En épocas de la posverdad, las noticias falsas, las historias mendaces y las mentiras expresadas deliberadamente forman parte de la política mundial cotidiana y se ha convertido en una característica sustancial de la cultura hegemónica actual, que poca importancia le otorga a la verdad frente a las narrativas convincentes y reafirmantes de las propias subjetividades e intereses.
En épocas de la posverdad, las noticias falsas, las historias mendaces y las mentiras expresadas deliberadamente forman parte de la política mundial cotidiana y se ha convertido en una característica sustancial de la cultura hegemónica actual, que poca importancia le otorga a la verdad frente a las narrativas convincentes y reafirmantes de las propias subjetividades e intereses.
Al gobierno ultraderechista de Javier Milei no le interesa ni se preocupa por atender y reflexionar a partir de argumentos basados en evidencias. Prefiere la brevedad acrítica de los relatos susceptibles de ser transmitidos en las redes digitales y continúa consolidando la posibilidad de establecer políticas reales con información falsa.
Hay conceptos que se ponen de moda, se utilizan hasta volverlos parte del sentido común.. Palabras que durante un buen tiempo y de manera gradual van formando parte del habla diaria y de narrativas mediáticas, e incluso de análisis académicos con aspiraciones reflexivas, hasta que son reemplazadas por otras que en ese momento describan o expliquen parte de otra realidad más urgente.
El discurso que el presidente Javier Milei realizó el día de su asunción estuvo lleno de información falsa, con una interpretación del pasado histórico argentino que, lejos de la evidencia empírica, la ubicaba como supuesta potencia mundial. La información falsa no es inocente sino deliberada y quienes inocentemente o no la comparten, consolidan su legitimación –el llamado sesgo de confirmación- dada la incidencia hegemónica de las redes sociales digitales en la construcción de sentido común.
“El relato” que sustituye al periodismo real crea una narración de los hechos al gusto del consumidor. Eliminada la función crítica de la prensa se puede deformar la realidad, exagerar los problemas, prometer paraísos inexistentes o mandar al paredón a cualquier personaje que no sea de su gusto. No importa la verdad cuando no hay nadie que la diga para que alguien la pueda escuchar. A eso hoy llaman la posverdad.
La revolución tecnológica ha traído también una proliferación de nichos ideológicos, de sectarismo que actúa como caldo de cultivo del odio, la xenofobia y el racismo. Es frecuente que los usuarios de las redes sociales no las usen para acceder al mundo de conocimiento, sino para interactuar entre el reducido círculo de los que son como yo, y así los prejuicios se retroalimentan y ascienden a la categoría de doctrina incuestionable. O son manipulados por inescrupulosos gobernantes (Trump, Jair Bolsonaro, Milei).
Los contenidos falsos se expanden más rápido y llegan más lejos en las plataformas digitales que los hechos verídicos, no por los programas de difusión de noticias sino por la acción directa de las personas a través de su interacción digital.
Agresión a una niña
El jefe de la Policía Federal Argentina (PFA), Luis Alejandro Rollé, permitió la difusión de un video fake del ataque a una niña de 10 años con gas pimienta con la intención de encubrir el brutal accionar policial e incriminar con pruebas falsas a supuestos “grupos de izquierda”.
Con estrecha relación con la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, Rolle fue quien envió a los medios de comunicación un video cuyas imágenes habían sido adulteradas, con el que se quiso demostrar que quienes arrojaron el gas pimienta contra una niña de 10 años en la marcha por la movilidad jubilatoria en el Congreso no habían sido las fuerzas de seguridad.
El Ministerio de Seguridad dio a conocer un video en donde una mujer habría tirado un polvo en contra de la policía. Esas imágenes fueron acompañadas con posteos desde X que indicaban que se trataba de pimienta roja y que la niña resultó herida. Tras criticar las razones de por qué una niña debía estar en una protesta, las usinas periodísticas paraoficiales reforzaron la idea replicando el video hasta el hartazgo. Patricia Bullrich como el presidente Javier Milei se hicieron eco del video fake
«Esa nenita de 10 años que terminó con los ojos colorados porque había recibido gas pimienta, la gente de la izquierda y el kirchnerismo dijo que se lo tiró la policía. No había sido la policía. Una civil, vestida de naranja, le tiró gas pimienta a esta nenita», afirmó el “periodista” Jonathan Viale en el canal TN, mientras Nicolás Wiñazki mencionó la presencia de “infiltrados al revés”.
El periodista Eduardo Feimann le manifestó a Bullrich, quien sostenía que la Policía no había rociado con gas a la menor, que fue Rolle quien hizo llegar el video falso a la producción de su programa. En un video verídico se observa claramente que los protagonistas de la agresión fueron agentes de la Policía Federal, en plena faena represiva.
El jueves la operación del oficialismo quedó al desnudo cuando el periodista del propio canal Todo Noticias (TB), Manuel Jove, publicó el video en donde se observa cómo una guardia pretoriana de la policía avanza y gasea a diferentes manifestantes y a la nena, que estaba sentada sobre el asfalto eludiendo la embestida. “La información deliberadamente falsa de parte de un organismo público es muy grave”, afirmó el comunicador.
Javier Milei publicó en su cuenta oficial de Instagram una lista de supuestas noticias falsas sobre su persona. La placa lleva la firma y el logo de “Argentina Presidencia”. Sin embargo, esto es falso ya que no se trata de una publicación oficial hecha por el Poder Ejecutivo de la Nación, señala el portal Chequeando
Fake Milei
Pero las primeras “fake news” que enumera sí corresponden a propuestas o ideas que el candidato presidencial de La Libertad Avanza expresó públicamente en la campaña. Publicó una imagen en su cuenta oficial de Instagram bajo el siguiente título: “Fake News sobre Milei”. Allí, se enumeran una serie de afirmaciones que, según insinúa, no fueron dichas por él y se instalaron como presuntas noticias falsas.
La placa tiene el slogan “Cuidar la información es cuidar la democracia” y lleva la firma y el logo de “Argentina Presidencia”. Sin embargo, esto es falso ya que no corresponde a un contenido del Poder Ejecutivo nacional y, contrariamente a lo que indica la imagen, hubo declaraciones que efectivamente sí fueron hechas por el propio Milei durante la campaña electoral.
En el primero de los puntos de la publicación figura como una supuesta desinformación sobre Milei la venta de órganos. Sin embargo, esto es falso. En mayo de 2023, en el programa Somos Buenos del canal TN, cuando fue consultado sobre si estaba a favor de la venta de órganos, respondió: “Hay algo que no está funcionando bien. Entonces lo que uno está proponiendo es (que) revisemos el mecanismo. Busquemos un mecanismo de mercado para resolver estos problemas”.
El segundo punto que, según Milei es una “fake news” es la propuesta de la venta de niños. Sin embargo, en junio de 2022, en una entrevista en Radio Con Vos, aseguró que “no es una discusión para dar hoy en Argentina” pero dijo que puede ser un debate para dar en un futuro en el país.
El siguiente punto marca que la libre portación de armas es una noticia falsa sobre sus propuestas, aunque en mayo de 2022, en el programa “Verdad Consecuencia” de TN, Milei dijo: “Estoy a favor de la libre portación de armas” y agregó: “Cuando prohibís el uso de armas, los delincuentes por más que lo prohíban, las usan igual”.
En la plataforma electoral de La Libertad Avanza, se señala que “Sobre la tenencia de armas de fuego planteamos la desregulación del mercado legal y proteger su uso legítimo y responsable por parte de la ciudadanía”.
El diario español El País, señaló el 9 de abril que Milei citó una cuenta falsa para argumentar la caída de la inflación. “Se va a derrumbar la tasa de inflación, esto lo adelanté”, dijo (…) durante una entrevista online en la que usó como ejemplo de la caída de precios los datos de Jumbot, un supuesto bot que informaba de las variaciones diarias de la canasta básica en uno de los supermercados más conocidos de Argentina, Jumbo”.
“Pasamos de [una variación de precios de] +5,22 a -4,52″, citó Milei, quien atribuyó el descenso a las medidas tomadas desde que asumió el poder cuatro meses antes. Luego el ministro de Economía Luis Caputo usó la misma fuente de X para informar sobre la desaceleración de precios en abril. Sin embargo, los datos eran falsos. La cuenta citada por ambos reveló que se trataba de “un experimento social” que tenía como objetivo “ver la necesidad que tienen muchos en mostrar resultados que la realidad les niega”.
Decía Ryszard Kapuściński que cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante. La información falsa aparece hoy –también en Argentina- como una política de Estado. Las mentiras deliberadas y los relatos falaces son parte indisoluble del discurso hegemónico actual, del discurso político que legitima políticas de Estado.
Aram Aharonian: Autor de Vernos con nuestros propios ojos, El asesinato de la verdad, La internacional del Terror Mediático, El asesinato de la democracia, El progresismo en su laberinto, entre otros libros. Periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Creador y fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
Fuente: rebelion.org