Revisando el libro “Rusofobia. Ensayo sobre prejuicios y propaganda”, 2023, de José M. Faraldo, desfilan por mi memoria popular atropelladas tropelías instaladas por dichos y prejuicios “normalizados” y/o asumidos como “verdades infalibles” sobre ese Otro desconocido en esta parte de Abya Yala: lo ruso.
“Canches barbudos, come niños, están detrás o dirigiendo a las guerrillas”, se solía repetir en Guatemala hasta hace unos años atrás. Se referían a los rusos, seres desconocidos por completo en estas tierras habitadas por creencias.
Los rusos eran estigmatizados como “comunistas”, por los patrones de Guatemala, obedientes a la oligarquía norteamericana. Por tanto, en el imaginario social guatemalteco, los rusos eran asumidos como “enemigos externos a repeler a cualquier precio”.
Por estos lares, lo ruso está relacionado con ese otro “oso salvaje”, “guerrerista expansivo”. Aunque en los hechos, Rusia jamás invadió, ni guerreó contra pueblo alguno en Abya Yala. Quienes instalaron y promueven la rusofobia, sí. No existe un sólo país en el Continente invicto de la humillación norteamericana. Pero, muy a pesar de ello, coexiste la gringofilia y la rusofobia. Consecuencia de nuestra condición de colonialidad, quizás.
Hace algunos años atrás, muchachos del medio digital guatemalteco, Prensa Comunitaria, difundieron hasta el cansancio la falacia mediática de: el proyecto minero de níquel CGN Pronico, en El Estor, Izabal, es ruso. Muy a pesar que los ejecutivos de dicho proyecto ecocida aclaraban que ellos eran ucranianos. Pero, el cuestionado consorcio mediático Grupo Prisa (que promovió la “investigación” minera hecha por Prensa Comunitaria), repitió la rusofóbica sentencia: “criminal consorcio ruso SOLWAY mata indígenas y lagos en Guatemala”. “Los rusos compraron al presidente A. Giammattei con una alfombra de dólares”
Pero, cuando Rusia inició la “operación militar” en Ucrania, en 2022, los dueños del consorcio SOLWAY, CGN Pronico…, en represalia a Rusia cerraron y retiraron sus inversiones en todo el territorio Ruso. Allí se supo que el Director de SOLWAY, es ciudadano estonio. NO es RUSO. Pero, la rusofobia ya estaba reinstalada en la Guatemala del presente.
Al momento, el gobierno norteamericano ha tomado control casi total, no sólo del gobierno central, e instituciones del Estado, sino también de la sociedad civil organizada y de sus ONG de comunicación. Incluso de las organizaciones indígenas. En este contexto, la rusofobia, desde los medios de difusión o redes sociodigitales, continuará en Guatemala porque la “democracia” que los EEUU defiende en Guatemala consiste no sólo en el “odio a lo ruso”, sino en “bloquear” el avance de los BRICS en el Continente, ahora, presidido por Rusia.
Fuente: Ollantay Itzamná