lo señaló el subsecretario adjunto estadounidense de Asuntos del Hemisferio Occidental, Kevin Sullivan.
Las autoridades rusas denunciaron inmediatamente que el anuncio del Presidente incumplía el tratado militar firmado en 2008 que impide a los compradores de armas a Rusia venderlas o donarlas a otros países sin la autorización de Moscú. Las represalias económicas adoptadas por Rusia no se hicieron esperar: se suspendieron las importaciones de bananas de cinco importantes empresas, lo que dio lugar a que Noboa se retractara el viernes de la venta de armas rusas y se reanudara el comercio de esa fruta.
Armas rusas de Ecuador para Ucrania
Si bien el Presidente Noboa y la canciller Gabriela Sommerfeld consideraban que la venta de las armas –a la que denominaron chatarra– era legal, desde el punto de vista del derecho internacional era una violación al acuerdo de la cooperación técnico-militar bilateral firmado en 2008 entre ambos países. En el artículo cuatro se establece que la transferencia de equipos militares a un tercero, obtenidos como resultado del acuerdo de cooperación, es inadmisible sin el consentimiento previo por escrito por parte de Rusia.
Noboa venía anunciando desde finales del 2023 la decisión de llevar a cabo un inusual intercambio de material militar con los Estados Unidos. El Presidente ecuatoriano se reunió con su par ucraniano, Volodimir Zelenski, durante la investidura presidencial de Javier Milei el pasado 10 de diciembre, oportunidad en la que analizaron la posibilidad de ampliar la cooperación bilateral, en particular en el ámbito de la seguridad.
Anunciada oficialmente la venta de material militar ecuatoriano a Estados Unidos, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, advirtió a Ecuador que violaría sus obligaciones internacionales, lo que podría tener consecuencias negativas para la futura interacción bilateral. Zajárova reiteró que las disposiciones de los contratos especifican que el equipo no debe transferirse a terceros sin el consentimiento de la parte rusa.
Es por eso que el subsecretario Sullivan tuvo que decir en una entrevista en el canal Teleamazonas, en el marco de una visita a Ecuador para ampliar las relaciones bilaterales, que la venta estaba siendo considerada por el gobierno ecuatoriano. Pero añadió: “Nosotros estamos muy contentos de que Ecuador esté apoyando al gobierno de Ucrania en su esfuerzo por defender su territorio”.
Los antecedentes de la venta de armas rusas a Ucrania, vía Estados Unidos, se remontan a enero del año pasado cuando Laura Richardson, la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, sugirió a los países latinoamericanos que donen equipo ruso a Ucrania (porque es el que más conocen los soldados ucranianos) y así reemplazarlo con material estadounidense. Pero ninguno de los nueve países (la Argentina, Brasil Colombia, Cuba, Ecuador, México, Nicaragua, Perú y Venezuela) que cuentan con armas rusas las vendió o donó a Ucrania, a pesar de las presiones de Estados Unidos y Alemania.
Pese a la tensión diplomática generada, el jefe de Estado ecuatoriano ratificó que la venta del armamento se realizaría “de todas maneras” y la canciller Sommerfeld afirmó que no era un proceso ilegal, pues se trataba de equipos militares no operativos. Rusia entonces suspendió las importaciones de banano ecuatoriano y de claveles, a pocos días de la celebración de San Valentín.
La mosca jorobada
En estas circunstancias, la inspección fitosanitaria rusa (Rosseljoznadzor) pidió la suspensión a partir del 5 de febrero de las exportaciones de cinco compañías bananeras de Ecuador: Agzulasa, Don Carlos Fruit, Agroaereo Fruit Export, la Asociación de Producción Agropecuaria del Oro y la Comercializadora de Banano del Sur, por la presunta presencia en varios cargamentos de la mosca jorobada (Megaselia Scalaris), lo cual fue considerado una advertencia a Quito.
La Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario (Agrocalidad) señaló que la mosca jorobada no es una plaga agrícola del banano y no ataca ni afecta a los cultivos, pero anunció que reforzarían controles en la cadena de producción y exportación. Ecuador destina a Rusia casi el 23% de las exportaciones de la fruta.
Pocos días después también se ordenó la restricción total de la importación de claveles ecuatorianos, pues según la agencia fitosanitaria rusa se habían detectado plagas en las flores. Además, se solicitó a los Países Bajos, Alemania, Letonia y Lituania que también impidieran el ingreso de los claveles procedentes de Ecuador a partir del 9 de febrero, precisamente cuando las exportaciones se incrementan. Las autoridades rusas advirtieron a esos países que, si no restringían el ingreso de los claveles, se aplicarían medidas restrictivas contra otros tipos de flores provenientes de esos territorios.
Ambas medidas sucedieron pocos días después de que el Presidente de Ecuador, Daniel Noboa, calificara de “chatarra” al equipamiento bélico ruso que se comprometió a entregar a los Estados Unidos para recibir nuevos equipos. Cabe señalar que desde el Ministerio de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca se informaba que estaban teniendo lugar reuniones al más alto nivel, las cuales le permitirían al país tomar una postura ante el importante impacto económico.
La Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor) señaló en un comunicado que los productos de la oferta exportable sí cumplían con los estándares sanitarios y fitosanitarios de calidad exigidos en sus mercados de destino y que estaban en contacto directo con las autoridades nacionales para superar la impase. Los agricultores de Ecuador, quinto productor mundial de banana, confiaban en que el veto ruso no durara. El país ingresa unos 3.500 millones de dólares con la venta de este producto. Rusia compra más de la quinta parte de toda la producción anual.
El Presidente Noboa defendió por unos días el derecho de su país a transferir estas armas a Ucrania vía Estados Unidos. Pero no pudo lograrlo. No sólo se estaban violando los términos del acuerdo de cooperación militar de 2008 sino que la presión interna de los exportadores era muy fuerte para lograr que se destrabaran el mercado ruso de las bananas y de los claveles.
Rendición
El viernes 16 de febrero el gobierno ecuatoriano abandonó su propósito de llevar adelante la operación de entregar material bélico ruso en desuso a cambio de pertrechos más modernos provenientes de Estados Unidos. La noticia fue confirmada por el embajador ruso en Ecuador, Vladímir Sprinchán. El diplomático ruso dijo que “dado su estatus neutral y su membresía permanente en la ONU, Ecuador no debería permitirse verse arrastrado a un conflicto por ninguna de las partes involucradas”. Según Sprinchán, Ecuador no debería enviar armas y municiones a las zonas de conflicto, y contribuir a la resolución de las disputas de manera pacífica, a través de las medidas diplomáticas.
La prohibición al ingreso de las cinco exportadoras bananeras por la supuesta presencia de la mosca jorobada en algunos envíos había sido levantada poco antes del anuncio del embajador de Rusia en Quito, quien previamente se había reunido con el Presidente Noboa y con la canciller Sommerfeld.
Según han informado diversas agencias de noticias, tanto el embajador ruso en Quito como la canciller ecuatoriana señalaron que ambos temas –el levantamiento de la prohibición al ingreso de bananas y claveles y la suspensión de la venta del armamento militar ruso a Estados Unidos para ser entregado a Ucrania– no están relacionados y que la cuestión del banano viene por alertas y preocupaciones de la agencia fitosanitaria rusa que durante meses y años no habían sido debidamente atendidas por las autoridades ecuatorianas.
Así, la Federación Nacional de Bananeros (Fenabe) respiró aliviada y saludó la decisión de Rusia de levantar el veto a las importaciones de este fruto. El presidente de Fenabe, Franklin Torres, señaló que las exportaciones generan unos 757 millones de dólares al año y que tratar de ubicar esa cantidad en otros mercados en el mediano o corto plazo era imposible, por lo cual consideró la necesidad de que el país zanjara la situación para no perjudicar las relaciones comerciales bilaterales. Por su parte, la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario (Agrocalidad), reiteró que la mosca jorobada no es una plaga agrícola, pero dispuso reforzar la vigilancia y control de los envíos a ese país. Sin duda, una pulseada en la que Rusia le torció el brazo a Estados Unidos.
Fuente: rebelion.org