En el primer año del gobierno de Bernardo Arévalo, han renunciado o destituido más de 10 funcionarios de Gobierno, entre ellos la exministra Jazmín de la Vega, entre otros rostros visibles de la administración. La cartera que más movimientos ha registrado es la de Infraestructura y Vivienda.
La situación a decir de analistas consultados tiene efectos en la ejecución de los planes de trabajo y proyectos del Ejecutivo, asimismo hacen ver que en administraciones pasadas también se han reportado numerosos cambios. En la administración de Alejandro Giammattei la cartera que más cambios reportó fue la de Gobernación.
Varios son los funcionarios que por diversas razones han dejado su cargo en lo que va del año. La primera en declinar sin haber tomado posesión fue Anayté Guardado, quien ocuparía el puesto de Ministra de Energía y Minas. No obstante, el 10 de enero puso a disposición su nombramiento, pues argumentó ser víctima de una campaña de desprestigio en redes sociales.
El 7 de abril se registró otra remoción por parte del gobernante, la de María José Iturbide, titular del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), luego que se supiera que los vehículos oficiales los utilizó para fines familiares.
El 9 de ese mismo mes, luego que el Presidente nombrara como gobernador departamental de Quiché a Estuardo Solórzano Rivera, fue destituido con el argumento que no era «depositario de la confianza pública». No obstante, luego la presidencia se retractó de la decisión.
Asimismo, el 29 de abril el Ejecutivo removió de su cargo a Edvin Danilo Mazariegos como viceministro de Desarrollo Sostenible del Ministerio de Energía y Minas (MEM), luego que se denunciara en redes sociales que su pareja Heidy Alicia Méndez Vásquez, se hacía pasar como trabajadora de dicha cartera.
Mientras que el 8 de mayo Marilyn Renata Morales Paz, quien fue nombrada el 23 de abril como presidenta de la junta directiva de la Empresa Portuaria Quetzal, presentó su renuncia al puesto.
Ese mismo miércoles, se anunció el relevo del mando de la jefatura del Estado Mayor de la Defensa Nacional. En sustitución del general de Brigada Carlos Antonio Medina Juárez, asumió el coronel de Infantería DEM Hermelindo Choz Soc.
El Ejecutivo también destituyó el 10 de mayo a Luis Ayala Vargas como viceministro de Energía y Minas, quien estaba a cargo del área de minería e hidrocarburos.
Para el 17 de mayo, el jefe de Estado anunció que quedaba fuera de su gabinete de trabajo, Jazmín de la Vega, titular del Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV). En su momento las autoridades explicaron que una de las razones fue que no siguió los procesos establecidos para pagarle a los proveedores.
Otro de los exfuncionarios que presentó su dimisión en el gobierno de Arévalo el 12 de junio, por motivos de salud fue el exministro de salud Oscar Cordón.
MÁS CAMBIOS
Durante una conferencia de prensa el 15 de julio, el presidente Arévalo informó sobre otro cambio, Haroldo Sánchez dejo la Secretario de Comunicación Social de la Presidencia, y su lugar lo ocupa Santiago Palomo, quien fungía como Director de la Comisión contra la Corrupción, dejando en su puesto a Julio Flores.
El 17 de julio, también fue destituido el jefe de la Dirección General de Caminos del Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda, (CIV), Gilberto de Jesús Guerra Flores. En su caso se encontraba en la nómina del CIV desde la administración del expresidente Alejandro Giammattei.
Luego de varias críticas por parte de la población, el 4 de septiembre, el mandatario acepta la renuncia de Oswaldo Samayoa como director de la Comisión Presidencial por la Paz y los Derechos Humanos (Copadeh), debido a la contratación y su relación amorosa con Melany Escobar Díaz, a quien nombró como directora administrativa financiera de dicha institución.
Asimismo, el 17 de octubre también fue destituida Lizzette Benítez, quien presidía la dirección de Covial.
EL MINISTERIO CON MÁS MODIFICACIONES
Una de las carteras que más cambios ha tenido es la del Ministerio de Comunicaciones Infraestructura y Vivienda (CIV). El 8 de noviembre decide dejar el cargo por razones personales el viceministro de infraestructura, Max Alejandro García.
Mientras que el último en renunciar el 15 de noviembre fue Félix Alvarado, titular del CIV, y muy cercano al gobernante, quien llegó en sustitución de De la Vega. Alvarado también argumentó que se retiraba por razones personales.
Junto a él también decidieron retirarse los viceministros de Desarrollo Urbano y Vivienda, Erick Rosales, y el de Comunicaciones, José Raúl Solares Chiu.
PONEN A DISPOSICIÓN SU CARGO
Como es habitual en diciembre tanto ministros como secretarios ponen a disposición sus puestos, para que el mandatario haga un análisis sobre su desempeño y decida quién puede seguir siendo parte de su gabinete de trabajo.
Los analistas coinciden en que Arévalo debe hacer un análisis profundo para determinar a quienes tendrá para cumplir sus metas de trabajo.
Jahir Dabroy, coordinador del departamento de Investigaciones Sociopolíticas de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), opina que el mandatario no solo debe nombrar a personas especialistas en el tema administrativo y que tengan el conocimiento, sino también que sean afines a la lógica del plan de gobierno, para que tenga certeza de su implementación.
“Si bien se tienen los planes operativos anuales, cambian los matices en la aplicación de parte de quien dirige. Esa situación daña desde las personas internas, la interrelación con otros ministerios y a la ciudadanía, que de una manera u otra percibe esos cambios no necesariamente como algo positivo”, destaca Dabroy.
“En la medida de lo posible, entre menos cambios ocurran será mejor para la gobernabilidad del país y para la figura del Presidente”, señala.
Por su parte Francisco Quezada, investigador en el área de Seguridad y Justicia del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), considera que regularmente cuando se destituye a un ministro, por lo general se retira con sus viceministros y el nuevo funcionario llega con su personal de confianza.
Esa condición genera retrasos y estancamientos en los procesos, porque las autoridades entrantes naturalmente quieren y deben revisar cómo se constituyeron, indicó.
Al referirse a las consecuencias señala que: “En la población genera un clima de inestabilidad y falta de confianza, eso puede repercutir en la estabilidad política, producir aumentos de intolerancia en la ciudadanía, incluso, manifestaciones de agresividad”.
De acuerdo con el experto, dichas modificaciones ocasionan un desgaste a la presidencia, ya que, tras los constantes cambios muchos profesionales ya no quieren hacerse cargo de esos puestos, porque son muy expuestos, tienen alto carácter técnico y de responsabilidad.
“Políticamente muchas personas van detrás de los funcionarios, fundamentalmente los diputados, por lo que entre las filas de confianza del Presidente se agotan. Muchos quieren trabajar, pero al final de cuentas, no están dispuestos a arriesgarse en el sentido de salir con acciones penales, antejuicios o interpelaciones en el Congreso”, expresa.
«Aunque el tema de las rotaciones en cierto sentido, es normal, no son tan frecuentes. Esto genera mucha desconfianza en la población y deja secuelas en las autoridades”, expresa.
NO SOLO EN ESTE GOBIERNO
Las renuncias y destituciones no son propias de este gobierno. Los analistas recuerdan que en anteriores administraciones como la de los expresidentes Alfonso Portillo y Álvaro Colon, también hubo una serie de cambios en las diferentes carteras, especialmente en Gobernación y Salud.
En el caso de la administración de Alejandro Giammattei, la cartera que más movimientos ha registró fue la de Gobernación.