En un mes marcado por el exterminio de la población civil en Palestina, especialmente en Gaza, la realidad es abrumadora. Cuarenta y nueve periodistas han perdido la vida a manos del ejército de Israel, mientras la mayoría de la prensa mundial observa en complicidad y silencio.
El Grito Desesperado desde Gaza
Salman al Basheer, corresponsal de la televisión palestina, no puede contener su desesperación: “No podemos soportarlo más, estamos exhaustos. Somos víctimas, somos mártires. Es solo cuestión de tiempo. Vamos a ser asesinados uno por uno y nadie nos está mirando”. Estas impactantes palabras resuenan mientras transmite en directo el asesinato de su colega, Mohammed Abu Hatab.
En un acto simbólico, Al Basheer se quita el traje de protección azul con el eslogan de “prensa” y lo arroja al suelo, denunciando la ineficacia de los chalecos balísticos y cascos para proteger a los periodistas.
El Tercer Holocausto Moderno
Mientras la humanidad enfrenta el tercer holocausto moderno, Israel, respaldado por los Estados Unidos, ha llevado a cabo una devastadora ofensiva que ha cobrado la vida de más de 11 mil palestinos en cuestión de días. Las bombas israelonorteamericanas no solo destruyen vidas, sino también cámaras y micrófonos, silenciando a los corresponsales de guerra.
Guatemala y el Silencio Complice
Es sorprendente observar cómo, a pesar de la historia reciente de genocidio en Guatemala, específicamente contra la población maya ixil, el país no ha expresado solidaridad ni protesta contra los crímenes cometidos por Israel en Palestina. Fusiles de asalto galil de fabricación israelí se utilizaron para masacrar a la población ixil a finales del siglo pasado, pero la conexión entre ambos eventos se encuentra sepultada en un inexplicable silencio.
La Falta de Cobertura en los Medios
La omisión de este genocidio en los medios de comunicación alternativa y comunitaria, sumado a otros actores, revela una atmósfera de agenda noticiosa determinada por la Embajada norteamericana y la USAID. Este silencio cómplice cobra mayor peso cuando se trata de comunicadores guatemaltecos, quienes deberían comprender la gravedad de un genocidio en su propio territorio.
Esta responsabilidad no puede justificarse por las dificultades económicas que enfrentan los trabajadores de la prensa, ya sea corporativa o alternativa. Callar frente a los asesinatos de colegas corresponsales en Gaza, o ante el genocidio en Palestina, no solo carece de humanidad, sino que también contradice los principios éticos del periodismo.
Un Llamado a la Acción
Desde esta columna de opinión, instamos a los líderes de los diferentes estados del Continente a desconocer al Estado genocida de Israel. Pero nuestro llamado va más allá: pedimos a nuestros colegas periodistas e investigadores que dejen de colaborar con la prensa que guarda silencio sobre el genocidio en Gaza. No podemos, ni debemos, ser cómplices de la derrota de la verdad y la humanidad en esta batalla cultural mediática liderada por Israel y los Estados Unidos.
Este no es solo un problema de Palestina; es un llamado a preservar los principios fundamentales de la verdad y la justicia. Rompamos con el silencio cómplice y alineémonos con la ética periodística que exige la denuncia de las atrocidades, sin importar la geografía.
Conclusión
En un mundo donde el silencio puede ser ensordecedor, es responsabilidad de cada periodista y ciudadano alzar la voz. Ignorar o minimizar los acontecimientos en Palestina es ser cómplice de una tragedia que clama por justicia. No permitamos que el genocidio y la represión sean olvidados en el ruido del silencio.