El 7 de octubre del año pasado, una incursión de Hamás en varios puntos de Israel cercanos a Gaza causó cerca de mil 200 muertos. Fue un ataque sin precedentes, el peor que ha perpetrado este grupo terrorista en el territorio hebreo.
El hecho también tiene repercusiones en Guatemala meses después. El conflicto entre Israel y Hamás, que tiene bajo su control Gaza, parte del territorio palestino, se recrudeció con el paso de las semanas, las muertes de civiles ajenos al conflicto incrementan y puso de nuevo sobre la mesa la necesidad de una paz firme en la región.
Las discusiones en el mundo llegaron a la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) cuyo Consejo de Seguridad conoció el pasado 18 de abril la iniciativa para incluir a Palestina como estado de pleno derecho dentro de ese foro mundial; sin embargo, la iniciativa fue rechazada tras el veto de Estados Unidos, ya que 12 de 15 naciones habían votado a favor. Las otras dos se abstuvieron.
Veintitrés días más tarde, el 10 de mayo, la Asamblea pidió al Consejo reconsiderar su decisión en una resolución que, además, ampliaba los derechos políticos de Palestina en la ONU. De los 193 países miembros, se opusieron nueve, 25 se abstuvieron y 143 votaron a favor.
Entre estos, Guatemala.
PUNTO DE INFLEXIÓN
El voto a favor de Palestina causó el rechazo de diversos sectores de la sociedad. Desde la Iglesia evangélica, tradicionalmente identificada por motivos religiosos con Israel, hasta diputados que afirman que la posición de Guatemala es el equivalente a estar en contra de la nación hebrea.
Once bancadas del Congreso han anunciado que interpelarán al ministro de Relaciones Exteriores, Carlos Ramiro Martínez, por la votación y detractores políticos han explotado el tema en contra del Gobierno, mientras que otros actores, como excandidatos presidenciales, han tratado de sacar ventaja del tema.
Incluso el Ministerio Público (MP), cuya fiscal general, María Consuelo Porras, está enfrentada con el Gobierno de Guatemala, publicó un día después de la votación un mensaje en X con la bandera de Israel y etiquetó a la comunidad judía.
En otras palabras, los antagonistas del Gobierno y del presidente Bernardo Arévalo se unieron bajo un mismo mensaje de rechazo.
La Cancillería guatemalteca ha intentado justificar el voto con cuestiones históricas y ha asegurado que las relaciones con Israel continúan sólidas. El domingo 12 de mayo, el Ejército participó en el desfile de conmemoración por el Día de Israel, cadetes de la Escuela Politécnica portaron los pabellones de Guatemala y aquel país.
El Ejército confirmó que la actividad tuvo el aval del presidente de la república.
DESGASTE INNECESARIO
Roberto Palomo, diplomático en retiro y exembajador de Guatemala en distintos países, entre ellos Israel, dijo estar sorprendido por el «giro de 180 grados» que supone el voto en favor de Palestina por la «relación histórica» entre Guatemala e Israel, que trasciende gobiernos.
Y aunque afirma que el conflicto va mucho más allá del «reduccionismo» de izquierdas y derechas que suele ponerse sobre la mesa en Guatemala, no duda de que este «error» «desafortunado» del Gobierno será aprovechado por sus enemigos políticos.
Al mismo tiempo dijo que es inexplicable por qué se tomó la decisión de apoyar a Palestina en el momento en que el Gobierno está mostrando «una gran debilidad para poder gobernar y construir acuerdos».
«Abrieron un frente con el que lograron unir a la oposición. ¿Cuál era la necesidad?», subrayó Palomo, quien de cualquier forma considera inútil el voto en favor de Palestina puesto que Estados Unidos seguirá vetando cualquier intento porque este sea miembro de la ONU toda vez no se negocie antes la paz.
NO SE PUEDE CRITICAR AL MEJOR ALIADO
Palomo añadió que la justificación que dio Guatemala sobre su voto tampoco fue el mejor porque apeló a una deuda histórica que se tiene con Palestina, pero lo peor a su criterio es que cuestionó el poder de veto de Estados Unidos, su mejor aliado y soporte y uno de los principales actores internacionales que hizo posible la transición democrática el año pasado.
En el razonamiento del voto expresado por Guatemala se lee: «el veto —de Estados Unidos— del Proyecto de Resolución sobre la admisión del Estado de Palestina como Miembro de Pleno Derecho en Naciones Unidas ha dejado en evidencia, una vez más, la parálisis del máximo Órgano encargado de mantener la paz y seguridad internacionales».
«Estados Unidos es el principal aliado y sostén de este Gobierno ¿y se dan el lujo de cuestionar su derecho a veto?», expuso el diplomático en retiro.
Además, si se toma en cuenta que los ataques hacia el Arévalo y a la vicepresidenta Karin Herrera por parte del MP continúan ya que planean presentar más solicitudes de antejuicio, no se puede comprometer al mejor aliado, añade.
«Me podrían salir a defender con fuerza y contundencia ¿y los voy a salir a ofender innecesariamente, sabiendo que Estados Unidos tiene una posición bipartidista de años pro Israel?», cuestionó.
WAGNER: ¿EN QUÉ SE BENEFICIA EL PAÍS?
El internacionalista y profesor universitario Roberto Wagner, considera que la historia no debe ser un parámetro para definir la política exterior de un país, sino más bien los beneficios que las decisiones traerán a sus ciudadanos.
Además, dijo que si se toma en cuenta los acontecimientos del año pasado en el país en el que el ahora gobernante habló de rescatar la democracia y de los intentos de golpismo, lo que debió hacerse antes de votar en favor de Palestina era señalar lo que está mal en ese territorio y qué debe cambiar para que se cree un estado palestino desde bases democráticas.
Hoy en día, parte del territorio vive bajo la influencia de Hamás y en Cisjordania de la Autoridad Nacional Palestina, que no goza de un gran apoyo popular ni de legitimidad, anotó.
Wagner cree que Guatemala adoptó una salida fácil, al condenar los ataques terroristas del 7 de octubre, luego la represalia israelí y también el veto de Estados Unidos, con lo cual ignoró «décadas de historia» en donde el país ha mantenido un objetivo fijo y claro en su posición pro Israel.
«El Ejecutivo está en su derecho de dejar atrás esa relación, pero una decisión así implica que expliquen por qué cambia la política exterior y qué beneficios nos trae», apuntó.
LOS ARGUMENTOS DE CANCILLERÍA
Tras el voto, mediante un comunicado de prensa, la Cancillería informó que votó a favor del Proyecto de Resolución «Admisión de nuevos miembros en las Naciones Unidas» como una manera de buscar la convivencia pacífica del pueblo israelí y el pueblo palestino.
Justificó el Minex que, desde 1947, Guatemala ha mantenido una fuerte convicción en la coexistencia pacífica del pueblo israelí y el pueblo palestino, basada en la preeminencia del Derecho Internacional para encontrar una solución pacífica, integral y definitiva a este conflicto.
«Sobre estos preceptos, el 8 de abril de 2013, Guatemala reconoció al Estado de Palestina como una nación independiente, soberana y libre», aseguran en el documento.
Asimismo, el Minex enfatizó que con la resolución del pasado 10 de mayo de 2024 lo que «se busca es mantener la paz internacional basada en la libertad, justicia y el respeto a los derechos humanos».
Fuente: lahora.gt